|| 𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟷 ||

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|| Hay cosas que no puedes olvidar

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|| Hay cosas que no puedes olvidar. Por más que no recuerdes, tu corazón lo hará ||


Observó y deslumbró la ciudad demoniaca, muchos se le quedaban viendo pensando en un principio que es una mera humana que se metió en la boca del lobo, pero al instante de oler su aroma, identifican su raza y la tratan como una igual

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Observó y deslumbró la ciudad demoniaca, muchos se le quedaban viendo pensando en un principio que es una mera humana que se metió en la boca del lobo, pero al instante de oler su aroma, identifican su raza y la tratan como una igual.

La chica no comprendía porque todos iban de un lado a otro, así que sin temor alguno se acercó a una pequeña demonio para poder preguntarle.

—¡Se acerca el Tifari! —. Le respondió.

—Ya veo —. Murmuró la joven pensativa. —Muchas gracias.

'Debo de buscar a Rize' pensó la albina vagando por las calles rurales, de vez en cuando olvidaba que hacía rondando por ahí y se ponía a conversar con los demonios que conforman el pueblo, principalmente jóvenes de su edad cercana.

Pero recordaba que debía de buscar a Rize.

—¿Dónde estás, Rize? —. Preguntaba en voz alta.

—¿Ambrosia-sama? —. Nombra alguien y la joven se voltea para ver a un ghoul acompañado por una mujer y un niño.

—Hola —. Saluda con normalidad.

—¿Qué hace aquí, Ambrosia-sama? —. Pregunta el hombre llamando la atención de los demonios alrededor, se sabe que los ghouls solo tratan de esa manera formal y de ser inferior a los líderes de su raza.

—Busco a Rize —. Responde sin preocupación.

—¿Una amiga suya, Ambrosia-sama? —. Habla la mujer ghoul.

—Si.

El hombre ve el cielo oscurecerse y luego ve a la menor. —¿Sabe donde se encuentra?

—No.

El hombre la miró comprensivo, recordando que la albina contaba con problemas de memoria. —La invito a quedarse a dormir en mi casa, Ambrosia-sama.

𝐌𝐎𝐍𝐀𝐗𝐈Á; 𝐑𝐚𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora