Capitulo 8

795 28 16
                                    

-Mira, no sé por qué haces esto. Pero debo decirte de que ya no aguanto verte así.

-¿Qué vas a hacer Soldadito de Invierno?

-A ti… probablemente esta noche…De todo.

Se lanzó hacia mí con toda su fuerza y como si de un muñeco se tratase me subió a la mesa tratando de besarme- me gustas, me vuelves loco, Te lo ruego perdóname- dijo mientras su mano se metía en mi camisón- no- tome su mano, acto seguido él se puso de rodillas ante mí- lo siento- agachó la mirada tomando mis manos...

-Eres increíble invierno... todo quieres resolverlo así, con sexo, crees que es lo correcto.

-Perdón es que yo...

-¿Es que acaso nunca has estado con una chica?

-No es eso...- dijo cabizbajo.- Nunca antes había actuado así con alguien.

Lo miré por unos segundos y parecía sincero, de pronto sin saber por qué sentí una gran punzada de culpa en mi pecho. Con otro posiblemente hubiera sido muy cruel pero él tenía algo en su mirada que me desbarataba por completo.

-No hagas esto párate- le dije serenamente- creo que yo también te debo una disculpa- exclamé cabizbaja-.... he sido muy grosera, lamento rechazar tu cena.

-No, perdóname tú a mí por querer sobre pasarme.

-¿Me perdonas?- le dije con una ligera sonrisa, mientras estiraba mi mano para estrecharla con la de él.

-Si tú me perdonas a mí.

-Te perdono- le respondí.

-Te perdono yo también.

Entonces estrechamos nuestras manos como si nos estuviéramos saludando, y al final ninguno de los dos se decidía por separarse... Tardamos como unos 2 minutos tonteando así mientras nos mirábamos a los ojos sonriendo.

-Amm... bueno creo que...- dije un poco sonrojada.

-Ah... eh... sí claro- la retiró rápidamente y yo hice lo mismo.

Me le quedé mirando perdidamente en esos ojos azules cristalinos, que parecían un laberinto infinito. Porque fácilmente podías perderte en ellos y sin pensarlo tomé su rostro entre mis manos. Me dio mucha ternura verlo así. Y por muy salvaje o bipolar que fuera sólo él había logrado algo dentro de mi que nunca antes nadie había hecho... Tenía miedo, y no me gustaba para nada lo que estaba sintiendo.

-Eres una buena persona- dije dulcemente cerca de su rostro.

-No, no lo soy-volvió a agacharse- eso en este momento no importa, y sin el esperárselo le di un beso en la frente- déjate llevar- dijo el dándome uno a mi-sólo un poco- rozó su nariz con la mía, a lo que yo respondí con una sonrisa- eres bonita cuando sonríes- eso si me dejó más roja que un tomate-g...gracias-y sin esperarlo me abrazó.

-¿Qué me hiciste?- dijo mientras me acariciaba el cabello.

-Supongo que lo mismo que me hiciste tu a mi.- dije mientras me hundía en el aroma de su pecho.

-No quiero alejarme de ti.- me susurró mientras profundizaba el abrazo.

-Yo tampoco.- dije con los ojos cerrados...

Era un momento mágico y maravilloso. Era de esas pequeñas cosas que te hacen volar y sentir mariposas en el estómago.

Sin planearlo lo mire a los ojos y poco a poco lo besé, el no trató de hacerlo salvaje, si no tierno, lento, suave, pero con pasión, sus manos bajaron a mi cintura y me abrazó , yo por mi parte rodee su cuello, lento y tranquilo, su lengua entró poco a poco y me recorrió poco a poco sin hacerlo brusco, bajo a mi cuello dando besos tiernos, para volverme a mirar- anoche ¿te lastime? –

Soldado del invierno Feelings between stringsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora