♡10 (Final)♡

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Muchos dicen que la curiosidad es lo peor... Que siempre trae algo malo consigo...

Pero este no fue el caso de Taehyung.


Él por curiosidad se involucro en una búsqueda en la cual no tendría porque haberlo hecho.


Por curiosidad, siguió el destello de luz en el bosque.


Por curiosidad, él quiso volver a encontrar a ese chico.


Y por casualidad, él se enamoró y conoció a su alma gemela...



Ahora, ambos se encontraban en la habitación del castaño, recostados sobre la cama, abrazados. Jungkook acariciaba el sedoso cabello de su chico, mientras este estaba durmiendo plácidamente en su pecho...

Pues luego de ese abrazo en la sala de estar, ambos se confesaron sus sentimientos y se dejaron llevar por el momento, ambos lo necesitaban. Se necesitaban.

Jungkook acariciaba con delicadeza el cuerpo de Taehyung, mientras ambos estaban sumidos en un beso que más de deseo, era de necesidad, de amor.

Así siguieron, hasta estar ambos completamente desnudos. Sus ojos demostraban que sus sentimientos eran puros y reales.

Siendo así que esa noche, el día de su cumpleaños, Taehyung había tenido su primera vez, y fue como siempre imaginó. Fue especial, lo disfrutó, pero sobre todo, había sido con la persona que más amaba y con quien desearía pasar su vida.


Jungkook fue gentil con él, ambos se habían demostrado su amor.

Cuando ambos llegaron al clímax juntos, se dieron un baño luego de un rato de permanecer besándose con cariño, limpiaron y se quedaron sólo en ropa interior recostados sobre la cama dándose mimos.

Jungkook se levantó con cuidado de no despertar a Taehyung, se vistió y se quedó de rodillas a un costado de la cama, mirando dormir a Taehyung. Lucia como un ángel, no. Más hermoso que un ángel. Sí. Nadie mejor que Jungkook podía asegurarlo, porque él los conocía...


—"Taehyungie...mi Tae"—acarició su rostro delicadamente—"Te amo...mi pequeño osito..."sonrió y una pequeña lágrima caía por su rostro.


Taehyung apretó ligeramente sus ojos para después abrirlos lentamente, trató de acostumbrarse a la luz.

—"¿Jungkook...?"—llamo al no notar el cuerpo del chico en su cama, se levantó un poco rápido, mareándose por la acción.

Buscó con la mirada por toda la habitación. Nada. No había rastros del rubio por ningún lado, como si nunca hubiera estado ahí...

Su mirada se poso en una pequeña nota que estaba sobre su mesa de noche. Gateó sobre la cama para tomarla y comenzarla a leer. Sus ojos se cristalizaron...



"Pequeño, perdóname por irme así... Antes de que te hagas cualquier idea, recuerda que te hablé sobre irme a nuevas tierras...No olvides que me gustas, te quiero y te amo.

Te amo demasiado, me enamore de ti en poco tiempo y...ambos tuvimos nuestra primera vez juntos.. Con la persona que amábamos.

Volveré, te lo prometo. Hasta entonces... Por favor, no me olvides...

Att: J. Jungkook"





—"Jungkook..."—comenzó a sollozar, sentía su corazón estrujarse—"Duele... Duele mucho..."—dijo entre llanto.

Se hizo bolita sobre su cama mientras abrazaba con todas sus fuerzas la pequeña nota contra su pecho y lloraba, lloraba como nunca.

Sabía que no lo había abandonado, lo sabia perfectamente. Pero el sólo hecho de que había encontrado a su alma gemela, a su flor de luna... Y que al poco tiempo de encontrarla se había ido... Le dolía demasiado.










...26 de Enero_1972...






Luego de aquel día, cuando la familia de Taehyung volvió, se sorprendieron al verlo sentado en la parte trasera de la casa, estaba pintando en lienzo, les sorprendió ya que él había dejado eso años atrás, pero eso significaba una cosa.

Algo había ocurrido en su ausencia, algo bastante bueno como para animarlo a volver a la pintura.

Cuando Jimin volvió, Taehyung le contó lo ocurrido, a lo que Jimin se sorprendió demasiado, y más porque se lo dijo justo cuando comía una pera, siendo así que un trozo se le fue y casi se ahogaba.

Animó a Taehyung a que no perdiera las esperanzas, cosa que el mismo Taehyung había decidido no hacer por más difícil que fuera. Desde aquel día, él cuidaba bien de la flor que Jungkook le había dejado, hacía lo que él rubio le había indicado; le leía a la flor, le cantaba y cuando comenzaba a marchitar, la guardaba en el libro que el chico le había dado.

Su familia no entendía su obsesión y cuidado con la flor, pero era claro, lo hacía en la espera para cuando él quisiera regresar... Porque lo esperaría toda la vida si es que era necesario...

—"Cuando tú decidas volver, quiero que veas lo hermosa que está... Así sabrás que en ningún momento deje de pensar en ti como lo hago..."











Fin.

MoonFlower - {KookTae} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora