Cuento 3

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Me llamo Park Jimin, soy un chico alegre, deslenguado y con mente de alcantarilla.

Tengo muchos amigos y soy popular entre las chicas, yo lo sé y sacó partido de eso, soy naturalmente coqueto y se que atraigo tanto a mujeres como a hombres.

Para probar mis dotes de seducción, mis amigos propusieron que debía conquistar en una semana a alguien que ellos elegirán al azar, seguro de mi mismo acepté el desafío.

-¡Jimin! Ya lo encontramos- me dijo riendo Tae.

- Bueno ¿y que esperas para mostrármela?.

- No es ella, es él, ¿o creíste que te la haríamos fácil?- dijo socarronamente Jin.

-¿Es en serio?¿quieren qué seduzca a un chico?

- Exacto, y debes probar con una foto que lo lograste.- dijo riendo RM.

-¡Okey!, nunca me echo atrás, ahora díganme quién es el afortunado.
Se largaron a reír todos juntos.

- Es Jungkook ¿qué te parece?

-¿ Jungkook, el sabelotodo de la clase?

- Ni más ni menos- dijo burlonamente Tae.

Jungkook era compañero de sala de todos nosotros, siempre serio, siempre solo. Nunca me había acercado siquiera a él, siempre me miraba con desprecio y nunca se reía de mis constantes bromas, razón por la cual simplemente lo ignoraba.

¡Mierda!, tendría que idear una estrategia para poder acercarme sin levantar sus sospechas, a estas alturas ya no podía echarme atrás.

La providencia estuvo de mi lado.

- Chicos pongan atención- habló la profesora de lectura. - tendrán como trabajo leer una novela elegida por ustedes y hacer un análisis, la dificultad será que lo harán con un compañero elegido al azar, el análisis debe ser mutuo y llegar a un consenso para lograr entregar un trabajo de excelencia.

- ¡Pero profesora! - replicó Tae que siempre emparejada conmigo para los trabajos.

- Silencio!, ahora sacarán un número y el que tenga uno igual será su compañero, el plazo de entrega será una semana.

La sala se llenó de murmullos.

- Silencio dije!, ahora a sacar sus números.

Después de un rato todos teníamos un número en nuestras manos.

Cuando me pidieron decir el mío alcé mi mano para mostrarlo, era el número 13.

Unas pequeñas risitas se escucharon cuando Jungkook con cara de pocos amigos mostró poseer el otro 13.

¡Genial!, ahora podría llevar a cabo mi plan sin despertar sus sospechas.
Al término de la clase Jungkook se acercó a mí asiento.

- Después de clases en la biblioteca- me ordenó sin siquiera consultarme si podía- luego me dio la espalda y salió de la sala.

¡Vaya con ese estirado!, sería un placer tenerlo a mis pies, ya vería con quién se estaba metiendo.

El encuentro en la biblioteca fue un desastre, yo quería leer algo romántico y él un drama histórico.

Las chispas entre los dos volaban, y yo no estaba acostumbrado a ceder y al parecer él tampoco.

- Simple, lo dejaremos a la suerte- le dije ya enojado.

- ¿En realidad eres tan infantil?.

- No me importaba lo que pienses, si la primera chica que entre va de violeta mi elección será la ganadora, si la chica que entre va de amarillo tú ganas.

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