Capítulo cinco, la mejor tortura es la distancia.

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Estaba arruinado.

En momentos así le hubiera gustado volver a sus años de adolescencia, cuando podía fingir que estaba enfermo para saltarse una clase molesta. Pero era un adulto, tenía un trabajo, si faltaba sería el único que perdería de verdad, ya había usado todo su tiempo libre y faltar más sería una irresponsabilidad horrible.

¿Había sido muy directo? ¿Y si Kaoru se había disgustado demasiado?

No es que hubiera actuado porque sí, la forma en que le habló sin saber nada... fue dolorosa, pero a la vez lo sintió como una escena de celos.

Sólo que era mejor no ilusionarse demasiado, si no había pasado nada en tantos años sería absurdo que pasara de un momento para otro.

Aunque... parecía que Kaoru estaba dispuesto a dejar ir a Adam. Y su cambio de actitud de uno amistoso a su agresividad común fue más que nada cuando empezó a ver a varias chicas...

No, debía dejar de pensar en eso. Tenía que trabajar.

Aun así, durante los siguientes días a su discusión una pequeña parte en su cabeza esperaba que Kaoru se presentara de repente, cosa que no sucedió. Vio a Reki y a Langa, quienes se habían arreglado y le contaron que Shadow estaba en el mismo hospital en el que Kaoru se quedó. Luego apareció Miya, quejándose sobre Reki, Adam, la carrera tan repentina y aparentemente injusta que tendrían. Por su parte no podía estar más feliz por Reki, había conseguido retomar el rumbo tanto de su pasión por el skate como de su amistad, siempre y cuando tuviera claro lo que quería hacer estaría bien.

No había vuelto a ver a Kaoru en S tampoco, al parecer había vuelto al hospital y eso lo hacía sentir un poco culpable. Si Kaoru prefería ir a una desconocida habitación frívola en ese lugar... era porque se sentía demasiado solo en su propia casa, estaba seguro de que en parte se debía a que dejó de visitarlo.
Esperaba que no le hubiera ocurrido nada, aun así, ¿pero qué esperaba que hiciera? Se confesó, en una forma extraña, de la peor manera posible, pero era bastante evidente y sólo quedaba esperar por una respuesta que al parecer no llegaría.

Tal vez estaba pensando de más sobre el tema, tal vez Kaoru le restaría importancia. O tal vez ese fuera el fin de su amistad.

Llevaba mucho tiempo sin sentirse así de perdido, sin saber lo que el futuro depararía. Cuando se trataba de esperar a que los sentimientos de Kaoru se aclararan no estaba mal, le daba esperanzas, lo motivaba a muchas cosas. En ese momento sólo podía esperar que el pelirosado no decidiera cortar su contacto con él, ignorarlo o peor: tomar distancia poco a poco hasta volverse desconocidos.

Todos esos pensamientos negativos lo estaban torturando, ya casi cumplía una semana sin saber de él. No se sentía bien salir a distraerse con alguna mujer, así que su otra gran opción fue beber.

El restaurante ya había cerrado, no hubo clientes que se quedaran hasta tarde por ser un día laboral. Le dio la tarde libre a sus cocineros y todos terminaron de irse antes de que anocheciera, fue un tiempo que aprovechó para limpiar todo el restaurante con música de fondo, su cabello bien recogido, sin camisa para evitar morir de calor. Dejó todo como nuevo en menos de una hora, así que dejó una silla libre para él en la barra y buscó un buen vino.
Su aguante era muy bueno, conocía sus límites: hasta tres copas y media. Esa noche estaba dispuesto a beber la botella entera.

Con una suave música que salía de su teléfono fue acompañado por las voces de los cantantes, sus propios pensamientos, sus recuerdos.

Beber no resultó ser la mejor idea, porque no le hizo falta embriagarse para empezar a quejarse en voz alta sobre la persona que no le había dado un descanso a pesar de no hacer acto de presencia.

too far, too close. ⟨ joerry, sk8 ⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora