Capitulo 16 Cumpliendo con el trato (parte 1)

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"...Quiero dejarte en libertad...pero cada vez que lo pienso...te aprisiono mas entre mis brazos...entre mas es mi deseo de dejarte ir...menos quiero soltarte..."

La luz del nuevo amanecer cruzaban la habitación en completo silencio, el movimiento de los pasillos se hacia mas frecuente, pasos de un lado para otro, y voces provenientes de los campos de entrenamientos, sonido de los caballos al ser cabalgados para entrenar, allí en aquella cama matrimonial, un par de brazos fuertes rodeaban aquel cuerpo menudo de la oji perla, él abrió los ojos con pereza encontrándose enredado con el de su "esposa", fue un recuerdo amargo fugaz al saber que no había sucedido nada entre ellos

Solo suspiro, al estrecharla entre sus brazos, quien aun dormía con las mejillas ruborizadas, de seguro era por lo que le había pasado anoche, acaricio su rostro una y otra vez, sin duda estaba muy presionada, por su padre, la sociedad, e incluso él mismo la llevo a eso, beso su hombro con dulzura mientras esta se removía un poco, suspirando como algo inaudible acomodándose mas en la almohada, haciéndolo sonreír

-te gusta que te mimen en las mañanas ¿no es así?- se sentía fascinado aventurándose a hacer lo mismo, cuando leves golpes en la puerta lo interrumpió

-¡mi señora!-Mila estaba del otro lado de la puerta- ya es muy tarde, le recuerdo que tiene su clase de baile este día, si gusta le puede decir a su esposo que le ayude con eso- decía girando la cerradura-le preparare el baño para...-se detuvo al ver la escena con ojos bien abiertos, el peli gris abrazando a su esposa con la única tela que los cubría era la sabana, mientras que su cabeza estaba descansando sobre el hueco del cuello de su mujer como si se tratase de aspirar su fragancia lo máximo posible, sin duda para la mente de la joven, habían tenido una noche apasionada después de 10 años de ausencia, avergonzada solo puso poner su rostro pálido, para querer salir lo mas rápido posible, mas aun al ver, los ojos del peli gris abiertos haciendo con su manos una señal de silencio y cerrar los ojos nuevamente, Mila solo asintió con rapidez para salir sin antes cerrar la puerta

Kakashi solo sonrió acomodándose nuevamente en su esposa, sin duda había resultado todo, a su esposa no la seguirían presionando luego de lo que vio la sirvienta, sabia que mas de alguno sabría lo que había el cómo los había encontrado y generar una buena reputación a su mujer- no puedo dejarte ir- le dijo en un susurro

-Tobi...-respondió ella en medio de un sueño, mirándole extrañado ¿acaso estaba soñando con el hombre que le advertía en cartas? ¿Por qué?

-¿lo amas?-le pregunto estúpidamente creyendo que le respondería en medio de sus sueños, solo que no respondió para liberar otro suspiro -¿acaso él es mejor que yo?-le volvió a preguntar frunciendo el ceño

-Kakashi...-respondió – esposo...-aquello le relajo por un momento para acariciar las hebras de su cabello delicadamente

-¿tan importante fue ese hombre para ti?-le pregunto –cometí muchos errores, Hime, pero nunca te voy a volver a dejar sola nunca...

Por otra parte, Mila corría por los pasillos con un rostro ruborizado, y algo nerviosa, era aun mas joven que Hinata, soñadora de una familia noble conservadora, sin duda, ver aquella escena le dejaba su mente en blanco al punto de casi darle un leve sangrado de nariz, llegando a la cocina donde se encontraban las demás sirvientas quienes le miraban confundidas

-¿Qué te paso Mila? No se supone que deberías estar con la señora ahora

-¡si!-dijo con un sobre salto-quiero decir no, ella esta...aun...con su esposo- su rostro estaba ruborizado en llamas, no paso ni un segundo cuando todas comenzaron a gritar alucinadas

¿Qué viste?

¿Cómo los viste?

De seguro habrá muy pronto un pequeño heredero corriendo por los pasillos

Con los ojos de su padre

Y la belleza de su madre

¡Qué bello seria!

-¿Qué esta pasando? ¿Por qué tanto alboroto?

-señorita Kurenai-todas reverenciaron-Mila ¿Dónde esta Hinata?

-la señora esta con su esposo en su habitación- dijo avergonzada

-¿Qué? Bueno...-sin duda la había tomado por sorpresa- esta bien, la esperare en la terraza

-si, señorita –todas asintieron con la cabeza, mientras que Kurenai miraba hacia el pasillo en dirección a la habitación de la oji perla, la había cuidado desde que Kakashi se había ido a la guerra, había visto la amistad con "Tobi" y el brillo en sus ojos cuando él se había marchado, sin duda sabia que ella había experimentado sentimientos a su caballero, pero simplemente no podía decirla ya que era una mujer casada, asi que evoco todo su tiempo en tratar de negociar la paz con el enemigo insitando al mismo emperador hacer lo mismo, lográndolo con apenas 22 años, sin saber que se había vuelto en una mujer muy influyente, sin duda noble y diplomática aristócrata, y sabia a la perfección que Kakashi también lo sabia

-¿será verdad?-se pregunto algo preocupada- he cuidado de ella desde siempre, y a pesar de que nunca me lo ha confesado, se que Kakashi no es capaz de haber consumado su matrimonio cuando era una niña ¿lo habrá hecho ahora? Ellos están casados lo se..., pero se que ella quiere a otra persona, ni si quiera se como se lo tomara Kakashi cuando se entere, tampoco han dado indicios de divorcio, todo esto me genera un gran dolor de cabeza, sin mencionar que su padre es un moustro solo quiero que Hime sea feliz...

Mientras tanto, Kakshi aun jugaba con el cabello de su esposa, le parecía una manía extraña, mientras ella dormía aun profundamente, hasta que por casualidad, miro el suelo viendo el peine de corales al lado de su cama, tomándolo con una de sus manos

-que extraño, no recuerdo habérselo regalado –pensó, para ver como ella abría los ojos lentamente encontrándose cara a cara con Kakashi

-¡Kakashi!-dijo en un sobre salto, acaparando todas las sabanas de la cama-bue...buenos días...-desviaba la mirada por mas que lo negara, sus ojos se iban inmediatamente hacia el cuerpo de su marido, ver su marcado abdomen le era difícil de no ver otra cosa-pensara que soy una pervertida...-- se dijo así misma-¡oh pero si es mi peine!- dijo con una sonrisa, para que él finalmente se lo entregara

-no recuerdo habértelo regalado-pronuncio el peli gris cruzándose de brazos

-no...no...-respondió incomoda- recuerdo que se lo dije en una de mis cartas, Tobi...me lo regalo en uno...de mis...cum...cumpleaños...

-te regalaba muchas cosas ese tal Tobi ¿no?

-¿eh? Bue...bueno...salvo mi vida...aquella vez..., solo eso...-jugo con sus dedos nerviosa

-¿solo eso?-pregunto levantando una de sus cejas

-¡si! Digo...yo...cuido de mi y se fue...hace años...

-tal vez algún día si decide regresar, debo agradecerle- menciono algo despreocupado

-¿Qué?

-es lo mínimo que debo hacer –tomo su mano para besarla haciéndola ruborizar y mirarla fijamente –por cuidar que nada le haya pasado a mi esposa...


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Holaaa espero que les haya gustado este capitulo, muchas gracias por leer y comentar, mil abrazos!!!!, la proxima parte sera mas extensa, lo prometo, gracias!!!

Candidatos para mi esposa...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora