CAPÍTULO 0 5

4.7K 473 136
                                    

—¿Sasuke? —lo llamó Karin al sentir como el chakra del pelinegro había cambiado, mas este no la escuchó por estar metido en sus pensamientos.

—Oye Sasuke, como tú siempre te la das de no querer matar, déjamelo a mí —sugirió Suigetsu relamiéndose los labios al imaginarse la escena.

—Sería cruel acabar con la vida de una joven familia —dijo Jugo mirando como el más pequeño les daba algunas patadas a los hombres que ya estaban bien amarrados.

¡Satoru deja de hacer eso!

Escucharon el grito de la pelirosa, para luego ver como se acercaba al mayor de los rubios y le susurraba algunas cosas que ninguno logró escuchar.

—Que más da, para qué se exponen, debieron quedarse en casita, comiendo estúpidas galletas con chispas de chocolate —estaba a punto de brincar de ese lugar para ir directo a por el rubio, sabía que lo había visto en alguna otra parte, pero no sabía exactamente en dónde.

—Un movimiento Suigetsu —paró al escuchar la voz de su líder —Y te mato —se estremeció por aquellas palabras, sabía que Sasuke siempre hablaba de aquella forma, pero ahora, la amenaza sonaba como una que no dudaría en cumplir en caso que le desobedeciera.

—Al gran "Sasuke no siento nada que no sea la venganza", le conmovió una pareja de tontos enamorados —se burló un segundo antes de sentir como el filo de la katana del Uchiha presionaba su garganta

—No tientes a tu suerte —el peliblanco tragó dificultosamente, el pelinegro lo veía de reojo con una mirada que reflejaba el odio más puro que hasta ahora él le había dedicado, ¿tanto le molestaba que se expresara así de una familia?, pensó que tal vez era porque todo su clan había sido aniquilado.

Al igual que Suigetsu, Karin y Jugo vieron sorprendidos la escena que estaba haciendo el Uchiha, sabían que le molestaba que desobedezcan sus órdenes, pero nunca presenciaron algo como tal.

Tras unos segundos, donde en verdad, Suigetsu se cuestionó si habría un mañana para él, Sasuke retiró su katana que amenazaba con la vida de uno de sus subordinados.

—Imbécil —la pelirroja insultó al chico que aún seguía inmóvil

—Cállate —con dificultad recuperó la compostura, miró la espalda del Uchiha, qué le pasaba.

No procesaba lo que estaba ocurriendo, sus ojos vieron muchas cosas, pero esta sin duda, era una de los escenarios que nunca imaginó ver.

Sus dos antiguos compañeros como pareja.

No era tan descabellado como pensaba, el idiota rubio siempre estuvo interesado en Sakura, y a pesar de que siempre veía como ella lo rechazaba, tal vez ocurrieron cosas entre ellos que él desconocía, esa idea lo enfadaba sin entender los motivos, pero eso era una cosa.

Y otra muy diferente a la que veía. ¿Ellos?, con un hijo que no pasaba de los dos años a su vista.

¿Cuánto había avanzado su relación como para que eso ocurriera? Si minutos atrás, alguien le hubiera dicho que Naruto y Sakura habían tenido un hijo, se había reído en su cara después de cortarle la lengua por querer tomarle el pelo.

Las simples palabras de sus compañeros como padres de un niño, le parecían absurdas, pero lo estaba viendo con sus propios ojos, incluso había activado el sharingan, pensando que había caído en un genjutsu.

Pestañeó un par de veces con la esperanza de que ese fuera un mal sueño, la escena no desapareció, observó como Sakura iba hasta el niño que no dejaba de saltar al lado del idiota que decía ser su amigo, intentó tomarlo en brazos, mas este parecía querer llamar la atención de Naruto que estaba alerta.

¿Se habría dado cuenta de su presencia?

Que más le daba, con gusto saldría de allí a reventarle toda la cara, sentía una profunda traición que ardía en su pecho.

Pero, ¿por qué?

Tal vez era porque él llegó a considerar a su equipo como su familia, y que ahora ellos hayan echo una sin incluirlo a él, lo hería.

O quizá porque se habían olvidado de él.

Suspiró, molesto por sus pensamientos, ¿por qué eso le debería importar a él? Si eso era lo que buscaba al alejarse de Konoha. Romper todos su vínculos, hacerse más fuerte, por eso había dejado su equipo atrás, ellos no eran más que lazos que le impedían ser más fuerte para alcanzar sus objetos.

Ellos eran como una piedra en su zapato. 

¡Yo un día seré igual de fuerte que ustedes!

No lo creo, nadie se compara al Gran Naruto Uzumaki, pero es bueno soñar enano

¡Naruto, no le digas esas cosas!

Sin duda una molesta roca en su camino a la venganza, vio con nostalgia la escena, en tiempos pasados, habría sido diferente, Sakura tratando de buscar cualquier excusa estúpida para acercarse a él alabando cualquier cosa que hubiera hecho, hasta la más mínima.

Mientras que él fingía molestia por su atrevimiento, nunca le gustó que invadieran su espacio personal, debido a lo incómodo que se sentía, aunque aún así se lo permitía porque cuando ella realizaba esas acciones, sentía un cálido sentimiento en su corazón que le recordaba a su madre, a su familia.

Y como siempre, Naruto se quejaría e intentaría retarlo para obtener la atención de Sakura, aunque ella lo regañara por molestarlo.

No se dio cuenta de la media sonrisa que se formó en sus labios al recordar todo eso, eran buenos tiempos que nunca volverían.

Ésta vez tendrás el privilegio de llevarme 

¿Qué dices? ¡Sakura-chan...!

De eso nada, Satoru te lo pidió exclusivamente a ti Naruto

Ellos ya habían formado una familia, Naruto y Sakura. Una vez más sintió como su pecho quemaba, ese sentimiento amargo lo inundaba. ¿Por qué le disgustaba tanto esa idea?

No, no solo era disgusto, vio como el niño se subía a la espalda del Uzumaki.

Sentía una dolorosa traición por parte de sus dos antiguos compañeros, ella le había prometido su amor, mientras que él, decía ser su mejor amigo, y que había echo, tener un hijo con Sakura.

¿Era eso lo que le molestaba? 

—Sasuke-sama 

SABOR DULCE AMARGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora