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Los días empezaban a pasar y cada momento estaban más cerca de encontrar la casa de la bruja, cada uno de los presentes ponía de su parte para agilizar el proceso, olvidándose un poco de los minis que solo se preguntaba si habían hecho algo mal para que Rubius no quisiera pasar tiempo con ellos.

Los minis se veían unos a otros intentado saber que estaba pasando y proque cada vez que preguntaba no les daban una respuesta, incluido habían detenido sus travesuras que normalmente hacían pensamos que todos estaban así de estrenado por culpa de ellos y por más que Rubius les hubiera explicado que no era así no podían borrar la cara de angustia de los minis.

Rubius tuvo que dejar los preparativos de la misión para estar con los minis. Tuvo que fingir que todos estaba bien para no preocuparlos más, aunque en el fondo le dolía ver cómo día tras día sus amigos perdían algún recuerdo y como las personas que conoció y con quiénes compartió tantos momentos de su vida comenzaban a desaparecer lentamente no podía permitirse derrumbarse.

Tenía que pensar en positivo y no dejarse vencer por las preocupación y el miedo, eso solo haría que se desconcentra en su misión y su misión en ese momentos era hacer que los minis no se preocuparan por lo que estaba pasando así que compró dulces, galletas, palomitas, entre otras cosas y las llevo a la mansión para poder hacerle una pijamas a los minis para lograr distraerlos.

– ¿Esta todo listo? – el teñido hablaba en voz baja con Akira que había llegó para decirle que ya habían encontrado la casa de la bruja.

– Todo lo que necesitas está en casa de Merlon – dijo también en voz baja, los minis se habían quedado dormidos viendo una película y culaquier sonido muy alto podía despertarlos y no quería tener que decirles que se iría por unos días.

– Quédate con los minis y explicarles que tuve que ir a una misión – dijo mirando a los pequeños que dormían tiernamente totalmente inconscientes de lo que ocurría.

– ¿No te vas a despedir? – dijo la rubia acercandose a los pequeños.

– Son unos niños cariñosos y mimados, si les digo que me tengo que ir seguramente hagan hasta lo imposible para que me quede – dijo soltando una risa al final recordando las locuras que le contaron algunos aldeanos que tuvieron que cuidarlos.

La rubia río un poco – Creo que tienes razón, mucha suerte y ten mucho cuidado – dijo abrazando al chico.

El teñido camino hacia los minis dejando un beso en la frente de cada uno.

– Volveré pronto, se oso prometo – dijo antes de salir de la mansión.

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Había salido del pueblo hace unas horas, no podía esperar a que el sol saliera cuando a cada momento sus amigos olvidaban algo mas. Con la luna iluminado su camino y con su caballo haciéndole compañía cabalgaba cada vez más cerca del lugar donde estaba marcada la equis en el mapa que le habían entregado.

El camino fue silencioso y tuvo la suerte de no toparse con ningún monstruo, haciendo que lograra llegar al pueblo que la bruja había atacado con los primero rayos de sol. Debido a la destrucción que había causado esté los aldeanos habían optado por irse de ese lugar y comenzar uno nuevo, lejos de toda esa destrucción.

Camino por el lugar en completo silencio y con la extraña sensación de estar siendo observado, pero quitó inmediatamente ese pensamiento concentrador en dejar a su caballo en los viejos establos del pueblo junto a bastante comida y agua.

Las doncellas y Merlon le habían dicho que una vez llegará al pueblo dejara a su caballo ahí ya que la bruja había utilizado algún hechizo para mantener alejados a los animales de su casa y si se acercaban estos se volvían locos. 

– Aquí nos separamos – dijo dándoles unas palmadas al animal que lo miraba como si supiera que estaba a punto de hacer una locura.

– Deséame suerte – el caballo rechinó en repuesta ante lo dicho y el teñido lo tomo como que lo estaba apoyando antes de separarse y comenzar a caminar en dirección al bosque mientras.

Sabía que no había ninguna animal en el bosque pero eso no quitaba que el silencio que había en este fuera inquietante y gracias a que su sentidos estaban más desarrollados debido a que era un híbrido no se acostumbraba a ese silencio tan sepulcral que haciendo que estuviera en alerta constante.

Mientras más se adentraba en el bosque la luz del día comenzaba a desaparecer, como si algo estuviera encima de los árboles  tapandóla y sumergiendo todo en la oscuridad, además de que una extraña niebla comenzaba a aparecer y podía jurar que si no fuera por el mapa y la brújula que tenía ya se habría perdido.

Continuó caminado unos minutos más hasta que la niebla comenzó a dispersarse un poco dejando ver una casa de apariencia rústica bastante cuidada, si no supiera que esa era la casa de una bruja, jamás lo hubiera imaginado.

Guardo el mapa y la brújula para poder sacar su espada y escudo, trago salida un poco nervioso antes de comenzar a caminar en dirección a la casa teniendo cuidado en donde pisaba, no podía dejarse engañar por la apariencia acogedora del lugar.

El pequeño trayecto de dónde estaba a la puerta de la casa paso sin problemas, no había ninguna trampa, ningún monstruo, ninguna criatura extraña que quisiera tomar su vida, ¿Estaba realmente en el lugar correcto?.

Al estar en frente de la puerta bajo el escudo para poder abrirla y en ese instabe escucho un click al dar vuelta a la perilla.

Lo siguiente que paso ocurrió tan rápido que no le dio tiempo ni de gritar, una trampilla se abrió justo bajo sus pies haciendo que cayera una gran distancia, todo pasó en cámara lenta y antes de impactar con el suelo y quedar inconsciente escucho es una escalofriante risa resonar por todo el lugar.

💫ᶜʰⁱᵏⁱᵗᵒˢ💫 | KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora