9

12 4 0
                                    

Jillian Hayle

1 año y 2 meses antes

_________________________

— Si no sales ahora de ese baño entrare y derribare la puerta ahora mismo. — Me gritó Leia desde afuera del baño.

Me mire al espejo y me encantó la elección de mi vestuario. Tenía puesto un hermoso vestido color marrón claro, tenia pequeñas piedritas adherida, tirantes delgados, escote ovalado, apretado y me quedaba a la mitad del muslo con una abertura en mi pierna izquierda.

Me encantaba ese vestido. Al verlo en la tienda hacia una semana me había enamorado de el. Su color y esas pequeñas perlas le daban un toque de magia que lograba fascinarme. Lo compre sin siquiera medírmelo por lo emocionada que estaba. Cargue con la gran bolsa color crema hasta llegar a la casa. No me importó el precio ni el peso, lo adquirí sin pensarlo apropiadamente.

Lo deje en mi closet para que ahora, días después, me lo pusiera y hechizara a cualquiera que me viera. Bueno, así me sentía. Segura y bella. El vestido en si me quedaba bien. Me hacia resaltar las pocas curvas que tenia y eso me encantaba. Tal vez si hechice a algunas personas esa noche y me hechice a mi. Y eso era lo mas importante.

No me quedaba como al maniquí, me quedaba como le quedaría a mi cuerpo. De manera imperfecta y defectuosa pero que aun así creaban una sinfonía de belleza.

Mi cuerpo no era la gran cosa. Era un poco alta, demasiado delgada y con unas curvas casi no muy vistosas, pero a pesar de todo, lo quería, era mi cuerpo. Y verme con ese vestido apagó todas las inseguridades que empezaban a estrangularme. Era mi cuerpo y por esa razón debía amarlo.

Mi maquillaje también era un poco atrevido. Un delineado negro y largo estaba en las orillas de mi parpado y terminaba hasta el final de mi ceja. Traía base, corrector, polvos, rubor y un labial nude. Lo que resaltaba eran mis verdes ojos con ese negro osado. En conjunto me daban un look peligroso e intrépido.

Salí al checar que estaba hermosa. Afuera Leia me esperaba parada, con los brazos cruzados y una mirada impaciente. Vestía una hermosa falda color marrón corta, una camisa colorida con un largo escote y el pelo rojo caoba en una trenza. Tal vez me había tardado mucho tiempo en arreglarme. Unos 30 minutos máximo.

— Te tardaste una hora. Una hora. Ya llegaron los chicos hace 5 minutos y tu encerrada en el baño arreglándote. — Comenzó a sermonearme para después salir de la habitación. La seguí. — Una hora.

— En mi defensa quiero verme bien. Imagina si encuentro al amor de mi vida mientras bailo. Quiero que se lleve una buena impresión de mi. — Me defendí mientras buscaba las llaves de la casa.

— Claro, lo conocerás en un antro. — Ironizó mientras yo las agarraba de el sillón.

— Puede ser, yo puedo conocer al amor de mi vida en cualquier momento o tal vez ya lo conocí.

— Tú dices cualquier bobada para defender que te tardaste una maldita hora arreglándote. — No dije nada porque había un poco de verdad en sus palabras. Solo un poco.

Ya vivía en mi actual casa. Leia se había venido a arreglarse conmigo después de clases porque no quería estar sola. Yo acepte y fuimos a su casa por sus cosas y después aquí.

Eran las 7:46 de la noche y estábamos en la calle buscando a nuestros amigos. El miércoles habíamos decidido ir al establecimiento para celebrar que habíamos pasado los exámenes. Acordamos que ellos vendrían por nosotros.

Cinco minutos después de llamarlos y preguntarles un coche negro de cuatro puertas se estaciono frente a nosotros. Al parecer también se les había hecho tarde.

La Chica que Dejaste Atrás  {AA1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora