Capitulo 8

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Louis besaba a Liat con tal intensidad que cada vez que se separaban para buscar aire, se sentía morir si no volvía a besar sus labios.

Él sabía que estaba mal, que era la hija de su entrenador, que había estado comprometida hace menos de diez días, que no hace mucho odiaba a Liat y que todo esto era una locura, pero eso no le impedía estar pasando sus manos por el cuerpo de Liat, besándola, mientras ella estaba encima del escrito de su entrenador.

Es la hija de tu entrenador Luis.

No me importa.

— Liat— Gruñó—¿Dónde está el cierre de tu pantalón?

No le digas Liat.

Está en la parte de atrás— apretó más los puños con los que estaba agarrando la camisa de Louis en la espalda.

— Date la vuelta— le ordenó Louis mientras la bajaba del escritorio.

Liat lo miró por un momento mientras miles de preguntas flotaban en su mente.

¿Enserio voy a hacer esto?

¿Voy a volver a acostarme con Louis ahora en la oficina de mi padre?

A Liat no le importaban mucho las respuestas, solo quería volver a sentir los labios de Louis y esa sensación que recorría su cuerpo cada vez que Louis la tocaba, esa sensación que siempre le había encantado. Razón por la cual nunca dejaba que Louis la tocará, ahora había descubierto que se comportaba como si estuviera en celo cada vez que él la tocaba.

Dios esto está muy mal.

Liat espantó todos esos pensamientos de su mente y se dispuso a hacer lo que Louis le ordenó. Le dió la espalda apoyándose con las manos del escritorio mientras sentía como Louis se pegaba más a su cuerpo y empezaba a bajarle el cierre del pantalón.

Louis estaba igual de descontrolado que ella o más, el dulce aroma que desprendía su cabello lo estaba volviendo loco. No tenía autocontrol sobre él, se había convertido en un animal en celo.

Liat se restregó contra él descaradamente y Louis en un arranque de descontrol le arrancó las bragas provocando que Liat gimiera de la impresión.

— ¡Entrenador Klopp!

Se separaron inmediatamente.

Liat se subió el cierre a una velocidad impresionante mientras Louis se guardó sus bragas en el bolsillo derecho. Notaron que la puerta está entre abierta pero nadie había entrado.

— Henderson te he dicho que no estes gritando por los pasillos— se escuchó la voz del entrenador del otro lado.

— Lo siento, solo quería despedirme. Nos vemos entrenador, señora Klopp— después de esa charla oyeron como Henderson se marchó.

Para cuándo los padres de Liat entraron a la habitación Liat y Louis ya estaban bastantes separados.

— ¡Chicos! ¿Que están haciendo?

— Nada— respondieron nerviosos.

El entrenador los miró por un momento a los dos pero decidió pasar ese ambiente incómodo por  desapercibido porque seguro estaban peleando como siempre lo hacían. Pensó.

— Chicos se que al veces sueno muy repetitivo, pero me gustaría que se llevaran bien aunque sea un poco— el entrenador se movió hasta su escritorio donde notó un ramo de margaritas encima de él— ¿Esas flores de dónde salieron?

— ¡Louis las trajo para Liat!— habló la madre de Liat con más entusiasmo del que se le conoce a la señora Klopp— ¿No es muy dulce y cortés cariño?

Amor liverpuliano #DreamWorldAwards2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora