Devórame | Emiliaco

08. Renacer.

Con El Sol En Tu Mirada.

Bienvenidas y Bienvenidos al estado de Kentucky.

El gran cartel les da la bienvenida.

Un fin de semana completo en el lugar que vio nacer a Emilio.

Joaquín se haya nervioso, conocerá a sus suegros, a pesar de que Emilio le recalcó que sus padres van a amarlo, aún tiene inseguridad en causar una mala primera impresión.

Pronto se encuentran frente a un rancho, con la típica cerca de madera color blanco, Joaquín se asombra por la belleza del lugar, el pasto verde, las flores coloridas y animales tomando el sol.

- Anda, nos están esperando.

Era tal su ensoñación que no se dio cuenta del momento en que su novio salió del auto. Avergonzado sostuvo la mano de Emilio para salir del auto y comenzar a caminar hasta donde sus suegros.

Llegaron hasta donde los padres de Emilio se hallaban dándole atención a un ternero, tratando con cuidado una de sus piernas traseras que empezaba a infectarse.

- Mamá, papá - Habló Emilio, captando la atención de su madre.

- Cariño, haz llegado - La mujer se levantó rápidamente para poder abrazar y llenar de besos a su hijo.

- Muy bien pequeño, ahora debes descansar - El hombre le habló con ternura al ternero, mientras la madre de éste mugia con insistencia - Tranquila, vamos a curarlo, no debes preocuparte - Acarició a la vaca y le dio un pequeño beso que pareció tranquilizarla.

- Les rescatamos ayer, iban rumbo al matadero - La mujer suspiró con pesar.

- No hablemos de cosas tristes, ¡Emilio está en casa! - Un abrazo fuerte estrujó a Emilio, su padre se caracteriza por ser tan optimista.

- Bien, he venido a presentarles a alguien - La sonrisa en su rostro se hizo más grande, volvió a sujetar la mano de Joaquín - Él es Joaquín, mi novio.

Los segundos de silencio parecían una eternidad, el pánico empezaba su recorrido desde la punta de sus dedos y, tan pronto cómo los ojos verdes se posaron sobre él, todo desapareció.

Unos brazos cálidos le rodearon, su mejilla recibía tantos besos, algo en su interior cambiaba, se sentía tan diferente, las muestras de cariño por parte de la madre de Emilio son tan cálidas.

- ¡Eres divino! - La mujer aludió, sujetando su rostro entre sus manos y dejó un último beso en la frente.

- Joaquín, es todo un placer conocerte - Estrecharon sus manos y otro abrazo fuerte le recibió.

- Cariño, ella es Linda y él es Raúl, mis padres - Dijo Emilio después de que sus padres dejaran de darle cariño a su novio.

- Encantado de conocerles - Sus mejillas parecían estallar, su corazón se hincha de tanto amor, se siente cálido, se siente en un hogar.

- Verás Joaquín, aún falta que conozcas a alguien pero... Lamentablemente ya no está aquí - Raúl habló con melancolía.