13.

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Ya habían pasado unos días y seguía enfadada con Ron pero eso no impedía que buscase información con Harry y Hermione de Flamel (aunque siguiesemos igual que al principio) porque ellos no tienen la culpa de su estupidez.

Cada vez me llevo mucho mejor con Steven pero los chicos aún no confían demasiado en el y no me dejan contarle nada de Fluffy ni Flamel ni nada.

Los entrenamientos de quidditch cada vez son muchísimo más duros y el próximo partido es contra Hufflepuff y Snape es el árbitro (cosa que tiene de los nervios a Harry y lo comprendo).

-¡Nick! -me doy la vuelta y veo a Steven.

-¿Vas a desayunar al Gran Comedor? -asiente- guay nos sentamos juntos.

-¿Que? ¿En la mesa de las serpientes una leona o en los leones una serpiente? -preguntó.

-Primera opción ya que me tienen miedo -sonreí cual psicópata.

-Todo Hogwarts te tiene miedo Nick -asentí y me encogí de hombros. Llegamos al Gran Comedor y me senté en la mesa de las serpientes con Stev y la atenta mirada de todos.

-¡Eh leona no se admite a gente como tu aquí! -gritó Malfoy desde el otro lado dela mesa.

-¿No se admite a gente guapa y valiente Malfoy? -dije modesta.

-¡No se admiten leonas! -gritó Pansy con su 'maravillosa' voz.

-¡Oh querida Pansy no pongas tu voz que me rompes los tímpanos y me pongo en la mesa de los gusanos si me da la gana! -contesté- ¡Y ahora dejarme tomar este desyuno en la mesa gusanil! -se callaron y después de eso no hubo más inconvenientes y fue un agradable desayuno aunque con muchas miradas de odio a lo que yo les sonreía a los causantes destas.

Hoy era sábado así que me dirigí a mi sala común y ahí estuve con Harry, Hermione y Ron (sin hablarme con este) y me felicitaron por lo que hice en el Gran Comedor y entró Neville con las piernas unidas debido al Maleficio de las Piernas Unidas.

-¿Que ha sucedido? -preguntó Hermione.

-Malfoy -respondió Neville- lo encontré fuera de la blibioteca dijo que estaba buscando a alguien para practicarlo.

-¡Ve a hablar con la profesora McGonagall! -dijo Hermione- ¡Acúsalo! -Neville negó

-No quiero tener más problemas.

-¡Se las verá conmigo! -dije y salí de la sala común mientras Harry le ofrecía una rana de chocolate a Neville. Llegué a los pasillos de la biblioteca- ¡Malfoy! -dije y miró con cara de miedo por mi pelo y ojos y le hice la misma maldición que le hizo a Neville- cuidado con quien te metes, lo acabarás pasando mal -y le lancé la misma maldición a los 'amigos' de Draco que se estaban riendo de el.

Llegué a la sala común y Harry y Hermione se abalanzaron encima mía.

-¿¡Que hiciste señorita Gryffindor!? -dijeron.

-Solo le di su merecido a Malfoy, Crabbe y Goyle -dije con una sonrisa.

-¡Mira lo que descubrimos! -y me enseñaron un cromo de las ranas de chocolate de Albus Dumbledore que ponía: 《El profesor Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso Grindelwald, en 1945, por el descubrimiento de las doce aplicaciones de la sangre de dragón ¡y por su trabajo en alquimia con su compañerlo Nicolás Flamel!》

-¡Y eso no es todo! -me habló sorprendentemente Ron pero luego se dió cuenta y cambió su expresión a triste.

-¡Mira lee este libro! -dijo Hermione.

En el libro ponía que Nicolás Flamel era el poseedor de la Piedra Filosofal que tiene el Elixir de la vida que hace inmortal al que lo bebe. Y que Flamel tiene seiscientos sesenta y cinco años y su esposa seiscientos cincuenta y ocho.

-¡Que momias! -exclamé y ellos se rieron.

-¡Y mira lee esta parte! -dijo Harry y señaló a una parte que decía que la Piedra Filosofal convierte en oro todo lo que esta toca- creemos que Snape la quiere para revivir al-que-no-debe-ser-nombrado...

-Yo no creo que sea Snape, pero si, alguien la puede querer para eso... -dije.

-Nick... ¿Puedo hablar contigo? -me dijo Ron, asentí y me llevó a una parte apartada de todos de la sala común- yo... lo siento, si confío en ti, pero el espejo de Oesed estaba fuera de la sala común y no quería que te pillaran y ponerte en peligro... lo de que no tenía confianza era una mentira. Te quiero mucho y eres una hermana más para mi -dijo- perdóname por favor... -y le dí un abrazo que significaba que lo perdonaba.

Nos juntamos con los demás y se alegraron de vernos bien. Me dijeron que podía contarle todo a Steven y eso hice el día siguiente y obvio también le conté que estoy bien con Ron y se alegró mucho al oír eso.

Señorita ¿Gryffindor? [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora