~Como esos que no se atreven a quererse porque siempre que lo intentan terminan escribiendo cosas tristes sobre el amor a la madrugada~
El reloj gris que cuelga sobre la pared del mismo color apunta las 15:45. Solo 15 minutos. Solo eso.
-Entonces, Emily, ¿Esta tal Teressa sólo puede ser vista por ti?-pregunta anotando en su cuadernillo quién sabe qué cosas sobre mi.
-Sí.-respondo con la cabeza baja.
-Está en Literatura contigo, ¿no?
-Sí.
-¿El profesor alguna vez la llamó?
-No.
-¿Y alguien aparte de ti habla con ella?
-No sé.
-Mira, Emily,-respira.-sé que no te divierte mucho la idea de venir con un psicólogo, pero, por favor, intenta esforzarte en descubrir qué tienes.
-YO NO TENGO NADA.-grito.-NO ESTOY LOCA, Y NO QUIERO QUE ME TRATEN COMO TAL.
-No, claro que no estás loca... Eso no es estar loca, eso sucede por todo lo que estás viviendo.
Y justo ahí pude comprender... Teressa era producto de mi imaginación, es la disputa entre mi corazón y mi cabeza. Por eso siempre me está apoyando con Travis, porque mi corazón solo ama a Travis y mi cabeza dice que debo ir por alguien que no me haga daño, como Evan.
-Entonces... ¿Yo imagino cosas?
-Bueno, no cosas, sino, personas.
-¿Y "Teressa" puede dejar de existir en mi?
-Claro que sí.
-¿Cómo?
-Sólo debes encontrar la razón por la cuál está ella en tu mente.
-Y si es por...-me quedo callada unos segundos.-Por amor...?
-Bueno, en ese caso deberías seguir a tu corazón y dejarla a Teressa de un lado, de esa forma, ella desaparecerá.
-¿Y si mi corazón es ella?
-Ella nunca será tu corazón. Es un producto de tu subconsiente que te hace creer que es tu corazón. Sólo déjala ir y haz lo que tu creas correcto.
-No sé qué es lo correcto.
-Ya lo sabrás.
Siento que mi cabeza está a punto de explotar. Todo me da vueltas. No puedo continuar de pie, me dejo caer. Me falta el aire. Y de repente... ¡PUM! Despierto en el hospital. A suponer por la poca luz que entra a través de las cortinas es de noche. No hay casi nadie, salvo las enfermeras, los doctores, uno que otro familiar de las personas que se encuentran internadas y... ¿ES QUIÉN YO CREO QUE ES? ¿Como confundirlo? Si nadie más tiene esos labios tan carnosos y esos mechones con algunos reflejos dorados que te hace creer que es teñido. Rio para mis adentros.
-Evan.-murmuro. Está sentando en un rincón, con la cabeza apoyada sobre una mesa, parecida a la vieja mesa de roble que se encuentra en casa de mis abuelos.
-Evan.-murmuro nuevamente.
Esta vez parece oírme. Se levanta y viene hacia mí.
-¡EM! ¡OH POR DIOS, EM!-grita abrazándome.-¡ESTÁS BIEN!
-Oye, ¿por qué tanta emoción?
-Hace 5 días que estás en el hospital.
-¿5 DÍAS?-grito.
-Sí.-sonríe.-¡PERO AHORA ESTÁS BIEN! IRÉ A DECÍRSELO A TU MADRE.
-¡Espera!.-lo agarro del brazo.- ¿En esos 5 días no hubo señales de...?-me callo.
-¿De qué?-pregunta Evan extrañado.
-De nada, tú solo ve por mi madre.
En eso encuentro una nota sobre la mesa al lado de la camilla.
"Buena suerte y hasta luego.
-Travis."
¿Cómo? ¿A qué se refería con eso? Me imagino que no va a desaparecer así por así de mi vida. No, claro que no lo hará, ese no es el Travis del que me enamoré.
-Por fin despertaste.-comenta un chico de mi edad prácticamente, tal vez un año mayor, o dos.
-¿Disculpa? ¿Tú quién eres?
-Me llamo Luca. Sin "s" final. Luca a secas.-dice mientras acomoda un ramo de flores en la mesa sobre la que estaba recostado Evan.
-De acuerdo, "Luca a secas", ¿qué haces aquí?
-Ayudo, mi padre es médico y quiere que estudie lo mismo al finalizar el Instituto.
-¿Cuantos años tienes?
-Dentro de un mes cumple 18, este año finalizo el instituto. ¿Y tú?
-16. Dentro de 2 años.
-Ah.-dice mientras se retira.-Por cierto,-se da la vuelta hacia mi.-tu novio me encargó que te diera esto.-me acerca otra nota más.
-Gracias.-digo malhumorada.
"Te amo, mi Cielo."
Siento un escalofrío recorriendo por mi espalda. Tengo la sensación de que algo está sucediendo... Y nada bueno, a decir verdad.
-Em.-dice Evan.-Tu madre está viniendo, fue a avisar a tu padre que estás bien.
-¿A mi padre?-pregunto sorprendida. Él nunca se ha interesado en mi. Es más, hasta me maltrataba, y ahora viene a hacerse del buen padre. Insisto, algo está pasando.
-¿No sabes nada de Travis?-pregunto de repente y me ruborizo. No entiendo el por qué. Pero una parte de mí no quería preguntar eso, tenía el presentimiento de que la respuesta no era nada buena.
-Em, creo que...-Evan toma aire.-Mira, no es fácil para mí decirtelo, pero creo que deberías olvidar a Travis.
-¿Qué?-pregunto confundida. Siento ganas de llorar. Me esfuerzo por detener las lágrimas.
-Él se ha ido.
-ESO ES IMPOSIBLE.-grito lo más fuerte que puedo.-TRAVIS NO PUEDE IRSE.-no puedo contener más las lágrimas.
-Em, tranquila.-Evan me abraza.-Dijo que te ama mucho.
-¿QUE ME AMA?-pregunto gritando.-SI DE VERDAD ME AMARA NO DEBERÍA HACER ESO.
-Lo sé, Em.-dice Evan secándome las lágrimas.
-¿No te dijo por qué se fue?-pregunto sollozando como una niña de 3 años a la que le robaron su muñeca de trapo favorita.
-No. Lo último que me pidió que te dijera es que te ama.
-PERO TRAVIS NO PUEDE IRSE ASÍ POR ASÍ, NO PUEDE DEJARME SOLA, ME PROMETIÓ ESTAR CONMIGO POR SIEMPRE Y QUE NUNCA SE IRÍA DE MI LADO, ES TAN INJUSTO.-suelto desesperada. Siento que mi mundo se viene abajo, siento que me falta la mitad de lo que me hacía feliz. Me falta él. Esa persona que a pesar de las peleas seguía conmigo. Me falta todo.
-Emily,-dice Evan abrazándome.-debes comprender que las cosas, o personas no son para siempre, y los "nunca" se van a terminar convirtiendo en "siempre".
Eso me hace llorar aún más. Es increíble lo miserable que me siento. Es como si Travis me haya utilizado. Como si me hubiera enamorado y luego de eso me hubiera tirado a la basura.
Travis no pudo hacerlo. No él. Y ni siquiera no se pudo ir sin dejar una explicación. No. Esto no puede pasar ahora.
BUENO, LES QUIERO DECIR DOS COSAS:
PRIMERO QUE NADA, GRACIAS POR LOS 1000 LEIDOS, MIL GRACIAS EN SERIO Y VAMOS POR MÁS...
SEGUNDO: AVISO QUE CAMBIO, EL PERSONAJE DE EVAN, A PARTIR DE AHORA, SERÁ PROTAGONIZADO POR SEAN O'PRY.
