yūji itadori

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• AD O1: será soft.

• AD O2: extremadamente corto.

A D O R E

Por lo general, era Yūji quien solía levantarse temprano para entrenar. No obstante, la pasada noche había vuelto a casa de madrugada, a consecuencia de una misión que su profesor, Gojō, les había asignado a él y a sus otros dos compañeros, Nobara y Fushiguro. Con sumo cuidado, trató de no realizar ningún movimiento brusco para no despertar a Anzu, aunque sus intentos fueron en vano cuando se sentó sobre el colchón, hundiéndose la parte donde se hallaba y haciendo que ella abriera levemente los ojos, con cierta desorientación, pero logró esbozar una diminuta sonrisa que alentó el corazón de Yūji. La chica rodó perezosamente hacia el otro lado de la cama, dejando a Itadori el suficiente espacio para poderse recostar.

—Ven.—Anzu extendió sus manos, en busca de la cercanía de su novio, para que la pudiera rodear con sus brazos.

Entonces, Itadori besó su frente e inhaló su fragancia a fresas, dejándose embriagar por ese delicioso perfume. Aquello se había vuelto una costumbre diaria. Yūji podía declarar que si no percibía aquel embelesador aroma, no podría dormir como era debido. Era el bálsamo que necesitaba para ahuyentar la zozobra e inquietud de su cuerpo y alma y en su lugar, reemplazarlo por una armoniosa sensación de sosiego que le reconfortaba.

Cuando Anzu se había desvelado del sueño, Yūji aún yacía en el lecho, por lo que dedicó su tiempo a detallar su rostro durante unos instantes. Algunos rebeldes mechones rojizos caían por su frente —que lo hacían verse más joven de lo que era— y la boca entreabierta, marcaba su acompasada respiración. Atisbó unas sombras púrpuras rodeando las zonas bajo los ojos del chico, y frunció el ceño.

Últimamente había notado que estaba durmiendo menos, por varias razones. La primera, porque las misiones que debía acatar eran de mayor rango —lo que a su vez quería decir que le llevarían más tiempo concluirlas—y la segunda era porque deseaba entrenar y fortalecerse todavía más. Aun sabiendo que Yūji tenía una gran resistencia, Anzu temía y se preocupaba bastante por su salud y bienestar.

Su hilo de pensamiento se vio cortado cuando la mano de Yūji acarició su mejilla.

—Buenos días bebé. —besó castamente su frente, solo para segundos después dejar su mano sobre la cintura de ella.

Logró componer en su rostro una sonrisa que avivó las llamas del corazón de Anzu, que ahora latía desbocado.

Sin embargo, la emoción duró poco, hasta que recordó que tenían que asistir a clase.

—¡Llegamos tarde al entrenamiento! —exclamó con horror, aunque no quería desprenderse de él.

—Cinco minutos más.—rezongó, con una súplica silenciosa en sus ojos y haciendo un mohín al que Anzu se vio incapaz de resistir.

Inmediatamente, Yūji rodó sobre la cama para quedar sobre ella y rozó con suavidad sus narices, como un beso esquimal. Entonces, depositó otro beso en la frente de Anzu, otro en su nariz, besó sus párpados, rozó su mejilla con cariño, hasta acabar en sus labios.

—Está bien.—concluyó.—Quizá pueda quedarme un poco más. 

ISS6TORU 2O21

𝒟𝐸𝒱𝐼𝐿𝐼𝒮𝐻 ✷ JUJUTSU KAISEN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora