El Príncipe

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Millie ya había estado en malos escenarios antes. Después de todo, el Infierno era un lugar peligroso. Algunos de los trabajos que había tomado para matar demonios o humanos también tuvieron momentos terribles en los que casi ella no salió con vida. Sin embargo, ninguno se comparó con este momento, sabiendo que su jefe estaba siendo sometido a quién sabe qué. Millie se preocupaba mucho por Blitzø, y no solo porque con su trabajo podía dejar salir sus impulsos psicóticos de matar a las personas que estaban en su mira... También era porque, en el fondo, él era un jefe cariñoso, incluso si no lo parecía la mayor parte del tiempo. Claro, Blitzø era egoísta y tomaba decisiones terribles a veces, pero siempre hacía todo lo posible para asegurarse de que la empresa se mantuviera unida. Moxxie odiaba cómo Blitzø interfería con su privacidad, pero, en el fondo, Millie sabía que su jefe era solo un tipo solitario. No hacía falta ser un genio para saber que su necesidad de atención y afecto era un grito de amor genuino.

Tal vez tuviera que ver con lo que sucedió entre él y su padre, pero Millie sabía que, en el fondo, Blitzø era solo alguien que buscaba una familia; Y Millie estaba más que dispuesta a proporcionar eso, pero ahora esa familia estaba amenazada y no sabía qué hacer. Bueno, además de matar a los imbéciles que se habían llevado a su jefe, claro. El problema era que ella no sabía dónde estaban ni quiénes eran.

Moxxie se puso inmediatamente a controlar la situación, y Millie no podría estar más orgullosa de su marido. Siempre lo mangoneaban o le faltaba confianza en sí mismo, pero Mox siempre salía adelante cuando llegaba el momento: Después de que terminó la llamada, rápidamente activó el sistema de seguridad que Blitzø ordenó hace unos meses (una de las pocas veces que sus costosos gastos habían demostrado ser útiles). Luego llamó a Millie y a Loona a la sala de reuniones para planear cómo salvar a Blitzø.

En ese momento, Millie estaba haciendo todo lo posible por mantener la calma, pero sabía que su expresión mostraba tanta preocupación como el resto de ellos. La única que se veía peor era Loona, haciendo todo lo posible por no llorar de nuevo mientras parecía lista para descuartizar a alguien en segundos. Millie no pudo evitar sentir pena por ella. Estaba claro que el sufrimiento de su padre la estaba devorando por dentro, y este tenía que ser lo más vulnerable que jamás se había visto en la canina del infierno.

―Muy bien―empezó Moxxie, su tono era de absoluta seriedad. ―, todos sabemos que nos enfrentamos a una crisis: Blitzø ha sido secuestrado y su vida está en peligro. ―Loona hizo una mueca al escuchar eso. ―; No sabemos quiénes son, pero sabemos que hablan en serio y no tengo ninguna duda de que lo matarán si no cumplimos con darles el libro.

― ¡Entonces démosles el estúpido libro! ― exclamó Loona―, o mejor aún, ¡encontremos a estos imbéciles y matémoslos!

No es tan simple. ―replicó Moxxie clavando sus ojos en ella.

― ¡¿Qué mierda...?! ¡Estás diciendo que la vida de mi papá no es nada comparada con ese estúpido libro! ―gruñó Loona mostrándole los colmillos.

Para su crédito, Moxxie se quedó estoico, totalmente tranquilo y profesional. ―Lo que quiero decir, Loona, es que, incluso si les damos el libro, no hay garantía de que nos den a Blitzø sin matarlo a él o a nosotros. No confío en que este tipo sea honesto con nosotros, y no solo porque estamos en el Infierno, donde la confianza es tan rara como el agua en un desierto. ― explicó Moxxie mientras Loona respiraba agitadamente ―. Atacarlo también podría ser mala idea: Conoce el libro y lo que hace. Es decir, es un demonio de mayor nivel que nosotros. Probablemente también tenga ayuda adicional cuyos números no conocemos. Si bien somos buenos, no estamos al nivel de Infernales, Goetias o Caídos. Y dudo que Blitzø quiera que muramos en una misión suicida.

Salvando a Blitzø (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora