12

3 1 0
                                    

Jillian Hayle

Actualidad

_________________________

Ha pasado una semana desde lo de Martin. En las noches logro sentir ese peso menos en mi pecho que me ayuda dormir mejor. En las horas restantes mis hombros no cargan con una carga extra. Solo la culpa por lo que hice y el saber el monstruo que soy me retienen de la marea. Y también mis padres, hace un tiempo no hablo con ellos. Ellos tampoco han intentado contactar conmigo, algo un poco normal. Solo me llaman si quieren regañarme o culparme de algo. La llamada mas reciente fue hace como cuatro semanas.

Hace como cuatro semanas

El pitido de una llamada me desconcentra de las letras y los números de mi libro de matemáticas. Soy buena en ellas, me gustan. Son como un enigma donde la respuesta es sencilla, todos los secretos que tienen se terminan sabiendo por cálculos y operaciones. Además, siguen una ley dependiendo de la conjugación de los números. Si tenemos un -3 al cuadrado, el resultado a fuerzas debe ser +9 porque el exponente es positivo. Si prestas atención, entiendes y sigues los procedimientos al pie de la letra te irá bien.

Tomo el celular y reviso quien es.

Madre

Eso dice en la pantalla. Mierda. Cuando mi madre llama nunca es nada bueno, normalmente solo me llama para recordarme de mis malas decisiones. Ruedo los ojos y antes de que el cuarto pitido suene contesto.

¿Hola?digo con una voz neutra.

Ya era hora en que contestaras, esta es la tercera vez que trato de contactarte. Sé que odias a tu madre, pero yo te quiero y quiero saber de ti—. Su voz se rompe. ¿Me ha llamado mas veces?

Manipuladora.

Lo siento, estoy haciendo tarea.

¿Enserio pondrás esa excusa? Entre nosotras sabemos que tu nunca haces nada—. Su voz se vuelve un tono de enojo y asco, el normal. Claro, si no hiciera nada no podría mantener la pequeña beca que tengo. No voy a decir eso, claro.

Sí hago cosas, como mantenerme —. Le recuerdo de una manera dura y cortante. Le reprocho todo lo que debo hacer para sostener mis estudios, mi vivienda y mi alimento en solo esas simples palabras.

Haces porque eres tonta y si estuvieras aquí, con nosotros o estudiaras algo que si vale la pena, no tendrías que trabajar como asistente o lo que sea que hagas para rebajar tu imagen. —. Suspiro.

Tranquila, solo es tu madre.

¿Quieres que te recuerde que me gusta mi carrera? ¿Qué no me cambiaré por algo que ustedes quieran? ¿Quieres eso?

Dios, Jillian, no le hables así a tu madre, me merezco, aunque sea un poco de respeto. Y lo que quiero que me recuerdes es ¿Cómo consigues tanto dinero? ¿No serás una cualquiera? Porque yo no quiero una puta como hija, yo no quiero una hija como Jenny Jenny, la chica de las que todos en el pueblo conocían. Conocían su historia y sus desgracias. La señalaban y susurraban sobre ella. Ella no era una puta, solo le gustaban las chicas. , y si lo eres, escúchame bien, Jillian, no serás bienvenida nunca mas a nuestra casa. ¿Escuchaste?. La boca se me seca. No puedo moverme y respirar ya no es algo mecánico. ¿Qué? Quiero llorar. Hasta puedo sentir mis ojos picar con ardor, mi pecho oprimirse y la garganta dolerme—. Eres una puta ¿no?. Y ya no lo aguanto, no con ella, no otra vez.

La Chica que Dejaste Atrás  {AA1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora