VIDA NUEVA INTERRUMPIDA

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Actualidad (10 años después)

-¡Fayra Mayra, ven aquí en éste instante!- se escuchó a lo lejos la voz de la capitana, genial otro día lleno de regaños, me levanté lentamente, para hacerla enojar más

-Más te  vale que te apures, si no quieres que venga por ti- dijo medio dormida Wendy, mi mejor amiga con quien compartía habitación

-Ya lo sé, solo que no tengo ganas de su regaños- dije cansada

-Pues si no tenías ganas de recibirlos no debiste haberte escapado anoche, no tardo más de 5 minutos en enterarse de que te habías marchado- dijo dándose vuelta mirándome con sus ojos grises, con una grandes orejeras, debajo de ellos,  en su nariz respingada tenía un moco, su pelo rubio estaba extendido hacia un lado y su labios en forma de corazón estaban rojos con sangre, ya que en las noches se los mordía para evitar gritar por sus pesadillas

-La anterior vez había tardado más, debo de estar mejorando- dije mientras me reía

-¡Ya sé que estas levantada Fayra, puedo escucharte desde aquí!- gritó otra vez la capitana

-¡Ahora voy!- le grité de respuesta

-¡Dejen dormir!- se escuchaba la voz de Elkin,  mi mejor amigo que estaba en la habitación que le seguía a la mía

-¡Que la mediocre de Fayra, se meta en problemas no es nuestra culpa!- Gritó Evile  mi mayor enemiga, por así decirlo desde la primera vez que nos vimos me callo mal y yo a ella, el odio es mutuo

-¡Ya calla Cruela de vil, y continua con tu sueño de belleza que bien lo necesitas!- le grité de vuelta, la llamábamos Cruela de vil por su nombre que empezaba como mal en inglés[1], lo odiaba pero le quedaba perfecto

-¡¿Cómo me dijiste?!- gritó Evile  sumamente enojada, reí era muy fácil de molestar

-¡FAYRA!- Gritó la capitana otra vez, esta vez sí me apresuré, ya que aún podía seguir escuchando todas las quejas de los demás que se despertaron con él gritó de Evile , preguntando qué estaba pasando, porque no dejan dormir y algunos maldiciendo él porque los despertaron a las 7:30 de la mañana un sábado, ignorándolos bajé saltado las escaleras de bronce, mientras me miraba al espejo que estaba al costado de las escaleras,  mi pelo color café estaba completamente enredado, mis ojos azul tormenta estaban ocultos sobre todo él delineador que tenía esparcido alrededor de mis ojos,  y que gracias a mi tez pálida parecía un mapache,  no entiendo como Wendy no se asustó de mi aspecto. Tal vez ya estaba acostumbrada

Cuando llegué al gran salón  que consistía en un amplio lugar sin ventanas, con varios sillones y una  pantalla plana que estaba pegada a la pared junto a unos estantes de madera llenos de películas y videojuegos. La mayoría del tiempo lo más jóvenes se encontraban aquí jugando o mirando televisión . Era una lucha conseguir el mando del televisor si no se te respetaba.

La Capitana me esperaba con su cara de estas en grandes problemas en medio del salón, detrás de ella la televisión estaba prendida pero silenciada en las noticias. No me extraña que alguien haya muerto pensé mientras me paré enfrente de ella, quien me miró detenidamente con sus ojos negros que al principio me daban terror pero ahora solo me dan escalofríos,  mi meta es llegar a no sentir nada.

-Ni siquiera intentas ocultarlo, vienes y me restriegas en la cara que te escapaste ¿te diste cuenta?- me acusó con su voz chillona, era lo peor de ella, prefería cuando me gritaba ya que su voz se tornaba más gruesa, y era más saludable para mis oídos

-¿Para qué ocultarlo?, si ya lo sabes- pregunté tranquilamente, al principio lo hacía pero luego me canse de sus interrogatorios, para que luego me diga que ya lo sabía, que no hacía falta disimular

El Paraíso de FayraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora