Una vez que Lupin envió a Hagrid de vuelta, con satisfacción por el sonido que Draco escuchó, regresó a la cabaña, dispersando la niebla con solo agitar su varita. Miró hacia abajo y Draco vio al mismo tiempo que Lupin que Black había escapado con su varita en mano. Solo la varita de nogal permanecía en el suelo. Draco le habría dicho que no la tocara, si solo pudiera hablar.
Draco esperó lo peor, algo ridículo, cuando Lupín levantó su varita hacia su inmóvil figura, pero todo lo que recibió fue Finite incantatem. Recuerda, se dijo a sí mismo con una risa histérica en su mente, Es uno de los buenos. Solo piensa que Sirius Black es un asesino.
Draco juró que ahora creía que Black era culpable, y que nunca ayudaría a Black, y Lupin lo dejó ir. Lupin no hizo nada más que hacerle jurar a Draco que guardaría silencio y enviarlo de vuelta a Slytherin, tallando sus ojos molesto varias veces mientras hablaba. Sin que Lupin se lo pidiera, Draco incluso juró por su madre que nunca contactaría de nuevo a su pariente en desgracia, después levantó su varita y estuvo más que agradecido de correr. Corrió hacia la Lechucería, para escribirle una carta a dicho pariente en desgracia.
Terminó escribiendo más cartas. La nueva compañía de Hagrid, Bola de carne, había desaparecido tan pronto como llegó. No hubieron más mascotas Grim para alimentar.
Draco fue abandonado con una rata desaparecida, ningún tío Sirius en necesidad de ayuda, y ni siquiera un Potter molesto, quien estuvo sumido y callado, y manteniendo su distancia. Y fue algo patético, lo deprimido que Draco se sintió, al haber enviado un poema de San Valentín como ese a Potter y que no hubiera sido embrujado o incluso que le hubieran gritado por eso. Extrañaba a Potter.
Potter se apareció, al menos, al partido de Draco contra Hufflepuff, aunque Draco no tuvo que preguntarle a Hermione para saber a quién apoyaba Potter. Draco tenía peores cosas en la mente que preocuparse porque Potter le deseara el mal, eran cosas lo suficientemente densas como para hacer lucir un partido de Quidditch escolar tan absurdo como las campanillas de Black. Había enviado tres lechuzas hasta entonces, y Black no le había respondido ninguna.
Fue un juego de niños derrotar a Diggory, cuando jugaba contra un Buscador con el que ya había jugado ese mismo partido. Draco había atrapado la Snitch la primera vez, y lo hizo de nuevo, aunque la puntuación de 210 a 80 no daba buenas señales tan bien como podía ser para el promedio de puntos que tenían en total. Pero por como lució el partido, las cosas pudieron haber sido peores para el equipo de Slytherin sin Nimbus 2001.
Fue la primera vez que Draco había atrapado la Snitch y que no sintió ni una pizca de alegría por eso. Pensó vagamente en transfigurarla en una flor, tal vez en una dorada aproximación de campanillas y lanzarla en la dirección de Lupin si se sentía con ganas de ser asesinado en esa bella tarde templada de febrero. Todo lo que hizo fue volver a trazar sus movimientos, repitiendo la línea azul, aunque celebró con menos emoción de lo que debió hacer.
Sus ojos seguían buscando ansiosamente a Potter en la sección de Gryffindor, sintiéndose cohibido debido a la yuxtaposición de las líneas azul y roja, empeoradas por su predicción de que Potter lo estaría viendo. Esa maldita obsesión nunca lo abandonaba, imaginando lo que Potter vería cuando lo miraba . Su obsesión nunca fue satisfecha, pero al menos no lo llevó a una completa oscuridad, al menos mientras Potter estuviera mirando.
Así que Draco celebró, levantando la Snitch en el aire, y lanzó un beso a un realmente molesto Diggory, solo porque Potter lo miraba. Incluso si la presencia de los ojos de Remus Lupin sobre él, no muy lejos de los de Potter, lo hacían sentir como un traidor de muchas cosas que no entendía.
Había jurado por la vida de su madre que abandonaría la misión de Sirius, y mantuvo su palabra hasta la primera oportunidad de romperla. Lupin no sabía eso. No estaba ni en el top diez de las peores cosas que había hecho, ni siquiera en la línea roja. Estaba ese intento de asesinar a su tío Sirius con Sectumsempra... y no había punto en catalogar sus errores. Las hojas de té habían sido lo bastante elocuentes al inicio del año: el caimán. El traidor oculto.
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Draco Malfoy y la Casa Black (#3)
FanfictionDespués de regresar en el tiempo, Draco ha intentado seguir el camino que recuerda. Pero el tercer año trae consigo una nueva prima en Ravenclaw, un nuevo Boggart, y un reciente admirador en Harry Potter, junto con los terrenos del castillo llenos d...