Capitulo 4

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 -NI MUERTA –

 -Se verán bonitas en la chimenea- dijo al tratar de avanzar pero se lo impedí-¡DAMELA!-

-QUI-TA-TE LA TO-ALLA -cínicamente se burlaba. Sin más y derrotada tome la ropa que estaban a un lado y me gire dejándolo anonadado- te las regaló, los tipos como tu merecen algo con. Que fantasear- abrí la puerta del baño de nueva cuenta, pero antes de entrar me toma fuertemente del brazo.

-¡Auch!- me quejé

-¿Qué te pasa nena? apenas te toque.- me dio la vuelta para quedar frente a frente.

-¿Qué quieres? he cumplido con mi parte, ahora tu haz lo mismo - dije intentando que me suelte del brazo.

-Esto aún no acaba aquí- dijo muy cerca de mi cara.

-Eso ya no es mi problema- dije sin alejarme ni un centímetro.

-¿Segura?-sus manos se deslisaron por mis hombros- ¿la quieres? -Dijo mostrándome mi braga

- no Te la regaló- No me atreví a mirarlo, y sin darme cuenta con el codo gire la manija de la puerta, cayendo el sobre mí- veo que estas ansiosa- su mirada ahora era sombría se lamio los labios para después mordérselos- dime que no eres virgen- ahora su rodilla rozaba mi sexo

No le respondí nada y tomé su rostro con mis dos manos, y acerqué sus labios a los míos besándolo.

No sabía porque lo hacía. Pero mis manos estaban sobre el rostro de él, mis labios sobre los suyos. Su respiración chocaba con la mía. Solo eran un roce nada más, simplemente labios apoyados. No me animé a moverlos y besarlo como se debe.

Hasta que sentí como las manos del soldado me abrazaban firmemente contra su cuerpo. Sus labios se movieron, su cabeza iba de un lado a otro y la punta de su lengua entro en contacto con mis labios casi obligándome a abrir la boca.

Fue cuando sentí su lengua con la mía y recién ahí correspondí su beso. Me incorporó, alzándome del suelo y sus manos abrazaban mi cintura, me llevó hasta la cama y con un ágil movimiento me hizo girar para que yo sea la que este contra la cama y su cuerpo.

Levanté las manos y las coloqué alrededor de su cuello. Comencé a mover la cabeza como él lo hacía. El beso se hacía cada vez más profundo y apasionado. Podía sentir su cabello un poco mojado por el mío y el sudor, pero de igual forma metí los dedos entre sus cabellos jalándolos un poco por el deseo que me estaba provocando su beso.

De pronto solté un suspiro abriendo los ojos y dejándolo de besar cuando sus manos frías habían tocado mi cintura. Él abrió los ojos y antes de que yo digiera algo, volvió a unir su boca con la mía.

Cerré de nuevo los ojos y lo abracé mucho más por el cuello, me alcé un poco más para poder sentir todo su enrome cuerpo contra el mío. El soldado sacó sus manos de adentro de mi cintura y bajo hacia mi trasero, poso cada palma en cada una de mis nalgas y de un solo golpe como si fuera una pluma me levantó dejando mis piernas alrededor de mi cintura. Me sujeto firmemente y sentí como comenzaba a recorrer cada centímetro de mi cuello.

Estaba perdida en esos labios calientes y esa lengua húmeda que devoraba entera dentro de mi boca casi dejándote sin aire.

Pero de pronto reaccioné y me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer, así que en ágil moviente quedé sobre él, agarrando sus manos impidiendo que me tocara.

Me senté en la orilla de la cama. Lo miré a los ojos, y él me miró confundido notando que sus ojos azules que parecían estar más oscuros y azules que hace rato. De pronto tomé un sábana mientras me levantaba y caminaba hacía la puerta. Casi se me abre la boca por lo que había sucedido y cuando escuché la puerta de mi habitación cerrarse de golpe pestañee confundida y tragué saliva en seco.

Me dirigí de nuevo a la habitación, cuando abrí la puerta, el soldado no estaba.

No sabía que era lo que había sucedido, pero sentía mis mejillas arder de vergüenza y ¿Vergüenza por qué? Menos sabía por qué, cerré la puerta y me cambié. ya que seguía un poco mojada del cabello, caminaba por todo el cuarto recordando lo que había pasado, tocaba mis labios recordando el beso.

No sabía que pasaría después, simplemente me tiré a la cama y en cuestión de segundos estaba dormida.

Por instinto abrí los ojos, vi al soldado centrado en mí en  uno de. Los sillones que se encontraban en dicha habitación, su mirada ahora era triste sin más me levante y poco a poco me acerqué a él, me causó ternura ver lo hay, sólo- ¿estás bien?-mi voz ahora era un pequeño hilo- si ¿y tu?-dijo en tono triste- igual, sólo...nada- me di vuelta para regresar a la cama- ¿puedo verte dormir ?- me pregunto- claro, sólo no trates de matarme- dije finalmente para cerrar nuevamente los ojos ya sobre la cama.

Soldado del invierno Feelings between stringsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora