01. Capuccino De Vainilla.

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Quizá Me Enamoré De Ti Desde El Primer Segundo En Que Vi Tus Hermosos Ojos.

Disfruta de su capuccino con plena tranquilidad. Inicia un nuevo semestre, conocerá a nuevas y nuevos estudiantes.

El timbre indicó el inicio de las clases, miró el reloj en su muñeca y abrió los ojos en grande, se supone que debería estar en la sala de maestros para conocer a quién reemplazaría al maestro Scott, que se jubiló bien terminó el semestre.

Dio media vuelta rápidamente, sin deparar en que alguien estaba detrás suyo, maldijo en el momento en que su capuccino quedó atrapado entre su cuerpo y el cuerpo de...

Levantó la mirada, sus ojos perdiéndose en aquel iris chocolate, la expresión que primero mostró molestia pronto se convirtió en una divertida, una carcajada resonó en la cafetería, seguía perdido, en los ojos, la sonrisa que muestra unos dientes de conejo, el dulce de la vainilla combinado con un aroma amaderado.

- Yo... Lo siento, debí prestar atención hacia donde iba - Balbuceó, la sorpresa se volvió vergüenza y sus mejillas parecían explotar de lo rojas y calientes que estaban.

- Oh, no hay problema, estaré pegajoso todo el día pero nada más, es grato que alguien cómo usted me reciba de esta manera - Habló con sensualidad, sus piernas se doblan, entre la vergüenza y esa pequeña llama de deseo, no, estaban en el instituto, debe dar clases y prepararse para el sermón de la directora - Creo que vamos al mismo lugar, solo me acerqué para preguntarle en donde está la sala de maestros.

- Ah... Sí... Voy para allá, podemos ir juntos, si quiere, aunque... Debo buscar algo para que se cambie, no quiero que esté incómodo todo el día - La serenidad del hombre le hizo relajarse, ahora sonreía con más confianza.

- En serio que no es nada, mejor vámonos, estoy seguro que la directora nos colgará de las pelotas por no llegar a tiempo - Otra risa y si no cierra la boca un río de saliva empezaría a brotar.

Asintió y le pidió disculpas a Marie por el desastre en el suelo de la cafetería, la mujer sólo sonrió y le dijo que todo estaba bien.

Salieron de aquel lugar y empezaron a caminar por los pasillos, estudiantes le saludan con amabilidad, en las copas de los árboles los pajarillos cantan, mariposas van de una flor a otra, el silencio era tranquilo entre ellos, no hacía falta hablar.

Llegando a su destino, el hombre a su lado abrió la puerta y le dejó pasar primero, maestras y maestros platicaban con calma, en sus manos habían tazas de café o té, reían y se asombraban.

- Vaya Bondoni, que extraño que el primer día de curso siempre llegue tarde a nuestra junta.

El silencio llegó a la sala, en la puerta estaba la directora Michaels, con un conjunto de traje color crema, zapatos de tacón negro, su cabello castaño recogido con broches.

- Lo lamento, directora. Tuve un inconveniente con... - Buscaba una respuesta, ni siquiera sabía el nombre del sujeto que bañó de café.

- Emilio Marcos, el nuevo maestro de química - Sonrió, sin dejar de ver al ángel a su lado, estrechando su mano con la propia de la directora.

- Es un placer, lamento lo sucedido con el maestro Bondoni, siempre es lo mismo - Dijo con fastidio, soltó lentamente la mano de Emilio y regresó su mirada inquisitiva a Joaquín - Bien Bondoni, ¿Tiene su plan de estudio?.

Devórame | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora