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— Aquí estabas. — Levanto la vista para verlo recargado en el marco de le puerta, detrás de él está Charlotte, dándome una mala mirada. Como si me torturar a con ella. Suelta un bufido al ver el empaque en mis manos.
— ¡Me dejaste sola con los orangutanes! — recrimina molesta, no se mueve de su lugar, miro su rostro, durante unos segundos buscando algo que me ayude a comprenderla. ¿Estuvo llorando?
— ¿Por qué llorabas? — pregunto directamente, sin anestesia, casi escucho gente aplaudiéndome por mi tacto. Wow Katherine, cada día me sorprendes más.
— No estuve llorando. — niega. — ¿Qué te hace creer eso?
— Tus ojos. — señalo. — Dime Charlotte, puedes confiar en mí y lo sabes. — le aseguro, niega con la cabeza de nuevo, y es como si me patearan el estómago con bastante fuerza y un par de zapatos duros.
— Estoy bien, Katherine, no pasó nada. — me asegura con una sonrisa, no presiono más, sé que no debo de hacerlo, aun cuando quiero saber qué fue lo que la lastimo. — ¿Qué hacías aquí?
— Nada, simplemente vine a ver gente que se ve miserable. No tengo nada que hacer aquí, solo comprar estas galletas, son deliciosas. — miento, me mira con los ojos entrecerrados, no me cree, sabe que le estoy mintiendo, es bastante suspicaz como para saberlo.
— Dime.
— Solo si tú me dices por que llorabas. — hago el intento.
— Entonces, ¿Me das una galleta? — le acerco la bolsa para que agarre una, cosa que no duda en hacer. Mastica lentamente.
— Le gustas a la loca. — comento hacía Seth, quien miraba su celular, levanta la vista confundida para después guardar su aparato. Una sonrisa ladina se forma en su rostro.
— Eso está claro, yo le gusto a todas las personas. — Casi me dan ganas de bajarlo de su enorme nube de ego, pero parece que no la alcanzo, está muy alto. — Ella no sería la excepción y lo sabes muy bien.
— Pareciera que de verdad te gusta la loca, si quieres ve a buscarla, un oficial se la llevo hacía allá. — Señalo el pasillo transcurrido. — Eso fue después de que me dijera miles de cosas sin sentido. Puedes seguirla o en este caso, buscarla.
— ¿Celosa? — inquiere, divertido, frunzo el entrecejo y niego con la cabeza.
— Ni un poco, Jones. — respondo con la cabeza en alto, provocando una carcajada de su parte.
— No sé olviden de mi presencia. — interfiere Lottie. — Uno; ¿Quién es la loca? Dos; ¿Por qué diablos hablan de celos? Ustedes no son nada, ni están cerca de estarlo.
— Uno; la loca es Lea. — respondo, espero a que Seth conteste la otra pregunta, pero no lo hace, así que yo lo hago. — Dos; porque así nos llevamos y ¿A ti qué te importa?
No responde, simplemente examina la habitación, mira por el vidrio, pareciera fascinada con lo que ve.
— Quiero estudiar psicología. — dice de la nada, haciéndome pensar a mí; ¿Qué diablos voy a hacer con mi vida? Necesito pensar ya que es lo que quiero. — ¿Ustedes?
— No lo sé. — respondo en voz baja.
— Yo leyes. Seré el mejor abogado del mundo, ¡Del universo! Mamá estará orgullosa de mí y le restregare a Clarita de huevo en la cara mi diploma. Sera tan divertido. — responde Seth, sonriendo.
— Valla, que metas. — masculla Charlotte. — Restregarle en la cara a tu hermana que lograste salir de la universidad cuando ella dice que a duras penas recuerdas su cumpleaños.
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Llegaste Tú
Novela JuvenilEl pasado regresa de muchas formas y Katherine Evans es la persona correcta para comprobarlo. Él esta roto. Ella también. Él sonríe. Ella no lo hace. Él ríe para ocultar su dolor. Ella se aparta de todos para evitar salir lastimada. Él no busca...