La noche de las pesadillas

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Wendy me miraba con mala cara, yo solo miré él techo y hable

-Sabes, Dios estoy empezando a creer que ya no me quieres, no me puedes dar un minuto de paz, es que acaso me equivocado en algo en estos días- luego recordé la promesa rota y en todos los líos que me metí- sabes lo siento me merezco lo que va a suceder ahora, solo dale la cordura suficiente  a  Wendy para que no me mate ¿sí?

-Sabes que estoy justamente a lado tuyo ¿no?- dijo enfadada Wendy, la miré y asentí

-Lamentablemente sí- dije cansada solo quería dormir- vamos Wendy déjame dormir prometo mañana a primera hora si quieres constarte todo, hasta te contare porque llegue tarde hoy pero por favor déjame dormir- le dije ella me miro y asintió.

Corrí a abrazarla, llenándola de besos, disimuladamente empujándola de mi cama hasta que cayó al suelo, me metí en las sabanas, dándome cuenta que aún tenía él queso en mis manos, me incorpore lo suficiente para poder ver la caja y lance él queso, encesté y volví a taparme con la sabanas

-¡Apaga esa maldita luz!- le grité a Wendy

La escuche murmurando imitándome y diciendo cosas no muy lindas sobre mí pero no me importo, estaba en mi cama, junto con mi amada almohada, y él mundo de los sueños me esperaba, suena cursi pero así era como mi madre me decía en las noches, y con tan solo ese pensamiento sabía que esta noche iba a soñar con mi madre:

-Fayra debes apurarte vamos muy tarde y tu padre se enojara- me dijo mi madre mientras yo terminaba de arreglar mi peinado que yo misma había inventado, consistía en tres coletas en ambos extremos de la cabeza junto con una gran vincha multicolor, salí del baño feliz

-¡Mira mami!- dije saltando hacia ella, sorprendiéndola

-Sabes si con tan solo 5 años tardas tanto en arreglarte no me quiero imaginar en 10 años- luego me miro, sus ojos azul tormenta me miraron con diversión para luego empezar a reír y salir corriendo, supuse que se habría olvidado algo porque no pudo haberse reído de mi obra maestra, volvió a aparecer pero con una cámara y me dijo que posara, eso hice, me saco bastantes fotos y en un momento comencé a reír con ella

-¡¿Por qué tardan tanto?!- se escuchó la voz de mi padre entrando en la casa, mi madre y yo nos quedamos en silencio, cuando entro al salón y nos vio a mí con mi peinado, a mama con una cámara frunció el ceño

-Hicieron una cesión de fotos familiares y no me invitaron, me siento excluido- dijo poniendo una mano dramáticamente en su corazón, corrí hacia él abrazándolo

-No, no papi no, solo mamá estaba rememorando mi gran obra maestra- dije mostrándole mi cabello, él solo río, no entiendo porque todos se ríen

-¿Y te importaría rememorarlo conmigo?- preguntó alzándome en sus brazos, negué con la cabeza y mi madre nos sacó muchas fotos, luego entre los tres y yo les saque una sin que ellos lo notarán besándose mientras hacia una mueca de asco.

Me desperté de golpe toda sudada y con lágrimas en mis ojos, hacia bastante tiempo que no soñaba con ella, en eso momentos donde mi familia era feliz y tenía dos padres que sé que se amaban, donde todo era perfecto, como un paraíso, siempre me gusto llamarlo así.

Miré la hora eran las 4:00am y no tenía sueño, en eso escuche a Wendy hablando entre sueños al parecer no era única que soñó esta noche, me levante de la cama y me acerque a ella pudiendo escuchar mejor lo que decía

-Suéltame… maldición te dije que me sueltes…- luego se dio vuelta dejándome ver sus labios rojos por la sangre se estaba haciendo daño, tenía que despertarla- No te atrevas a callarme tú no eres nadie- pude notar como se mordía a un más fuerte, comencé a zarandearla suavemente para que despierte

El Paraíso de FayraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora