Soy un chico que tiene bloqueado sus sentimientos, nunca me involucro con nadie sentimentalmente, tengo fama de playboy, pero a las chicas parece no importarles esto.
Hoy me junté con una,ni siquiera le sé el nombre, lo importante es que estaba dispuesta y yo muy excitado.
Estábamos en un parque en un banco cualquiera, ella encima de mí moviendo su sexo sobre mi ya duro miembro comiéndonos la boca salvajemente, mi mano se deslizó por su glúteo para levantar e introducir mi mano dentro de su calzón moviéndola aún más frenéticamente sobre mí.
Algo me hizo intuir que ya no estábamos solos, dejé de besarla para mirar a mi alrededor y divisé un chico mirándonos catatónico.
Saqué mi mano de la chica y le bajé la falda, ella aún no comprendía por qué dejé mis avances, le indiqué con un gesto al chico parado a escasos metros de nosotros.
Avergonzada tomó su cartera y huyó rápidamente.
El chico recién reaccionó y se dio media vuelta para huir.
¡Mierda! Ese tonto me había arruinado la noche, dejándome con una dolorosa erección a cuestas.
Corrí tras él para hacerle pagar por lo que había ocasionado.
El chico era veloz, cuando por fin lo atrape estaba jadeando y sudoroso.
-¡Quédate quieto pervertido de mierda!
El chico tenía una cara de muy asustado.
-¿A eso te dedicas, a espiar a los demás?¿No se te para si no miras?
- Es..estás equivocado, no no fue mi intención verlos.
-¡Pagarás por esto!-le grité furioso.
-¡Por favor, déjame ir!, ni siquiera te conozco.
Veía su cara afligida, pero no me importaba, se mordía los labios nervioso, unos labios rojos y abultados.
No sé si fue mi estado de excitación inconclusa, pero lo agarré del pelo y lo jale hacia mí para besarlo con rabia, el chico no atinaba a nada, se dejaba hacer quieto.Lo miré directamente a los ojos, que eran de un azul profundo.
- Tú castigo será terminar lo que mi chica no pudo.
Su respiración se volvió aún más agitada.
-¡No puedo, soy un chico igual que tú!
Lo miré ya empecinado en hacerlo obedecer.
- No es mi problema, así aprenderás a no espiar. Ahora bésame- le ordené.
- No sé como hacerlo.
Bajo la cabeza avergonzado.
- Sólo sígueme.
Tomé nuevamente su boca, era suave y caliente, deslice mi lengua por ellos instándolo a abrir la suya, el chico poco a poco entreabrió sus labios ocasión que aproveché para atrapar su lengua y enroscar la con la mía.
Sentí cómo su respiración se aceleró y un pequeño gemido brotó de su garganta,lo que provocó que mi excitación aumentara, tomé su mano y la guíe hacia mí entrepierna haciendo que su mano tomara posesión de mi miembro adolorido, yo introduje mi mano en el suyo que estaba igual de duro que el mío y lo acaricie lentamente deslizando mi mano por toda su extensión, el por su parte acariciaba el mío ya sin rastro de pudor,mientras nuestras bocas se succionan y lamían sin piedad.
En cosa de segundos logramos un orgasmo intenso, dejándome impactado por que nunca había tenido una experiencia así de intensa.De un momento a otro el chico me empujó tirándome al suelo y salió huyendo despavorido.
No tenía fuerzas para seguirlo, así que me tendí de espaldas sin poder creer lo que había pasado.