Draco Malfoy y la Casa Black (#3)

Capítulo 19: Padrinos

Como lo había hecho en la mañana después de la emboscada de los aurores, Draco despertó con la imagen del rostro de Severus mirándolo, un manchón negro que se convirtió en el rostro en el que alguna vez confió. Excepto que en esta ocasión había una varita entre ellos. Y los brazos y piernas de Draco estaban atados a una silla.

"Finalmente," dijo Severus, y dio un paso hacia atrás, sentándose en un sillón, quedando de frente a Draco, con su varita en la mano izquierda, y la de Draco en la derecha. Era como una prueba de comparación, para mostrarle a Draco lo torcida y malformada que la suya era. "No temas, Draco. Tus amigos están bien"

"Mis amigos..." Draco tuvo dificultad para comprender todo el desastre en su cabeza de las horas pasadas, sin estar seguro de cuánto tiempo había estado inconsciente, y cómo es que todo se había desenvuelto tan rápido desde que Pansy quiso mostrarle algo.

La comisura del labio de Severus subió desagradablemente, ante la sugerencia de las personas que podían incluirse en ese grupo. "Los estudiantes están bien"

Draco estaba arriesgando demasiado al hacer la siguiente pregunta, pero ya había arriesgado demasiado y fallado, ¿Que era un error más? "¿Y qué hay de Sirius Black?"

Esa sadista y maniática mirada que se apoderó del rostro de Severus lo hizo parecer un extraño. "Va a recibir lo que merece. El Ministerio de Magia está aquí, ha sido sentenciado, y recibirá el Beso del Dementor esta noche"

Y con Langlock, Severus se aseguró que Sirius no fuera capaz de decir nada para abogar su caso o detenerlos.

Sirius. Ya no era Black en la cabeza de Draco, ahora que estaba casi muerto. Se merecía más que morir con ese nombre atado a él.

"Oh, Draco, tranquilízate, niño tonto. Todo lo que significa para tí es que no se te involucrará en este asunto indigno por más tiempo del necesario. Una vez que se hayan hecho cargo de Black, puedes regresar normalmente a tus estudios. Por lo que parece, ninguno de los aurores te reconoció-"

"Me entregaste a los aurores," interrumpió Draco, repitiendo los hechos para sí mismo como si eso le hiciera más sencillo creerlos, y procesarlos. "Me tomaste como rehén. Me aturdiste con un hechizo. Dijiste que no te importaba si salía herido, que no significo nada para tí más que cualquier estudiante, y que odias a los estudiantes-"

No había culpa en ese rostro, pero pudo haber sido incomodidad lo que vio en él. "Seguramente no fuiste tan tonto como para creer eso. Dije lo que tenía que decir, para asegurar éxito con los Gryffindor. Me parece que es una habilidad con la que estás completamente familiarizado."

"Confié en tí y me traicionaste," dijo Draco absurdamente, apretando los puños inútilmente en donde estaban atados. "No era la rata, eras tú. Tú eres el caimán"

"¿Acaso tu cráneo se lastimó sustancialmente más de lo que supuse?"

Esa burla le recordó a Draco a su padre. "El profesor Lupin no dejará que te salgas con la tuya ¡Él los detendrá!"

"El hombre lobo," dijo Severus, con una mirada llena de odio similar a cuando hablaba de Sirius, "No va a hacer nada. Está bajo custodia". Se rió ante la mirada sorprendida de Draco. "¿Quieres escuchar cómo, niño torpe? Después de que los Dementores llegaran, aturdí a Black y lo saqué de las mazmorras. Lupin tomó la varita de tu prima de su cuerpo inconsciente y me persiguió, incluso una vez que llegaron los otros profesores. Lamento que tuvieras que perderte el espectáculo de tu profesor de Defensa intercambiando hechizos con Minerva McGonagall. Entre ella y yo, junto con Dumbledore finalmente lo frenamos, y el Ministerio fue testigo de todo. Considerando que yo fui benévolo," se burló. "Incluso le otorgué la sexta y séptima noche correspondiente de Poción Matalobos a ese monstruo. No es que le sea de mucho consuelo, dadas las consecuencias de sus acciones al defender a Black. Naturalmente, Lupin ya ha sido expulsado y puesto bajo estricta vigilancia de los Aurores"