𝐌𝐎𝐍𝐀𝐗𝐈Á; 𝐑𝐚𝐲

|| 𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷 ||

|| Normalmente sólo vemos lo que queremos ver; tanto es así, que a veces lo vemos donde no está ||

[2046 | Diario de Ambrosia]

...Vagando entre mis recuerdos no puedo evitar pensar que ese día fue el comienzo, donde empecé a abrir mis ojos, si no fuera por los mandados que debía de cumplir todas las noches, probablemente me hubiera tardado en darme cuenta de que algo andaba mal. Pero al final el destino estaba marcado y nos puso en los lugares sin ser consciente del otro para seguir con el acto...

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Sus ojos se abrieron al compás de las campanadas, estas se movían de un lado esparciendo su sonido por cada pequeño rincón existente del orfanato, los ojos azules de una peliblanca se dirigieron a un reloj análogo que se encontraba en su mesa de noche, a sabiendas que las campanas siempre suenan a las siete de la mañana. Era un hábito del cual le costaba despegarse aún pasado cuatro años. 

Perezosamente quitó las frazadas que cubrían su cuerpo sintiendo el frío entrar a sus poros, llevó sus brazos hacía arriba estirándose, apenas sus pies tocaron el suelo de madera sintió pequeños temblores, símbolo de que los niños ya se encontraban despiertos y corriendo de un lado a otro.

Se levantó finalmente de la cama quejándose por sentir su cuerpo pesado, como siempre. Tomó de su silla una blusa blanca opaca la cual era algo gruesa y como no, para Ambrosia era como una pequeña tortura el llevarla por la pesadez que se sentía al cargarla sobre su cuerpo. Se quitó la parte de arriba de su pijama para colocarse la blusa con suavidad, le siguió luego la parte inferior de aquel pijama rosa reemplazandolo con una falda negra que le llegaba una pulgada arriba de sus rodillas. 

No necesitaba de bañarse como el resto a que prefería hacerlo por las noches cuando nadie se encontraba en el baño, se sentía incómoda ducharse junto a quienes se suponen que son sus hermanas.