El hijo de la luna.

Capitulo 06.

Después de que Misa se va, dejando al pequeño peliblanco al cuidado de Ícaro, este lleva al pequeño dentro de la cabaña, para que descanse después de todo lo que pasó, el pequeño peliblanco no asimilaba aún la situación, pero se esforzara para acostumbrarse a su nueva vida, porque se lo prometió a Misa. Ícaro le dió unos días a Ziri para que se acostumbrara a su nueva vida, comienza a llevarlo consigo en sus entrenamientos para que esté le tome confianza, le deja jugar el bosque, no muy lejos de él, para vigilar que nadie le haga daño. Ziri juega con la pelota que le regaló Natasha, tratando de animarse, porque sabía que eso hubiera querido su madre, el menor la lanzarla con fuerza contra un árbol, haciendo que está rebote, alejándose de dónde el ojos de sol se encuentra, el pequeño busca en su alrededor, viendo que no está, así que decide alejarse más para ir por su pelota, aprovechando la distracción de su maestro, el peliblanco busca con detenimiento, viendo a un niño de cabello negro, de ojos azul intenso, como un cielo nocturno con estrellas tenía su pelota

Yato - esto es tuyo? - dirigiéndose ojos de sol, Ziri - sí, es mío, se me perdió cuando estaba jugando - Yato - que bien! Puedo jugar contigo? - se nota a simple vista el ánimo del ojiazul, a lo que el pequeño ojos de sol acepta sin dudar, comenzando ambos a jugar con la pelota, Ziri - que haces aquí solo? - dice lanzándose la pelota, por parte del juego, Yato - si te lo digo, no me lo creerás - Ziri - jeje si no me dices, no se si podré creerte o no - Yato - soy un semi-dios y mi madre es la diosa Fénix, estamos en la tierra, porque me está mostrando las maravillas del mundo mortal - el pequeño peliblanco al escuchar lo que le dijo el niño pelinegro, se le hizo raro pero por alguna extraña razón, siente que dice la verdad, Yato al ver que Ziri no responde, hace puchero, Yato - ves! Te dije que no me creerias! Por eso no respondes! - Ziri - no es eso! te sonará extraño, pero te creo - Yato - en verdad? - el pequeño pelinegro deja su puchero, animandose, a lo que el pequeño peliblanco asiente, alegrando al hijo de la diosa fénix, Yato - y tus padres dónde están? - el ojos de sol al escuchar esa pregunta, se pone triste bajando la mirada, Ziri - mis padres... Están muertos - Yato - tus padres son mortales? - Ziri - sí... - entendiendo el ojiazul que hizo mal al preguntar eso, Yato - no debí preguntar eso, perdón que diga esto, pero pensé que eras como yo - el peliblanco levanta la mirada al pelinegro, con una clara dudaen su rostro, Ziri - a qué te refieres? - Yato - creí que eras igual un semi-dios como yo, porque por el color de tu cabello, ojos y piel, pareces hijo del dios sol o la diosa de la luna... - los niños detienen su conversación, porque escuchan la voz de una mujer llamar al pequeño ojiazul, Casumi - Yato! Yato hijo! - se logra apreciar a una mujer rubia, ojos morados acercarse a los niños

yendo por el pelinegro mencionado, Casumi - hijo, aquí estás - está abraza a su hijo con mucho cariño, el ojos de sol ve tan tierna escena, recordándole a él y a su madre, Natasha, Casumi - Por qué te fuiste de mi lado? Me preocupaste hijo - dice preocupada, después dirige su mirada al pequeño peliblanco

Casumi - *en su mente: se parece a...* Hola pequeño, cómo te llamas? - dirigiendo su mirada al acompañante que está con su hijo, Ziri - mi nombre es Ziri - Casumi - un gusto conocerte Ziri, que haces aquí solo en el bosque? - Ziri - estaba jugando en el bosque pero mi pelota rodó hasta acá, Yato me ayudó a encontrarla y nos pusimos a jugar - Casumi - entiendo, por desgracia tengo que llevarmelo Ziri, discúlpame - Ziri - no se preocupe, fue divertido jugar con alguien más - Casumi - en verdad? Siendo así, vendremos después para que jueguen - Yato - en verdad? Gracias mami - el pequeño ojiazul abraza a su madre, está corresponde gustosa, Casumi - si hijo, ahora despídete de Ziri - Yato - hasta luego amigo - alzando su brazo, moviendolo de lado a lado, Ziri - hasta luego - ve a ambos alejarse, perdiendolos de vista, entre los árboles del bosque.