Capítulo 2: Tapiz y reloj

29.1K 3.7K 4K
                                    


"¿Grimmauld? Suena a que es gris y viejo, ¿no?. Un buen nombre para la calle. Estás en el lugar correcto, amigo. Piensas visitar después del juego, ¿entonces?" El dueño de la tienda preguntó emocionado. Les dibujó un mapa detallado de la calle, en donde les dijo que vivió un antiguo amor suyo. Cuando Draco especificó que era el número 12 de Grimmauld Place el que buscaba, y el muggle frunció el ceño y le dijo que la numeración era famosa por estar equivocada y se saltaba del 11 al 13 en las casas, Draco estaba casi seguro de que había encontrado el lugar correcto.

"¡Justo aquí en Islington!" Draco se emocionó. Hermione señaló que el nombre de la estación en el tubo literalmente era Highbury & Islington, pero Draco había estado demasiado ocupado escapando del túnel de la muerte como para notarlo.

"Estamos cerca de King's Cross", le dijo Hermione, "Y nos dirigimos en esa dirección. Draco, si de verdad es familia tuya, no creo que les guste que te presentes en ropa muggle, con una amiga hija de muggles- espera. Espera. No me digas que esto tiene algo que ver con..."

Draco no le dio más información hasta que llegaron a la calle misma, la cual resultó ser un basurero, había residuos en las entradas de las casas, pintura caída, las luces eran algo opacas y en general un aire desagradable de parte de las sucias casas con ventanas rotas que seguro le alertarían a Hermione que ningún pariente de Draco viviría ahí- al menos, ninguno con una buena reputación.

"Draco", ella susurró, "Cuando dices familia, más vale que no tenga nada que ver con ese tío tuyo, el asesino que se escapó..."

Draco miró a su alrededor y vio que no había ningún muggle caminando por la calle, lo que no le sorprendió en un área con un aire tan siniestro por la noche. Aunque habían luces en las ventanas detrás de las cortinas, posiblemente incluyendo la de aquel viejo amor del señor de la tienda, así que se apresuraron a caminar para no atraer atención, con sus brillantes playeras rojas y su cabello rubio. Su corazón comenzó a latir con fuerza cuando pasaron el número 11 y lo que le siguió fue el 13 a su lado. "¿Te recuerda algo, Hermione?"

"¿Ese dicho de que nunca puedes confiar en un Slytherin, el cual espero que no me estés haciendo creer?" ella le susurró "Frankenstein, tengo un mal presentimiento sobre esto..."

"Mira", dijo Draco entornando los ojos, "No hay nadie aquí, solo ese perro", señaló hacia un ciertamente grande perro negro que era la viva imagen de un presagio, el cual paseaba por la calle en su dirección. "Estoy buscando el número 12 de Grimmauld Place en el mundo muggle, pero no hay en donde encontrarlo en los dos números que los muggle pueden ver. Como las plataformas 9 y 10. Escondido a plena vista, parece. Cerca de Kings Cross ¿dijiste?" Draco sacó su varita y murmuró, "Revelio", pero nada sucedió. Aún no estaba listo para intentar lo que se hacía en la plataforma de Kings Cross y correr directo a la pared de ladrillos.

"¿De quién es esta casa?" Hermione susurró, temblando cuando la fresca brisa nocturna corrió y voló su espeso cabello hacia su cara. El perro se había detenido del otro lado de la calle, una enorme silenciosa bestia. Tal vez creía que podía obtener algo de comida, aunque era algo tímido para pedirla. En su lugar, solo se sentó en ese lugar a mirarlos, como una especie de centinela.

"Revelio", Draco intentó, y después Aparecium, de nuevo sin nada de suerte. Pero tenía un plan de respaldo, uno que no estaba disponible para cualquiera, dado que supuestamente él era el último heredero Black con vida. Cuidadosamente conjuró "Diffindo", y cortó su palma izquierda solo lo necesario, dejando que su sangre se derramara en el pavimento entre las casas 11 y 13. "Sanguirenere", Draco conjuró.

Bastante útil, ese hechizo que Severus le había enseñado.

Y entonces apareció una puerta, con el número 12 tan claro como el farol en su habitual plata, en cuanto la casa a la que pertenecía emergía lentamente con él. Hermione puso una mano sobre su boca, miró a todos lados nerviosamente, pero solo estaba el perro para ver a los números 11 y 13 deslizarse hacia ambos lados, sin señal de que ninguno de los muggles dentro lo notaran, o fueran molestados. El frente de la casa era oscuro y sucio como el resto del vecindario, sus escalones del mismo empedrado antiguo y desgastado, sin ningún signo de que el viejo edificio hubiera sido renovado. Pero claro, los sangre pura no solían alterar antigüedades, incluso las que se encontraban escondidas entre estructuras muggle. Y debió haber estado desocupada por años-

Draco Malfoy y la Casa Black (#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora