El arrepentimiento

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Moxxie nunca quiso matar a alguien con tantas ganas en su vida que no fuera esa maldita perra privilegiada que lagrimeaba ante él en este momento... Bueno, tal vez a sus padres, pero él nunca los mataría personalmente y dejaría que alguien más lo hiciera por él. En el momento en que todos recibieron la noticia desde sus camas de que Stella estaba en la casa, se necesitó la fuerza de voluntad de todos (especialmente la de Loona) para no matar a la malnacida en ese instante. Lo único que le impedía a Moxxie el pegarle un tiro en la cabeza era el hecho de que ella sabía dónde estaba Blitzø.

La perra búho parecía aterrorizada por las miradas de odio que estaba recibiendo de todos en la habitación. Moxxie ya podía ver que su esposa se acercaba poco a poco a sus dagas mientras que Loona no paraba de gruñir o enseñar los dientes. El mayordomo Reginald incluso parecía dispuesto a matar a la mujer que tenía delante. Sin embargo, eso no era nada comparado con Stolas: Sus cuatro ojos estaban brillando, no solo rojos sino también con tonos de negro, y el mismo suelo temblaba de vez en cuando por el inmenso poder que estaba reteniendo. Moxxie se preguntó qué estaría haciendo o diciendo Octavia en este momento, pues la princesa se había negado a ver a su "madre" en absoluto.

―...Tienes diez putos segundos para decirme dónde está mi padre o de lo contrario te serviré como cena de Acción de Gracias a alguna familia pobre de la Tierra. ―Le exigió Loona, haciendo sobresaltarse a la asustada demonio búho.

― ¡Por ​​favor, déjenme explicar...! que están enojados y Satanás sabe que me lo merezco, pero...

¡¿Enojados?! ―rugió Moxxie interrumpiendo a Stella. ―. ¡Secuestraste a nuestro jefe! ¡Lo hiciste torturar durante diez putos días! Hiciste que todos, incluida TU familia, pasen por el dolor y la tristeza todo este tiempo, ¡¿y crees que estamos solo jodidamente enojados?!

―Mox, cálmate. ―terció Millie tirando de él hacia atrás. ―. ¡Yo también la quiero muerta, pero por ahora la necesitamos viva!

― ¡No quería que las cosas llegaran tan lejos! ― gritó Stella con lágrimas en los ojos. ― Yo solo... solo quería que me devolvieran el libro... no quería arriesgar la reputación de mi familia... pero no quería que él saliera lastimado. ¡Se suponía que nada de esto iba a pasar!

―Stella― Le exigió Stolas con un tono de batalla. ―. ¿En qué estabas pensando cuando hiciste esto en primer lugar?

Ella resopló y se enderezó, lo que hizo que Moxxie pusiera los ojos en blanco: Incluso en las circunstancias en las que se encontraba, la perra aristocrática tenía que verse elegante. ― ¡Tenía miedo, ¿está bien?! ―Empezó ella, mirándolos a todos con enojo. ―; ¡Tenía miedo de que alguien se diera cuenta de que Blitzø estaba usando el grimorio de mi esposo para acceder al mundo humano! ¡¿Cuánto tiempo les habría tomado a los señores superiores o incluso al propio Lucifer el darse cuenta de ello?! ― Luego clavó sus ojos en Stolas con furia. ―. ¡Si lo sospecharan, toda nuestra familia habría sido crucificada! ¡Nos deshonrarían o incluso nos matarían! ¡Estaba pensando en nuestra familia, Stolas! ¡En Octavia! ¡Tú solo querías que te chuparan la poll...!

En un instante, las paredes de la habitación se tiñeron de rojo y símbolos demoníacos fueron apareciendo mientras las alas de Stolas se ensanchaban detrás de él a la vez que él cerraba sus garras alrededor del cuello de Stella, quien estaba lista para orinarse encima ya que todos los demás estaban temblando por el poder que se había desatado en el príncipe. ―...Ya estás en la cuerda floja, Stella. Cuida lo que dices o simplemente tomaré la información de tu mente y te dejaré como una cáscara vacía.

Salvando a Blitzø (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora