Capítulo 8 * Regalo de cumpleaños

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Desde que Jimin tenía uso de razón había visto a Jungkook en su casa.  Era el mejor amigo de su hermano mayor Nam-joon,  Joon como el le decía con cariño.

Jungkook era todo lo que Jimin soñaba y no hacía nada para disimularlo. Todos en su casa sabían de su enamoramiento por el amigo de su hermano y lo tomaban como un capricho más del pequeño y mimado chiquillo.

- ¡Pero Jimin!- le decía su mamá- hay tantas chicas bonitas y no te fijas en ninguna.

- ¡Ay mamá!¡no me gustan las chicas ni tampoco los chicos!...sólo me gusta Kook,  que así llamaba a Jungkook.

Su madre se reía porque cada vez que le preguntaba,  su pequeño hijo siempre le daba la misma respuesta.

Jungkook al principio lo tomó con humor y algo de vergüenza, pero fueron pasando los años y el  insistente chico no dejaba de mirarlo y  tocarlo por accidente con su manito...siempre decía que era un accidente y luego sonreía, pero Jungkook sabía que lo hacía intencionalmente.

Sí Nam no fuera su mejor amigo y casi hermano,  hacía tiempo que habría dejado de visitarlos. Claro que ahora se veían más a menudo en su casa para evitar los acosos velados de Jimin.

- ¡Joon! ¿porque eres tan egoísta?- se quejaba dramáticamente Jimin- ¿Porqué no se quedan acá?¿ porqué tienes que quedarte en la casa de Kook?- era la tercera vez que se lo repetía.

-  Deja de ser tan infantil Minie, los padres de Jungkook salieron por el fin de semana y yo me voy a quedar a hacerle compañía- por tercera vez le explicó Nam-joon.

- ¿Y puedo ir con contigo?,ni siquiera se darán cuenta que estoy- le rogó y suplicó Jimin.

- No. No puedes.  ¿No te das cuenta qué haces que mi amigo se siente incómodo?, es hora de que crezcas Minie...además ahora él tiene novia y no creo ella le guste que tú estés encima de él diciéndole cuánto te gusta.

- ¿Novia?- a Jimin se le llenaron los ojitos de lágrimas y el corazón se le hizo un nudito.

Nam-joon se arrepintió enseguida de haberle contado al ver su carita. Quería demasiado a su hermano a pesar de lo infantil que era.

Cuando lo vio correr y encerrarse en su habitación se sintió horrible.

- ¿Qué pasa?- le preguntó su madre apareciendo por la puerta de su habitación.

- Nada mamá, lo mismo de siempre- le respondió Nam-joon.

- ¿Jungkook?- preguntó ella.

- Sí- se despidió y se fue a casa de su amigo.

Jimin  estaba acostado de guata en su cama llorando calladito cuando su madre entró.

- Mí bebé- le dijo con dulzura- ya verás qué conocerás a un lindo chico o chica y te olvidarás del amigo de tu hermano. No olvides que es mayor por cinco años, tú apenas tienes dieciséis añitos, mientras él va a la universidad para sacar una profesión,  tú recién estás estudiando y ni siquiera sabes ni piensas en tu futuro.

- ¿Porqué dices eso?¿acaso porque tengo dieciséis años no sé lo que siento?¿crees que sólo es un capricho estar enamorado de él?- Jimin se sonó con un pañuelo que le pasó su madre.

- Ven aquí mi amor, deja que mamá te consuele- Jimin no pudo negarse al abrazo de su madre, se sentía cálido y seguro cuando su madre lo rodeaba con sus brazos.

Pronto sería el cumpleaños de Jimin, pero él se negó a que se lo festejaran. No quería a todos sus amigos bulliciosos circulando por toda la casa. Él quería otra cosa.

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