8) Memories

61 4 0
                                    

(Mia) - Eee... sonó el timbre. Tiene que ser Miriam. ¿No quieres abrirle la puerta?
Entrecierro los ojos.
- Está bien. Hay una tregua hasta que Miriam esté aquí, pero por la noche tendrás que decirme lo que pasa.

Voy a la puerta.
- Miriam. Sonrio
(Miriam) - Holaa
- Pasa.
(Miriam) - Gracias.
Te has puesto el vestido que te regalé. Sonríe.
- Sí, me apetecía.
(Miriam) - Me alegro, ¡te queda genial!

Entramos a la cocina.
(Miriam) - ¡Roii! Se abrazan
(Roi) - ¡Hola Leona! ¿Qué tal?
(Miriam) - Muy bien.
Hoy no se ha planchado el pelo, lleva su rizo natural. Me recuerda a una melena. También las características de la leona reflejan su personalidad. Valiente, orgullosa, cariñosa, apasionada...mí leona. Ella estaba a punto de saludar a Mia cuando de repente se vuelve hacia mí.
- ¿Qué?
(Miriam) - Acabas de decir: mí leona.
- Um. ¿He dicho eso? ¿En voz alta, otra vez?  La pregunta es superflua, pero no me di cuenta y no sé cómo reaccionar.
(Miriam) - Sí, amore. La miro un poco molesta.
(Miriam) - ¿Qué pasa? Miriam se me acerca lentamente, me susurra al oído. - Si me vuelves a llamar mí leona, yo te vuelvo a llamar amore. Me da varios besos en la mejilla y se vuelve hacia los demás.
-¿Vamos a comer?
***
(Mia) - Lola, nunca me dijiste dónde conociste a Miri.
- Fue hace... ¿Hace cuánto? ¿Cuatro años? Miro a Miriam.
(Miriam) - Sí, más o menos.
- Fue a un concierto, en un teatro. Miriam tenía el asiento al lado mío.
(Mia) - ¿Eso es todo? ¿No me cuentas más?
- ¿Que quieres saber exactamente?
(Mia) - Todo. Vuestra historia.
- Necesito tu ayuda para eso, Miriam.
(Miriam) - Por supuesto, no hay problema. Esa noche nos divertimos mucho en el concierto. Cuando terminó y poco a poco llegamos a la salida, nos presentamos. Cuando estábamos afuera, le pregunté a Lola si le gustaría tomar algo y ella... Miriam me hace un gesto que me dice que continúe.
- Dije que sí. Ella me gustó de inmediato y me transmitió buena vibra, cosa que no me pasa muchas veces. No sé, tenía algo que no me hizo decir NO a todo. En fin nos fuimos a tomar algo y hemos hablado entre risas, hasta que llegó la hora de irnos a casa.
(Miriam) - Pero nos hemos dado los números para quedar otro día. Al día siguiente le envié un mensaje para preguntarle si le gustaría desayunar conmigo.
- Me sorprendió que me escribió tan pronto, pero le dije que sí. Pasamos el resto del día juntas sin darnos cuenta. A partir de ese día, nos vimos casi todos los días, o al menos hemos chateado. Le guiño a Miriam y ella me sonríe.
Acabamos de comer entre risas y contando historias de Roi, Miriam y de mí, que Mia no había escuchado aún. Me sentí mucho más cómoda de lo habitual y al final estaba relajada.

---------------------------------------------------
Es muy corto, lo sé, pero no me da tiempo para escribir. Después del 4 de Mayo ya podré escribir más ❤️

Segundas oportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora