No puedo [JAEYONG]

A Date?

—¿Seguro que vas a llevar todo eso?

Jae tenía muchas cosas en el carrito de compras. Había frituras, fruta picada, diferentes tipos de bebidas, poquitos postres e incluso pistolitas de agua y burbujas. Estaba viendo algo en su celular y luego checaba el precio de cosas.

—Shhh.—estaba tan concentrado que su ceño estaba levemente fruncido.—¿Sabes dónde pueden estar las servilletas?

—¿En el área de papel? Duh—mordí un pellejito que tenía en mi pulgar.

Quería abrazarlo pero había unas señoras que parecían "Karen" muy cerca de nosotros y no quería incomodar a Jaehyun de ninguna manera. Las señoras tercas de mente-cerrada son lo más parecido a un grano en el culo. No que yo haya tenido uno...

—¿Puedes ir por unas mientras consigo otras cosas?

Asentí aunque no me vio y fui por las servilletas. No estaba tan lejos pero si me entretuve en ver todos los colores que había, luego me detuve a ver los cereales porque no sabía que había tantas marcas americanas wow y terminé por agarrar una caja de Pop-tarts para el camino. Me gustaba ver las frituras y los diferentes tipos de helados aunque no comprara ninguno. Me satisfacían visualmente de una manera muy rara.

Mi celular vibró.

Número desconocido
¿Dónde estás? Ya estoy cerca de la cajas. Se me terminó la batería por estar viendo el celular mucho tiempo y una señora me prestó el suyo.
02:00 p.m.

No pude evitar carcajearme fuerte. JAJAJAJA QUE PENDEJO.

JAJAJAJAJA
02:00 p.m.
Leído

Cuando llegué a las cajas estaba Jae a lado de una señora mientras esta trataba de quitarle un celular muy grande, rosa y con brillitos.

—¡Deme el celular joven!

—Todavía no lo veo aquí.—Jae agarró el celular y lo elevó extendiendo su brazo lo más que podía mientras me buscaba con la mirada.

Claro la señora mide un metro y medio y ni de broma lo alcanza.

—¿Quién?—la señora se empezó a enojar.—Sabes qué, no me importa.

Lo siguiente que supe fue que lo pisó con su zapato tan fuerte que Jaehyun se quejó y le dió el teléfono.

—Estos muchachos de ahora, tan malagradecidos, le presté el teléfono...—la señora se fue murmurando cosas mientras se perdía entre los estantes.

Jaehyun se estaba sobando el pie cuando me acerqué.

—¿Por qué andas atacando señoras en el súper?—le dije aguantándome de la risa.

Él dejó de tocar su pie y me fulminó con la mirada.

—¿Dónde estabas?

—Viendo cereales.—Le sonreí con todos mis dientes.

El bufó pero después tomó las servilletas y las Pop-tarts que tenía para meterlas en el carrito.

—Yo pagaré esto, tú mientras enciende el carro.

—Yo tengo dinero.—busqué por mi bolsillo el billete que tenía pero su negó con su cabeza.