Cuento
Tengo ganas de tí...
¿Nunca les ha pasado que tienen fantasías con un chico que para ustedes es inalcanzable?.
Bueno eso le pasaba a Jungkook, estaba total y completamente enamorado del chico más popular y endemoniadamente sexy y bello de la universidad.
Jungkook era su compañero de clases, aunque Jimin jamás había reparado en él, ¿ quién se fijaría en un chico promedio, quitado de bulla y solitario?, porque Jungkook no tenía amigos y siempre vagaba solo, su único talento era ser buen estudiante.
Jungkook tenía un cuaderno donde dibujaba al objeto de sus fantasías, lo tenía riendo, haciendo pucheros con esa boquita abultada y rosada, también dibujaba sus ojos y tocándose el pelo, incluso lo había dibujado con alas como si fuera un ángel, en realidad tenía incontables imágenes plasmadas en su cuaderno, que por las noches miraba una y otra vez antes de dormir.
Un día cualquiera, se dirigía de vuelta a su casa, cuando una discusión hizo que prestara atención.
Era Jimin siendo acorralado por dos hombres que forcejeaban por quitarle su mochila, Jimin se veía realmente asustado.
Jungkook se acercó en silencio por la espalda de aquellos hombres.
- Déjenlo en paz, la policía no tarda en llegar. - dijo Jungkook esperando que su mentira funcionara.
Los dos hombres voltearon a verlo con cara de pocos amigos.
- ¿Y a tí quién te llamó, soplón de mierda?- dijo uno de ellos.
Jungkook tragó saliva nervioso.
- Sólo les estoy advirtiendo, ustedes verán si se quedan o se van...- dijo Jungkook con más valor del que realmente sentía.
Los hombres se miraron y uno de ellos sin previo aviso le dio un puñetazo a Jungkook en el estómago haciendo que éste se doblara al perder el oxígeno, luego salieron corriendo perdiéndose en el callejón.
Jimin se acercó al chico que lo había ayudado.
- Gracias, ¿ te encuentras bien?- preguntó Jimin preocupado al ver la palidez del chico.
Jungkook a duras penas sonrió.
- No te preocupes, estoy bien, ¿ y tú?- le preguntó Jungkook a Jimin.
- Bien, por lo menos no lograron llevarse nada. - le respondió Jimin.
Jungkook se incorporó y le dedicó una sonrisa.
- Eso es bueno- dijo Jungkook rascando su cabeza nervioso al estar hablando con el objeto de sus sueños por primera vez.
- Bueno, gracias de nuevo, me tengo que ir, mis amigos me esperan. - dijo Jimin despidiéndose.
Jungkook asintió y tomando su mochila del suelo caminó de regreso a su casa.
¿ Qué esperaba?, Jimin ni siquiera lo reconoció, ni siquiera sabía quién era, eso hizo que aterrizara, el era y sería invisible a sus ojos.
Al otro día Jimin entró al salón y por primera vez vio a Jungkook sentado solo al final de la sala.
Lo observó disimuladamente, realmente era un chico patético, sin sentido de la moda, ¿ realmente alguien en estos tiempos se vestía con buzo ancho y polera casi dos tallas más grandes que su cuerpo?, Jimin sentía pavor de que el chico se le acercara, sus amigos se burlarían si sabían que lo conocía, así que trató en lo posible de ignorarlo.
Jungkook no era tonto, tampoco adornaba con atributos morales a Jimin, el sabía perfectamente que él y sus amigos vivían de apariencias, y si tuvo algún remoto pensamiento de que Jimin al verlo lo saludaría o algo, con la actitud que vio en él sabía que sería olímpicamente ignorado.