¿Me amas?

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Un omega peliblanco, se encontraba buscando a un alfa castaño, con otra omega llamada Takashi. Pero ninguno de los se esperaba lo que verían.

– Saiki , tengo algo que decirte – decía una omega bastante atractiva, haciendo que Aiki y Takashi se escondieran para oír todo – me gustas y quiero ser tu omega – decía la omega bastante segura de que Saiki sentiría lo mismo que ella, pero era todo lo contrario, el se sorprendió como su hermana y el único omega hombre que se encontraba ahí. Sin pensarlo ni un minuto la omega se lanzo a besarlo apasionadamente. Pero en ese mismo momento Saiki la separo bruscamente de el.

– ¡¿Que demonios te pasa yo jamas dije que también me gustarás?! – grito enojado el único alfa, el omega se enfado demasiado pero no iba hacer un espectáculo.

– ¡Aparte yo ya tengo un omega! – salio indignado por todo lo que paso, sin ver a su hermana ni a su omega.

Ya todos se encontraban en la casa de Saiki y Takashi cenando comida ya preparada, porque nadie sabia cocinar, solo Aiki.

Pero tiene una duda que entre mas la piensa mas duele y lástima. ¿Saiki de verdad lo ama? O solamente lo dijo para deshacerse de esa omega, ¿por que la duda tan repentina? Saiki jamas le a dicho "te amo" tampoco se preocupa por él, claro solo tienen sexo, y ni en el sexo le da ni abrazo. Tal vez solamente me quiere para sexo, pensó Aiki, sintiendo una punzada eléctrica que le recorría el cuerpo.

–¿Y la comida?– preguntó Saiki hacia el omega, que salio de sus pensamientos –eh, ya casi – dijo el omega de forma apagada, que noto Takashi pero no dijo nada. Mientras Aiki le valió un comino de la forma en la que le habla, no le importas nada, pensó tristemente.

10:30 p.m. Aiki no hablaba, no comía, no hacia nada. Paso el tiempo y Aiki tomo el valor para preguntarle a Saiki lo que esta matándolo lentamente.

–Saiki – dijo el omega con ese mismo tono apagado –¿que?– dijo fríamente el alfa – ¿me amas?– soltó sin mas el omega. La pregunta tomo a Saiki con la guardia baja, no responde nada, pensó Aiki, y sin mas se levanto del sofá, y se fue a la habitación de invitados y ya no salio en toda la noche.

Alfa pasivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora