El hijo de la luna.

Capitulo 36.

Ziri es gravemente herido por Apolo, que este lo arroja fuera de los campos elíseos, cayendo al mar, estando inconsciente, Artemisa al ver ese acto tan atroz de su hermano, lo ataca, dejándolo con serías heridas que este iba a regresarle el ataque pero es impedido por la intervención de su fiel ángel, Ícaro - no permitiré que vuelvas a lastimar a mi diosa - ejerciendo las suficiente fuerza para lastimar la muñeca del dios pelirrojo, notando que este comienza a reír, Apolo - angel o humano... No importa lo que seas, serás siempre una escoria - sin importarle que el ángel pelinaranja no soltará su muñeca, le da un un fuerte golpe en el estómago con su rodilla, inclinandolo, haciendo que suelte la muñeca del dios solar, tomando tu cabello, estrella su rostro contra el suelo muchas veces, dejando sin palabras a la diosa de la luna porqué jamás imagino la crueldad del pelirrojo, Apolo - arrodíllate siempre ante tu dios, siempre serás insignificante, no eres nada a mi lado, eres una particula insignificante en este gran universo - la diosa peliblanca empuja con gran fuerza a su hermano pelirrojo para que se aleje de su amado angel, está rápido lo auxilia, viendo que quedó muy mal herido, Artemisa - ha sido suficiente para ti Ícaro, no pelearas más - ayudando a qué se levante, Ícaro - m-mi diosa... No pienso dejarla sola... - mostrándose su cansancio, este trata de aguantar, pero cae al suelo de rodillas ante su debilidad, Artemisa sin seguir rogándole, lo encerra en una cama de recuperación que hace base a su aura divina para curarlo, después da media, invocando sus armas divinas, prepara la primera flecha, viendo con enojo a su hermano

Él al ver el enojo de la peliblanca, comienza a reír como un loco, limpiando la sangre de su boca, Apolo - tonta, hubiéramos conquistado el Olimpo, los campos elíseos y hacer que la era de los dioses estuviera de vuelta en la tierra, pero cambiaste eso por un insignificante humano - la diosa sin decir una palabra, lanza la primera flaca, clavándose en la pierna de este, Apolo - ¿Es todo lo que tienes? - este se quita la flecha con dificultad porque está se desaparece, quemandole la mano, Artemisa - tienes razón, cambie esa grandeza por ese "insignificante" humano, como haces llamar a Ícaro, pero el me demostró porque los humanos fueron creados a nuestra imagen y semejanza, ellos fallan pero también luchan para arreglar sus errores, admiten que son imperfectos, a lo que nosotros no, esas y más cualidades fueron lo que me hizo cambiar de opinión, entendiendo mejor las decisiones de Zeus y Casumi y ahora yo te demostraré tu error - la diosa comenzar a realizar una lluvia de flechas hacia el dios sol, este recibe muchas, las esquiva y destruye las flechas lunares, aprovecha la diosa peliblanca en invocar su cetro y mezclarse entre las flechas, logrando darle un golpe sorpresivo en el rostro, haciendo que cayera al suelo, rápido se levanta, elevando su aura, Apolo - quince ser bueno contigo, pero veo que no te haré cambiar de opinión, entonces pelearemos hasta que uno salga vencedor - Artemisa - acepto, vengare a mi hijo - los dioses del sol y la luna comienzan una batalla encarnizada, dándolo todo, Ícaro es se encuentra encerrado en la burbuja de energía divina que lo metió Artemisa para recuperarse, al ver a su diosa pelear, le viene mucha importancia, que concentra su poder para encontrar el aura de su hijo, siente su aura débil, entendiendo que aún sigue con vida, concentra una pequeña esfera de su poder, lista está la manda a la tierra a dónde está su el peliblanco.
Lejos del campo de batalla, todos ven lo sucedido en los campos elíseos gracias al cetro de Chronos, semi-dios pelinegro al ver la acción de Ícaro, hace lo mismo, una pequeña esfera de su energía, la manda a qué siga la del angel pelinaranja, porque sabe que él dió con Ziri, mientras Athena y Hades tratan de librar a Ivonne de las garras de la muerte, Hades - maldición, es más complicado, Apolo supo hacer está maldición, mezclo su poder con el mío - Poseidón y Kraken al escuchar el comentario del dios del Inframundo, se acercan de nuevo, Poseidón - entonces no se puede - baja su mirada, resignandose a dejar ir a la peliazul, Athena - no todo está perdido, pero necesitamos alguien que sepa manipular los poderes solares para ir destrozado está maldición y poder curarla - todos se quedaron en silencio unos momentos, escuchando una voz conocida, provocando que volten a ver al dueño, Efebo - yo podría ayudarlos -