—No te incumbe —le dijo molesto por las interrupciones que estaba causando en la única cosa que necesitaba para estar totalmente tranquilo y seguir con lo que en verdad importaba.
Él ya se estaba desesperando cada vez más por el sentimiento que estaba recordando y uno nuevo que surgía en él, era molesto e inquietante, sin duda alguna no le gustaba en nada que algo como eso lo perturbara.
No debía de permitirse que cosas así llegaran a afectarlo, esos sentimientos lo hacían débil, no solo débil con los demás, sino consigo mismo al sentirlos, nunca más quería tener esos lazos con nadie, y sin embargo...
—¡Qué dijiste Sasuke! —se acercó aun más a él
—Lo que oíste idiota —le contestó hostilmente, solo debía de sacarse esa duda de la cabeza y volvería a su estado normal.
—¿A quién le dices idiota, sangrón?
—Al único idiota que está aquí presente.
—¿Ósea tú?
—¡Cállense los dos! Naruto, hay que buscar a Satoru, este bosque no es bueno como para que él esté perdido corriendo a lo loco —le regañó Sakura soltándose del agarre del Uchiha bajo la mirada molesta de él. Si tan solo ella le hubiese dicho claramente que no tenía ese tipo de relación con el idiota del Uzumaki, y que ese niño no era su hijo, él no estaría como está en esos momentos.
—Déjalo Sakura-chan, de seguro está bien, ya tiene que aprender a sobrevivir por su cuenta, además... —fue callado por un golpe en su cabeza de su compañera que le saltaba una venita en su frente al escucharlo.
—¡Es un niño pequeño, Naruto! Le puede pasar algo.
—¿Tú crees? —al ver el gesto afirmativo en su amiga pensó que lo mejor era primero ir a por el enano, aun así, giró a ver una vez más a su amigo, no dejaría pasar esa oportunidad—¡Sasuke nos acompaña! —jaló bruscamente a su amigo del brazo para impedir que este fuera a hacer un movimiento para alejarse una vez más.
—¿Qué? —jaló de vuelta su brazo al sentirse incómodo por como su amigo parecía abrazarse de él.
—Sí, buscarás con nosotros al enano, es como de este tamaño —se agachó hasta mover su mano casi a la altura de su rodilla —Tiene el color de mi cabello y los ojos de Sakura-chan —explicó tranquilamente recordando los rasgos del niño —¡Ah! Y muchas veces tiene un humor de perros como el tuyo Sasuke.
Se quedó en silencio sin saber como interpretar lo que estaba diciendo su amigo, ¿su cabello y los ojos de Sakura? ¿Le estaba confirmando que si era el hijo de ambos?
—¡Ah! No tengo mis zapatos.
—¡No te preocupes Sakura-chan, yo aquí tengo tu ropa! —se tanteó el torso con sus palmas en busca de las prendas de su amiga, buscó entre los bolsillos internos de su chaqueta, no encontró nada a parte de un poco de basura que se le olvidó botar cuando debía, tal vez en algún momento lo olvidó y había soltado a mitad de camino la ropa de la pelirosa. —Jeje, perdón Sakura-chan, creo que la perdí... ¡Pero! —sonrió ampliamente mientras un sonrojo aparecía en sus mejillas causándole una pequeña risita que el pelinegro y la pelirosa vieron sospechosa.
—¡Yo te puedo cargar Sakura-chan! —sugirió a punto de tomar a la chica en brazos cuando un fuerte codazo en su costilla lo hiso retroceder varios pasos
—Ni lo sueñes idiota —se interpuso entre ambos, ya se había cansado y por ningún motivo iba a permitir que él la tocase estando... en esas condiciones, miró de reojo a Sakura, con su ropa ella lucía tan...
—¡Sasuke! —gruñó molesto
—Eres lo suficientemente pervertido y cabeza hueca como para pasarte de listo con ella.
—¡Mentira! Además como dijo Sakura-chan —sonriendo con un brillo en uno de sus ojos se acercó nuevamente a la pelirosa—¡Debemos darnos prisa para encontrar a Satoru!
—Sasuke-kun tiene razón Naruto, ¡no creas que Sai no me contó lo que intestaste hacer en las aguas termales cuando el capitán Yamato nos invitó! —lo acusó haciendo tener más dudas al Uchiha de lo que se referían
—¡¿Qué! Ese Sai,... que traicionero resultó ser —refunfuñó recordando el por qué se había detenido en ese momento, si Sakura hubiera logrado descubrirlo espiándola estaba más que seguro que mínimo hubiera acariciado por varios meses las sábanas blancas del hospital de Konoha. —Pero hay que encontrar rápido a Satoru así que, ¡Sakura-ch- ¡Sasuke! ¡¿Qué crees que haces?! —gritó al ver como su amiga se subía en la espalda del pelinegro
—A mí tampoco me gusta tener que molestar a Sasuke-kun cargándome, pero bueeeeno —pasó sus brazos por el cuello níveo del muchacho abrazándose más a él escuchando como una vocecita en su interior resonaba "¡Aprovecha el momento!" —debemos de encontrarlo rápido.
—¡Hump! —sosteniendo de las piernas a la chica para evitar un accidente saltó entre los árboles seguido por el Uzumaki
—¿Yo no puedo a cargar a Sakura-chan, pero tú sí, no? —se cruzó de brazos viendo a sus compañeros, ya Sasuke le había robado toda la atención de la pelirosa cuando eran genin, sin embargo, ahora no se la dejaría tan fácil.
—Así es —contestó fríamente sorprendiendo a Naruto y más aun a Sakura que miró su perfil sin creerse lo que había escuchado.
—Bueno, pero solo tú la cargas, yo hice más que eso —se jactó recordando cuando despertó luego de ser consumido por el poder del Kyubi y Sakura lo curó primero sin importar la herida que él mismo le provocó.
—¿Qué has dicho? —su sharingan salió a la luz, ¿es que necesitaba más que esa declaración?
—¡Monstruos! —los tres escucharon como un grito agudo a lo lejos hiso volar algunas aves de los árboles.
—¡Es Satoru! Vamos, ¿Sasuke-kun? —movió del hombro del pelinegro cuando este se quedó parado en una rama de árbol con la cabeza agachada logrando que sus mechones oscuros le taparan parte de su rostro. —¿Sasuke-kun?
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SABOR DULCE AMARGO
FanfictionA Naruto y Sakura se les asignó una misión, escoltar al hijo del señor feudal del país del fuego a su palacio, un pequeño niño rubio con grandes ojos jades. Sasuke, después de matar a Itachi, junto a Taka estarán buscando el objeto que les asignó "M...