Capítulo 18: Inocencia

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"Scabbers," susurró Ron, "No le hagan daño," y Lupin sacudió la cabeza, su varita yendo de Black hacia la transportadora.

"Solo voy a forzarlo a mostrarse," dijo Lupin, "Si realmente es una rata, no le hará daño," Ron asintió, haciéndose a un lado, de vuelta con Hermione y Luna, mientras Potter mantenía su varita dirigida hacia Black. Lupin le indicó a Draco que se acercara, y el momento llegó para revelar al hombre que podía traer al Señor Tenebroso de vuelta a la vida-

Y entonces Draco se dio cuenta que no sabía como abrir la transportadora, "Um," dijo Draco jalando la malla sin ningún efecto. "Esto es vergonzoso"

El rostro de Lupin se endureció. "Permíteme," le dijo, y con una serie de eficientes giros a la jaula, encontró una hebilla cruzada y la abrió. La puerta de la pesada caja de plata salió disparada, al mismo tiempo que Scabbers se lanzó desesperadamente hacia, de todas las cosas, el fuego encantado. Draco se preguntó si la rata pretendía terminar con su propia vida antes de que sus viejos amigos lo atraparan. Después vio lo amplia que era la chimenea y se dio cuenta que la rata en realidad pretendía escabullirse por los costados, escapar entre llamas, huir y que nunca se le viera de nuevo.

Una luz azul estalló de la varita de Lupin, un encantamiento que Hermione y Draco habían practicado pero nunca perfeccionado de la misma forma que su profesor. Detuvo el movimiento de Scabbers, justo antes de llegar al verde rostro del fuego. Las llamas parecían estar solo a un pelo de tragarlo, o como si estuviera emergiendo y naciera de la titilante luz verde, ya que creció primero una cabeza de su cueva, después un cuello y se le unieron hombros, brazos y torso, acuclillado y deforme, cuando las piernas aparecieron también. Draco pensó que la transformación había terminado antes, pero no, solo era de baja estatura, más bajo de lo que era Draco, tan calvo y repulsivo como lo recordaba. Solo que aún tenía ambas manos. A excepción de un dedo.

"Peter", soltó con un suspiro Lupin, y después giró para ver a Black, sus cansados ojos almendra llenándose de más emociones de las que Draco podía descifrar. Potter levantó su varita hacia Wormtail, quien se arrinconó hacia atrás, atrapado entre sus varitas y la chimenea. Draco se le acercó, dejando que ese bastardo cara de rata sintiera las llamas cerca de sus tobillos.

Lupin miró a su nuevo prisionero, después a sus estudiantes, a salvo y listos para defenderse en contra de las artes más oscuras. Volteó hacia Black y tocó su delgado y hundido pecho, su mano puesta suavemente sobre él. "Sirius. Oh, Sirius, lo siento..."

"No", dijo Black, su voz quebrándose completamente, "No, Remus. Fue mi culpa, fue todo mi culpa, y sabes que yo- tú sabes que yo siempre- siempre, Remus, yo siempre-"

Draco tuvo el presentimiento de que sabía lo que estaba a punto de salir de la boca de su tío favorito. "¡Hey! ¡Profesor Lupin! ¿Por qué no nos presenta al resto a su antiguo amigo de la escuela?"

Lupin retiró la vista de Black, dejando su costado recargarse sobre él, y dijo con la calma más amenazante que Draco había escuchado, "Peter Pettigrew, pero lo llamábamos Wormtail. Un viejo y querido amigo." Sus labios se abrieron en una sonrisa. "Dejé que me copiara en nuestro TIMO de Astronomía. Lloré en su funeral. Harry, me parece que este es el hombre que entregó a tus padres a Voldemort"

Y entonces se volvió real para Potter, de una forma en que no lo había hecho el ver a Scabbers convertirse en Pettigrew. Fue alivio lo que adoptó su embelesado rostro, alivio de que una terrible lucha que nunca creyó que terminaría ahora era como si nunca hubiera existido. Como el momento en un cuento de hadas cuando la rana se convierte en príncipe, o la bestia se hace humano de nuevo- aunque viendo a Wormtail, fue difícilmente una analogía adecuada.

Draco Malfoy y la Casa Black (#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora