"-¡Salve Sarah Gutiérrez, hija de Adhara, la diosa de los héroes, el terror, el sufrimiento y los malaventurados"
"Salve la Diosa Adhara, diosa de los héroes, el terror, el sufrimiento y patrona de los malaventurados"
Adhara está escondía entre los...
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Había una gran cama con sabanas de seda, un espejo gigante y un armario muy grande.
¿Por qué últimamente todo me sale en rimas?
[¡MAMAAAAAAAAAAAAAA! Asclepo quiere matarme]
Edhelía, Asclepo, les pido POR FAVOR que no me molesten mientras intento grabé mi historia para enviársela a la escritora con la que hablé
[¡No quiero matarte! Sólo quiero tirarte del Olimpo cómo hizo Hera con Hefesto]
¡Por favor les pido que se cayen o los exiliaré durante diez años y los esclavizaré a una niña insoportable (palabras de Apolo) de doce años
*silencio sepulcral*
Así está mejor
[Pero...]
*se oye un chanclazo que pareció rebotar dos veces*
No me hagan quitarme la sandalia que le compré a aquella mexicana en Miami más.
*se oyen mujidos*
¡A la próxima no usaré cinta adhesiva sino la cinta de Hermes para hacer desaparecer sus bocas que no hacen nada más que decir tonterías!
Bueno. Abrí el armario de la habitación y tomé la ropa que había.
Era de mi talla.
No le di importancia
Me dirigí al baño. Un inmenso jacuzzi lleno de espuma estaba ahí, cómo si estuviera esperando mi presencia.
Me quité la ropa y me metí, podía haber pasado unos minutos. No lo sé. Caminé, me puse la ropa interior que había en una gaveta (misteriosamente)
[¡Cariñooooo, ya llegueeeeeee! ¿Esos son Asclepo y Edhelía?]
Puede
*se oye un gemido de frustración*
*se oye el sonido de unos muebles moviéndose*
Ahora si. Mientras yo esté grabando hoy ustedes permanecerá amordazados TEMPORALMENTENTE
Y me la puse.
Tomé la ropa que había dejado encima de la cama y me la puse
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Tomé la tarjeta del Lotus Cash y bajé por el ascensor.
Llegué a bajo y me dirigí hacia una barra. Me pregunté quien atendía.
Sentí una inseguridad recorrer mi cuerpo y fui a otro lado.
Llegué a un juego dónde estaba un chico de no más de diez años jugando.
Su cabello era negro, sus ojos parecían negros. No llevaba ropa negra de milagro.
Me puse al lado de un juego y, cuándo fui a empezar a jugar sentí una voz en mi cerebro
Adhara
Miré a todos lados pero no había nadie. Dudaba siquiera que hubiera alguien ahí que supiera mi nombre de verdad.
Fui a encender otra vez el juego
¡No!
Retrocedí
Es una trampa, ¿tienes una misión, recuerdas?
-Si...-Murmuré-Sólo serán unos minutos
Llevas cinco días ahí, ¡despierta!
Agité mi cabeza. Miré a todos lados. Temíamos que recuperar el rayo e evitar que Hades le hicieras otra extensión a los campos Asfodelos y tuviera que pagar jornadas extras a los jueces.
Un momento, ¿Cómo yo sabía eso?
Mi vida. Busca a Percy, Grover y Annabeth
-Vale
Pero Percy ya me había encontrado.
Tenía a Annabeth frente a mi que me miraba fijamente
-Nos vamos de aquí
Caminamos hacia la puerta y, a medida que nos acercábamos, el olor a comida y los sonidos de los videojuegos parecían más atractivos. Pensé en nuestra habitación del piso de arriba. Podíamos quedarnos sólo por esa noche, dormir en una cama cómoda y mullida por una vez...
Salimos a toda prisa del Casino Loto y corrimos por la acera. Era por la tarde, aproximadamente la misma hora del día que habíamos entrado en el casino, pero algo no cuadraba. El clima había cambiado por completo.
Había tormenta y el desierto rielaba por el calor.
Fui hasta el quiosco más cercano, miré la fecha de un periódico. Gracias a los dioses, seguía siendo el mismo año en que habíamos entrado. Después reparé en la fecha: 20 de junio.
Habíamos pasado cinco días en el Casino Loto.
Sólo nos quedaba un día para el solsticio de verano. Un día para llevar a buen puerto nuestra misión.
