💐Portada hecha por mi queridísimx @_Tokonatsu_Aoi_💐 (créditos del dibujo a @acedollie)
✨Pedidos cerrados temporalmente✨
✨Burst, Evolution y Turbo✨
✨Una que otra falta ortográfica✨
✨Ninguna de las imágenes, canciones y personajes me pertenecen, a e...
Cada vez que fueras a algún lugar a pasar el tiempo, él te vigilaría desde un escondite.
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Ahí estabas tú. Saliste del instituto más temprano de lo que usualmente lo haces, y aprovechaste el tiempo libre que tenías para ir a pintar un lindo paisaje al parque.
Te gusta mucho el arte y también pintar. En especial cuando se trata de hermosos paisajes ante tus ojos. Aún recuerdas cómo conociste a tu novio, Red Eye.
Te habías perdido en la selva por una expedición que organizó un equipo, y estabas completamente sola... o eso creías.
Desde detrás de los árboles, te observaba cierto albino con una máscara. Sintió curiosidad al verte, y por eso decidió seguirte por todo el lugar.
Como él ya está familiarizado con todo el entorno, se preocupó al ver que ibas hacia un acantilado.
Pero tú ya sabías que ibas hacia allí, después de todo, pintar diferentes paisajes te ayuda a guiarte por los lugares, ¿no?
Sacaste tu cuadro de tu mochila, la base del cuadro y tus pinturas. Colocaste el cuadro sobre la base y la acomodaste de forma de que apreciaras toda el área verde frente al acantilado. Tomaste tu pincel y pusiste las pinturas en la tabla de madera.
Red Eye, por otro lado, veía con cuidado cada acción que hacías. Le entró más la curiosidad al ver que podías pintar. Y esperó pacientemente a que terminaras la pintura para ver tu obra de arte.
Cuando el anhelado momento llegó, diste unos pasos hacia atrás para admirar mejor tu pintura.
Perfecto.
Quedó hermoso. Solamente falta poner tu firma en la parte inferior del cuadro.
Pero diste un paso mal, tropezándote con una raíz de un árbol y te fuiste de lado. Comenzaste a rodar cuesta abajo por una colina; te golpeaste con ramas, piedras, espinas y todo. Diste un fuerte golpe al llegar hasta el final de la colina.
Tus párpados estaban cansados, tus extremidades te dolían como el infierno, y tu respiración era agitada. Creías que ibas a morir. De hecho, era lo más probable el que murieras ahí en ese instante, sin embargo, viste como unos arbustos se movían y una figura de un chico aparecía. No tuviste tiempo de ver lo demás, antes de que todo fuera negro.
[...]
Abriste tus ojos lentamente, parpadeando varias veces por el intento de acostumbrarte a la luz. Aún acostada, tocaste tu cabeza con tu mano. Estabas mareada. Pero te asustaste al ver que tenías vendas en las manos. Te sentaste rápidamente en el colchón viendo todos tus brazos y piernas. Tu frente también estaba vendada y tenías varios curitas en los dedos y cachetes.
