Tipos de Novios Beyblade -PAUSADA-

-Shu Kurenai (ex-novio)-

Shu sería el tipo de ex-novio que...

... que a pesar de que hayas terminado con él, no te guardaría ninguna clase de rencor, y te desearía lo mejor en tu nueva relación.

—_______________...

—Shu...

Dijeron sus nombre en un susurro casi inaudible. Estaban parados frente a frente, divididos por un metro de distancia. La gente a su alrededor seguía caminando como si ustedes no existieran. Y es que así era. Todo el mundo desapareció al momento en el que viste su cabellera albina y sus orbes carmesí encontrarse con los tuyos.

Los zapatos con un ligero tacón chocaron contra el piso cuando acomodaste tus pies. La falda se movió un poco hacia la derecha junto con tu largo cabello _______________ a causa del viento. Mordiste tu labio inferior con sorpresa. Caminaron hacia ustedes con pasos cortos y temblorosos.

—¿Cómo... has estado? —preguntó primero. Sus cabellos ahora eran más largos que la última vez que se habían visto.

—... Bien, ¿y tú?

—Bien.

Se quedaron en silencio.

Se esfumaron. Todas las cosas que con el paso del tiempo habías estado acumulando dentro de tu mente para disculparte con Shu, se esfumaron. Como agua escapar entre tus dedos; desaparecieron.

—Yo...

Estabas nerviosa. ¿Cómo no estarlo? Es la primera vez después de siete meses que te encontrabas con tu ex-pareja. Ambos estaban cambiados. Ya no son esos adolescentes de 14 años que se conocieron por el talento mutuo en el Beyblade. No más.

Querías disculparte, pero no hallabas la forma. Se te hacía difícil. Shu te dio todo lo que necesitaste; pero tú fuiste egoísta y lo abandonaste cuando más te necesitó a su lado. Te sentías fatal contigo misma. E intentabas ocultarlo lo mejor posible; sin embargo, bastó con una mirada suya para que tus piernas fueran de gelatina.

—Shu —tragaste saliva—, quiero decirte que, en serio lamento todo lo que te hice pasar —acomodaste el bolso en tu hombro nerviosa y avergonzada—. Tú fuiste perfecto, pero yo... —el aire se fue de tus pulmones, mientras un nudo en tu garganta aparecía. Estabas tan decepcionada con tú yo del pasado.

—¿Te parece si vamos por un helado? —una sonrisa adornó su rostro.

Te conocía. Te conocía a la perfección para deducir que esas palabras se llevaron una fuerza de voluntad enorme por tu parte.

[...]

—No era necesario pagar el mío —admitiste avergonzada—. Podía pagarlo yo misma —viste el cono entre tus manos.

—No habría sido caballeroso dejar que una dama pagara el suyo —respondió amablemente—. Aparte, no me molesta. Siempre me ha gustado comprar tu helado favorito, _______________ —te vio a los ojos. Fueron como una ventana al pasado, mostrándote esas tardes donde, después de entrenar, iban y él te compraba tu helado.

Desviaste las vista nerviosa— Me he enterado de que ahora eres el líder de los Raging Bulls de Estados Unidos —le diste unas lamidas al helado sabor vainilla—. Felicidades por eso. Te lo mereces más que nadie —sonreíste en su dirección—. Recuerdo que te esforzabas mucho.

—Gracias.

De nuevo quedaron sin palabras; aunque este silencio era más calmo que el anterior. Siguieron con la tarea de terminar sus helados. Luego de que Shu se levantara a tirar la basura de ambos (después de un agradecimiento de tu parte), se sentaron en la banca tranquilos. O hasta que el sonido de tu celular indicó que alguien te estaba llamando.

—¿Bueno? —dijiste pegando el aparato a tu oído.

—Hola, _______________ —sonreíste inconscientemente al oír esa voz a través del celular—. ¿Cómo estás?

—Estoy bien —respondiste en un tono más alegre—. ¿Y tú?

Una risa corta y un poco grave sonó— Estoy bien ahora que escucho tu bella voz —te sonrojaste—. No necesito estar ahí para saber que estás roja como un tomate, ¿cierto? —preguntó divertido.

Te aclaraste la garganta— ¿Necesitas algo? —cambiaste de tema al sentir la mirada carmesí en el costado de tu rostro.

—Quería saber si te gustaría ir en una cita conmigo más tarde. Sé que has estado muy ocupada con lo del equipo y la competencia; ¿qué mejor manera que tener una salida con tu increíble novio? —dijo en tono orgulloso, sacando una risa de tu parte.

—Por supuesto. Me encantaría —admitiste risueña—. Nos vemos al rato, entonces.

—Hasta pronto, _______________.

—Hasta pronto.

Guardaste el celular nuevamente en tu bolso. Dejaste las manos sobre este último y comenzaste a jugar nerviosa con tus dedos.

—Por lo que escuché —dijo la voz del varón—, era tu nueva pareja, ¿no es así? —no te estaba viendo, sino que veía el atardecer frente a ustedes. Su cabello cubría sus ojos.

—Sí —comentaste tragando saliva—. Ha sido muy atento conmigo y... me ha ayudado en ser mejor persona —viste el atardecer nuevamente—. ¿No estás...?

—¿Por qué lo estaría? —te sonrió levemente—. _______________, te mereces a un hombre mejor que yo. Eres alguien maravillosa; y me alegra que puedas salir adelante con tu vida —confesó aliviado.

—... Muchas gracias, Shu.

—No hay razón para agradecer.

Te levantaste— Entonces supongo que me iré preparando para mi cita —sonreíste.

—Buena suerte.

—Gracias.

Te alejaste caminando alegremente. Fue como si un enorme peso se hubiera ido de tus hombros. Pero el albino se quedó sentado en la banca.

—Me alegra que hayas salido adelante con tu vida... —vio los guantes rojos que le habías regalado—, porque yo no he podido seguir adelante con la mía.

Te desearía lo mejor; a pesar de que le doliera como mil estacas enterrándose en su corazón.

Primero en la sección de ex-novios. Denle cariño T^T

Sam fuera.