𝐅𝐎𝐑𝐓𝐘 𝐒𝐈𝐗

10K 760 173
                                    

Aria Rowen.

Mis ojos se abrieron revoloteando, ajustándose a la luz del sol que entraba a raudales por las cortinas. Me di la vuelta lentamente, sintiendo el lugar vacío en mi cama donde el cuerpo de Draco había estado antes junto al mío.

Parpadeé un par de veces antes de sentarme. Mi mirada se disparó de inmediato al otro lado de la habitación donde Draco estaba sentado en mi escritorio, garabateando algo en un papel.

—Oh, estás despierta.—Se dio la vuelta cuando me escuchó moverme de modo que me estaba mirando.

—Buenos días.—di un bostezo suave, estirando mis brazos frente a mí.

—¿Cómo has dormido?.

—Bien... ¿y tú?.

Se levantó del escritorio y se acercó a mi tocador.—Realmente bien.

Draco estaba vestido con un par de pantalones deportivos con el logo de Slytherin justo debajo de la cintura. Su mitad superior estaba desnuda, su pecho tonificado completamente visible para mí mientras lo miraba.

Inmediatamente me sonrojé, poniéndome nerviosa cuando vi las pequeñas marcas moradas que había dejado a lo largo de su pecho y abdominales inferiores.

Me dio una pequeña sonrisa cuando vio hacia donde estaba mirando.

—Compruébalo tú misma.—se rió entre dientes y se volvió hacia el espejo.

Me levanté de la cama, acercándome lentamente para quedarme a su lado y mirar mi propio reflejo.

Si pensaba que sus marcas eran malas, las que dejaban sus labios en mi piel eran casi peores. Eran mucho más en mi cuerpo que en el de él, y también se notaban. Las huellas moradas habían quedado a lo largo de mi cuello, hombros, pecho, y levanté el borde de mi camisa para ver algunas esparcidas por mi estómago también.

—Creo que hice un buen trabajo...—Se rió entre dientes y se volvió hacia mí, haciéndome rodar los ojos mientras bajaba el dobladillo de mi camisa una vez más.

Me agaché, tomando su mano en la mía.—¿Draco?.

—¿Sí?.

—¿Por qué nunca hablas de eso?.

—¿Qué?.—Me miró confundido, pero todo lo que hice fue mirar su antebrazo.

—Aria—Tan pronto como se dio cuenta de lo que estaba mirando, tiró su brazo lejos de mí, moviéndolo a su lado y fuera de mi vista.—No lo hagas. No mires eso.

—Draco, está bien.—extendí la mano, colocando suavemente mis manos a cada lado de su rostro para poder inclinar su cabeza y besarlo. Nuestros labios chocaron suavemente y mis ojos se cerraron mientras relajé mi cuerpo contra el suyo. Me aparté de nuevo, todavía manteniendo un perfecto contacto visual con él.—No pienso menos en ti—

—Pero lo hacen.—Se apresuró a interrumpirme mientras tomaba mis manos pequeñas con las más grandes.—Aquí la gente me odia. Todos menos tú.

Esto fue. Finalmente iba a abrirse conmigo de nuevo.

—Es sólo que... no quiero hacerte pasar por esto. No quiero que sientas que estás atrapada conmigo.—la voz de Draco casi sonaba herida y rota, pero aún mantenía un muro mental que separó sus emociones de mí.

—Nunca podría sentirme atrapada contigo.—Murmuré las palabras en voz baja antes de estirar la mano y besarlo de nuevo.

Él me devolvió el beso antes de alejarse, pero todavía sostuvo mi cuerpo cerca del suyo.

INNOCENT | DRACO MALFOY ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora