𝑲𝑰𝑺𝑺𝑬𝑺 {𝚆𝚒𝚐𝚎𝚝𝚝𝚊}

♔︎ 𝕖𝕩𝕥𝕣𝕒¹ ♔︎

Era una tarde lluviosa en casa del mayor y sí, desde aquel juego de besos Samuel aprovecho la oportunidad al día siguiente para hablar con el pelinegro y confesarle su atracción hacia él, haciendo que el menor se diera la oportunidad de conocer al verdadero Samuel. Ambos jóvenes no pudieron negar ese gran sentimiento que surgió después de sus primeras citas las cuales pasaron ya hace más de 7 meses y valla que sorprendió a todos que aquella dos personas tan disfuncionales pudieran compenetrarse a la perfección.

- Mmm... Sam creo que debería irme ya - dijo separandose del beso para así poder mirar al mayor, pues se encontraban acurrucados y abrazados en la cama del antes mencionado. Samuel le miro mientras acariciaba con su pulgar la mejilla de Guillermo.

- Venga chiqui, quédate conmigo, aún está la lluvia y ya es tarde - abrazo al pelinegro para luego darle unos pequeños besos en el cuello, escondiendo su rostro en éste para luego volver a acurrucarse.

El menor se sonrojo ante la idea que pasó por su mente, puesto que hace días le llevaba picando una lujuriosa necesidad de sentir a su pareja de otra forma.
Samuel la mayoría de las veces era dulce y tierno, pero la curiosidad del menor comenzó cuando en ciertas ocasiones sus besos pasaban a unos más intensos y salvajes ocasionado que las manos del mayor se colaran bajo la camisa de su pequeño, empezando a despertar cierta sensación de exitación en el menor; pero que como siempre, le cortaba el rollo con excusas como "debo hacer algo..." o "me hablan al móvil" para evitar llegará algo más con Guillermo; y el menor no dejará ir al mayor, no sin antes saciar su apetito curioso de deseo.

- ¿Qué haces bebé?... - dijo al sentir la mano del menor bajar por su abdomen hasta su pelvis.

- Mmm... Nada solo... Curiosidad... - dijo tocando el miembro del mayor por arriba de la tela.

- ¿Si?... ¿Tienes curiosidad? - suspiro aguantado la salida de algún sonido imprudente, pues la mano del menor lo empezaba a calentar.
El menor asintió como lo haría un niño sin dejar el leve frotamiento de su mano en la leve erección del castaño y empezó a besar su cuello.

- Tienes.. mhg... una extraña forma de ser curioso ¿No amor? - Dijo muy nervioso cambiando de posición quedando el arriba del menor y dejando un beso en su mejilla, pues no quiera sobrepasarse, se iba a retirar dem menor pero éste lo agarro por la parte posterior del cuello.

- Q-quiero hacerlo Samu - le miro a los ojos y un pequeño sonrojo empezó a creer en ambos chicos. Eso lo tomo desprevenido - Por favor... - rogó el menor impaciente.

- ¿Estás seguro bebé? - susurro sobre sus labios para luego besarle.

- ¡Si! -

Sin más que decir el menor enrolló sus piernas en la cintura del mayor y comenzó a besarle de forma lenta y sensual, invitando al mayor a degustar su boca. Movían sus cabezas en lados contrarios para profundizar su beso, sus lenguas chocaban a medida que sus manos de movían por el cuerpo del contrario.
El mayor comenzó a desvestir a su lindo novio empezando por el chandal que traía. Deslizó la prenda por las largas piernas de Guillermo y termino por quitárselos dejándolo en boxers y con su camisa que le quedaba grande.

Se separó de menor interrumpiendo el beso y se deshizo de su camisa dejándole al menor una sensual vista del torso de Samuel. Y joder... Guillermo sabía que Samuel estaba bueno, pero no sabía que estaba tan Bueno.

El menor hizo que Samuel se Sentra al final de la cama haciendo que su espalda quedará apoyada en el cabecero de la cama. Beso de nuevo los labios de Samuel y empezó a descender por el cuello del mayor hasta su clavícula, después a su pecho, su abdomen y finalmente fijo su vista en miembro de mayor.

- Vamos pequéño... Sácalo - murmuró ronco de la exitacion.

En menor hizo caso y hacerlo su mano al chandal de Samuel, acaricio por encima como lo haba hecho anterior mente y después lo bajo un poco dejando a la vista en boxer negro de Samuel. Mordió su labio y se animó a meter una mano dentro del boxer para sacar el Gran miembro de su novio. Joder, si que es Grande, pensó Guillermo.