2) Miriam

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Narra Lola

Por un momento cierro los ojos y me dejo llevar por la sensación de estar tan cerca de ella, de estar rodeada de su olor y de sentir el calor de sus labios sobre los míos. Había pasado mucho tiempo desde que tuve este sentimiento que siento ahora y que solo ella me puede provocar. (Miriam) - Te he echado de menos.
Sus susurros en mi oído me hacen estremecer un poco más, pero al mismo tiempo me hacen volver a la realidad.
- Miriam, ¿qué haces aquí y sobre todo, cómo me has encontrado?
(Miriam) - He venido con tu hermano.
- ¿Qué? ¿Pero por qué te dijo dónde estoy?
(Miriam) - No lo hizo, por lo menos no intencionalmente.
Esta mujer me está volviendo loca.
- Vamos.
Le tomo la mano y la llevo a una parte más tranquila de la casa.
(Miriam) - Así me gusta más, aquí solas
- ¡No cambies el tema! Mejor explícame cómo llegaste aquí. Desde el principio.
(Miriam) - Está bien. Pero, por favor, no te irrites demasiado. ¿Por favor?
Respiro hondo y asiento con la cabeza.
- OKAY.
Miriam asiente también y comienza a contarme todo.
(Miriam) - Sabes que me llevo bien con tu hermano y cuando te fuiste pasé mucho tiempo con él. Por un lado porque me lo paso genial con Roi, por otro lado porque me siento más cerca a tí. La última razón es tonta, lo sé.
Cuando estabais hablando por teléfono, noté que sabía dónde estas y lo convencí para que me llevara con él a verte. Ya sabes lo convincente que puedo ser cuando quiero.
Tiene sentido. Mi hermano es el único que sabía dónde estoy y al mismo tiempo conoce a Miriam. ¡Bueno, luego hablaré con él! Tengo un problema más grande ahora: ¡¿qué hago ahora con Miriam?! Aunque le pidiera que se fuera, nunca me haría caso. Pero si se queda, y no hay duda al respecto, la conozco demasiado bien, no sé si podría desaparecer otra vez. Mentirle tampoco es una opción. ¿Qué hago?
(Miriam) - Aunque no pude convencerte de que te quedaras.
Su voz es solo un susurro, pero puedo escucharlo igualmente. En sus ojos veo lo herida que está, antes de girar rápidamente la cabeza hacia un lado para ocultar su rostro. Siguiendo un impulso, la abrazo. Es que no puedo verla así. Se que ya no somos nosotras, pero eso no significa que ha dejado de ser importante para mí. Todo lo contrario: solo me alejé porque tenía la sensación de que estaba empezando a sentir más por mí de lo que era bueno para ella. No quería que sufriera. Ninguna de las dos. Estoy demasiado rota para una relación.
Sigo besando su mejilla hasta que me doy cuenta de que se ha recuperado. Miriam me mira directamente a los ojos y sé que quiere besarme. Me besará, si no digo algo para romper la chispa que se está creado entre nosotras. Apoyo mi frente en la suya.
- Deberíamos hablar de todo, pero no aquí.
(Miriam) - Mhm.
- Mejor vamos a mi habitación.
(Miriam) - Vale.
Tomo su mano y la llevo a mí cuarto. La dejo ahí y le digo que volveré enseguida.
(Miriam) - ¿A dónde vas?
- Ésta es la fiesta de cumpleaños de mi mejor amiga, Mia. Tengo que decirle que la fiesta ha terminado para mí.
Me voy y trato de encontrar a Mia.

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