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Me siento rendido, esta por cumplirse las tres semanas que le di a Jimin para que deje a ese tipo pero sigue sin hacerlo.

Es momento de resignarse, no me queda más que seguir con mi vida y dejar que Jimin siga su camino.

Y espero, que nunca pase por el camino de la decepción y tristeza con ese alfa. Por primera vez, deseaba que un omega fuera feliz y nunca fuera lastimado por un alfa que sólo piensan en sí mismo.

Tengo claro que soy uno de esos, pero cuando mantengo una relación honesta con un chico u chica, lo respeto. Excepto sí me está viendo la cara, porque sí es así, hago su vida miserable.

Pero esta vez, no pensaba en eso, Jimin desapareció todo mal pensamiento que tenía de las personas y sin importar que eligiera a otro, no podía guardarle rencor.

Él sólo continuaba su vida y yo, debería ser lo mismo.

- Jimin

Después de varios minutos, el pelirosa abrió su puerta.

Tenerlo enfrente de mí, me hacía dudar de lo que haría, no deseaba dejar de ver ese bello rostro y mucho menos la alegría que siempre mantuvo en ese pequeño cuerpo de porcelana.

No supe que decir, por mí me quedaba así hasta que anocheciera, pero tuve que reaccionar o Jimin se sentiría incómodo.

Aunque al querer decir algo, me detuve. Porque ahora que me acerqué de más, sentí que algo no estaba bien, algo que poco a poco fue notable en el rostro del rosita.

- Jimin - volvi a pronunciar su nombre, cuando toqué su mejilla con mi mano - ¿Qué pasa?

Debi darme cuenta desde el primer momento, la expresión en su rostro me estaba diciendo lo mal que estaba.

¿Pero, por qué? ¿Acaso le hice algo? ¿O fue ese imbecil? Necesitaba respuesta, porque de pronto sentí una molestia y una necesidad de protegerlo.

Y lo único que recibí de Jimin, fue que se alejó de mí.

Estaba más que sorprendido, la última vez que lo hizo fue cuando entró a mi casa e intenté llevarlo a mi cama. Pero el sentimiento fue distinto, eso fue por vergüenza y ahora, de tristeza.

- Jimin

- Terminé con él - interrumpió, cabizbajo - Ya no estoy con nadie

Definitivamente, no me esperaba esto.

- ¿Qué? - pregunté, desconcertado - Pero..

- Y nunca me buscaste

Jimin me dejó sin palabras, su triste voz me hizo sentir el peor alfa..

Soy un idiota, pero con esto, fui el doble. El rosita terminó con ese alfa y yo ni siquiera me había dado cuenta pues preferí darle su espacio para pensar y no hostigarlo con mi presencia algunos días.

Pero fue un error, debí estar a su lado en todo momento.

Estaba dispuesto a explicar, me acerqué a Jimin y él seguía dando pasos hacia atrás, así que para detenerlo tomaba su pequeña mano con firmeza y también, volvía a tocar su mejilla para vernos a los ojos.

- Jimin - pronuncie su nombre, sutil- Yo..

- ¿Ya no te importo, cierto?

- ¿Qué? No, no digas eso Jimin, claro que me importas y mucho, no en vano estoy aquí

Sé que puedo escucharme mal, pero no mentía, Yo quiero a Jimin a mi lado.
Lo quiero sólo para mí, no puedo verlo con alguien más y lo comprobé cuando ese chico una vez le tomó la mano.

-¿Te importo?

- Demasiado

- ¿Entonces por qué no buscaste?

- No quise forzarte a decidir, sí deseabas terminar con él sería porque tu estabas seguro, no porque yo te lo advertí

Jimin no me respondió, simplemente me miraba y se dejaba acariciar su mejilla que se mantenía tan suave como la primera vez que lo toqué.

- Quiero que seas mi omega, Jimin - seguí hablando, serio - Tú, eres mi flor roja

De inmediato, los ojos de Jimin se abrieron de golpe, estaba demasiado sorprendido y no pudo evitar, sonreír.

- ¿Fuiste tú?

Verlo contento, me hizo asentir.

- ¿Enserio!?

- Si - Tomaba sus mejillas, con ambas manos - ¿Te gusta?

Jimin nunca respondió, no porque no le haya gustado, sino que hizo algo mejor, algo que nunca pensé que haría en estos momentos, pero era entendible, estaba feliz.

Y sólo quería, un abrazo.

Así es, Jimin me abrazaba tan fuerte que olvidó que no me gustaban estos tipos de afecto, pero siendo sincero, no me incomodaba, al contrario, deseaba que se quedara así por mucho tiempo.

- No puedo creer que hayas sido tú! - feliz, me dejó de abrazar para mirarme a los ojos - pregunté por todas partes pero todos negaban haberlo hecho, no pensé que tú me dirías así

Jimin acertó, a nadie le diría así. Pero sí se trata de él, puedo intentarlo.

- Quise demostrarte lo mucho que interesas - confesé, al tomar sus dos manos - Y lo tonto que me dejas al estar pensando sólo en ti

Quizás debi besarlo, decirle con cada chasquido que nadie es igual a él y nunca lo serán, porque el corazón que mantiene es tan puro y único que jamás le haría daño a alguien.

Aunque al final, lo único que hicimos fue volver abrazarnos, tanto que después de mucho tiempo el aroma natural del rosita estaba siendo evidente, uno que al pasar por mi olfato, no fue de mi desagrado.

Jimin enserio empezaba a gustarme, porque perdí la cuenta de cuantas veces lo dije desde que lo descubrí.






Así es, llegamos al penúltimo capítulo de esta hermosa historia chicos.

Hay que recordar que es un mini- fanfic y sí hay cosas que se repiten luego serán corregidos, bueno sí me acuerdo porque soy olvidadiza.

Tengan una hermosa noche, nos leemos pronto! Y sigan cuidándose.

Where have you Been あ・Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora