Capítulo 3: El asesino de tías.

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Su padre no escuchó sobre la visita no aprobada a La Madriguera, o seguramente no le habría otorgado permiso a Draco de pasar la noche antes del Expreso de Hogwarts en el Caldero Chorreante. O mejor dicho, habría detenido a regañadientes a su madre de aceptar . Su padre probablemente sabía gracias a sus conexiones en el Ministerio que Potter se estaba quedando ahí, pero no intervino.

Draco se dijo a sí mismo que la inmediata aprobación de su madre no era solo porque él había proclamado- falsamente, por supuesto- que iría a Ollivanders a intentar de nuevo las varitas, lo que significaba que dejarlo antes de esa visita la mantenía fuera de la línea de fuego.

La marca en su mano no le había molestado por semanas, pero no se había desvanecido, en lo absoluto.

Draco se encontró con los demás, y tuvo que soportar abrazos de la señora Weasley y Hermione. Los empleados dijeron que Potter había salido ese día. Así que Hermione comentó que seguramente lo encontrarían en el Callejón Diagon, ansiosa de asegurar sus materiales para el colegio.

Draco se las ingenió para convencer a la señora Weasley de dejar a los de tercer año hacer solos sus compras, basado en el argumento de que tal vez no era lo suficientemente maduro, pero si el estándar era tan alto ¿Porqué Fred y George podían ir solos, cuando eran menos maduros que él por mucho?

Potter no estaba en Madame Malkins, y tampoco en Flourish y Blotts. El viaje había probado ser menos memorable que el año pasado, a excepción de cuando Hermione y Ron compraron El Monstruoso libro de los Monstruos, lo que hizo a Draco sentirse culpable de que no iba a tomar la clase de Hagrid.

El problema de caminar con Gryffindors era que animaba a otros Gryffindor a hablarte. Longbottom se desvió de su camino para presentarle a Draco a su abuela, como Draco, es brillante en pociones. Draco pudo darse cuenta por la aguda mirada de la anciana que sabía quien era, y probablemente también sabía quien era su tía. Pero intercambiaron saludos educados y continuaron su camino separados.

Lavender Brown ya parecía portarse más dulce con Ron, a juzgar por la forma en que lo invitó a tomar un helado con ella y su madre, una invitación de la que Draco estuvo contento de alejarlo. Finnigan era un prospecto más peligroso dada su historia en primer año, pero su mejor amigo fue ganado por Hermione cuando le contó que habían ido a un partido de fútbol juntos. Aparentemente, el hijo de muggles Thomas era un gran fan, aunque del equipo Western Ham. Cuando una exasperada Hermione declaró que sí quería un helado después de todo, Thomas los siguió, sermoneando a Draco por decidir apoyar al Arsenal.

"¿Son rivales?" preguntó Draco, mientras Ron compraba los conos del mostrador de la Heladería Florean Fortescue. Hermione prefirió escuchar la plática de fútbol sobre las mismas historias de Ron en Egipto. Ella intervino una que otra vez en defensa de su padre fan del Arsenal, mientras que Thomas parloteaba sobre la superioridad de su equipo.

Thomas pareció favorablemente impresionado cuando Draco habló sobre aprender a jugar con los Granger. Y Draco llamó más la atención, cuando eso llevó a la revelación de que había pasado dos semanas en el mundo muggle con Hermione.

"¿Tú?" Thomas preguntó sorprendido. Sacudió la cabeza cuando Hermione le dijo que Draco también estuvo con ella el verano pasado. "¿Cómo es que todos estaban tan seguros de que eras el Heredero de Slytherin?"

"Tal vez tuvo algo que ver con como embrujé a este individuo," Draco entonó, poniendo un brazo alrededor del hombro de Finnigan. "¿No hay rencores, eh, Finnigan?"

Finnigan bufó pero no retiró su brazo. "Éramos niños en ese entonces. Hacíamos tonterías. Puedes compensarlo, ayudándome más a mí y a Longbottom en Pociones. Siempre nos da tips cuando Snape no está viendo, Dean. Pero apuesto a que tú puedes darle algunos consejos sobre fútbol"

Draco Malfoy y la Casa Black (#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora