-Mave... -escuché mi nombre en su voz ronca-. Oh, Mave...
Me negaba a abrir los ojos. No quería ver lo que estaba haciendo aunque ya lo supiera. Yo lo sentía por todas partes. Una de sus manos aguantaba mis muñecas, inmovilizándome, y la otra me ahorcaba. La sensación de que iba a morir era cada vez más fuerte.
-Mírame, Mave-dijo con la voz cargada de morbo. Lo disfrutaba. Disfrutaba lastimarme así. Yo solo lloraba e intentaba zafarme de su agarre-. ¿Esto no es lo que querías? ¿Ah? Tú me provocaste, Mave. Tu hiciste esto-la sensación de que iba a morir era cada vez más fuerte. Las lágrimas me inundaban.
Cada vez dolía más. Cada vez era peor. Y no dejaba de escuchar su respiración agitada en mi oído. ¿Por qué lo hace? ¿Por qué lo hice? ¿Por qué...?
-Mave, despierta... -escuché a alguien más. Era suave. No era él.
-Mírame. Abre los ojos y mírame-cada vez era más fuerte. Su mano cada vez presionaba más mi cuello.
-Mave, vamos, abre los ojos... -ya casi no podía respirar.
-¡Mírame, Mave Cloud!
-¡Mave!
-¡No! -desperté con un grito desgarrador y la cara llena de lágrimas-. Por favor... -y me rompí. Ahí sin saber dónde estaba o quién me abrazaba intentando consolarme.
-Mave, tranquila. Respira, todo está bien... Soy yo, Roy. Te tengo-decía mientras me daba caricias en el cabello.
No sabía cómo. No sabía por qué. Pero de alguna manera lo que sea que haya pasado lo sentí demasiado real.
Eso no fue un sueño. Ni eso ni lo de esta mañana en el baño. Pero no sabía lo que era.
Yo solo lloraba y lloraba en el hombro de este chico que, sin conocerme, quiso ayudarme.
-¿Estás mejor? -preguntó Roy luego de un rato.
-¿Qué me pasó? -ignoré lo que me dijo y lo miré a la cara. Estaba preocupado. De verdad se preocupaba por mí...
-Estábamos caminando y te detuviste. Intenté llevarte al consultorio de mi mamá pero te desmayaste en el camino. Luego... -hizo una pausa y evitó mis ojos.
-¿Qué? ¿Qué pasó después? -indagué con algo de miedo a la respuesta.
-Parecías estar teniendo una pesadilla. Te removías, repetías "No" varias veces... Y estabas llorando-me miró a los ojos.
Yo no supe qué decir. Mi cerebro estaba procesando todo lo que me había dicho y las imágenes de mi supuesto sueño.
-No fue un sueño-dijo su voz muy bajito en mi mente. Cerré mis ojos con fuerza y negué con la cabeza. No lo quería escuchar.
-Ven, vamos con mamá. Ella puede ayudarte-Roy me levantó con cuidado. Yo me dejé llevar mientras miraba el suelo. No quería ver a las personas que pasaban y comentaban mi estado. Seguro les parecía patética.
Supe que entramos a la clínica por el cambio de piso, y levanté la mirada cuando llegamos a la puerta de madera oscura con la inscripción "Dra. Paulina Prenton" en una tablilla metálica. Roy golpeó la puerta.
-¡Linda! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Estás bien?! -dijo alarmada la doctora Prenton al abrir la puerta. Volví a bajar la mirada.
-Sé desmayó viniendo aquí y tuvo una pesadilla-respondió Roy por mí.
-Ay, linda. Pasa, vamos a revisarte-entré y detrás de mí su hijo intentó entrar pero ella lo detuvo-. Tu no, mis consultas son privadas.
-Pero mamá... -la situación me dio un poco de risa y esbocé una pequeña sonrisa triste.
-Pero nada. Mejor busca algo para que ella coma-y le cerró la puerta en la cara a su propio hijo. La doctora soltó un suspiro y sonrió-. Estos niños de ahora... No tienen remedio-me hizo sonreir también-. Bueno, ¿quieres contarme qué pasó en tu pesadilla?
Tomé asiento en la camilla y ella movió una silla para quedar frente a mí. Me lo pensé un par de minutos. La verdad necesitaba alguien que me escuche...
-Estaba inmóvil contra una pared o algo así, y había alguien que me aguantaba las manos y apretaba mi cuello. Un hombre... Y él me estaba... -no pude seguir. Recordarlo solo me hizo llorar más.
-Tranquila-tomó mi mano y la acarició-.¿Qué te hacía él, linda? -tomé una respiración profunda y solté el aire para seguir hablando.
-Él me... Me violó.
Ella solo se levantó y me abrazó, cosa que me tomó por sorpresa. La rodeé con mis brazos y lloré, tratando de soltar el nudo que tenía en la garganta desde hace rato.
-Tranquila, Mave, solo fue una pesadilla. Nada fue real-dijo pasando su mano por mi espalda.
-Si lo fue-dijo la voz de Spar en mi cabeza. Fue un susurro muy serio. Eso solo hizo que abrazara más fuerte a la mamá de Roy.
-Tranquila... -llamaron a la puerta.
-Traje la comida-dijo Roy desde fuera.
-Pasa-le dio permiso su mamá y él no lo dudó. Parece que, así le dijeran que no, él iba a pasar.
-¿Cómo estás? -me preguntó ofreciéndome una lata de refresco. Yo la tomé y respondí un simple "Bien".
-Roy, ¿por qué no llevas a Mave a conocer el pueblo? Así se distrae un poco-sugirió la doctora Prenton ordenando unos papeles sobre su escritorio.
Esa idea no me agradaba del todo, pero era mejor que encerrarme en el cuarto del hotel a hablar con un fantasma que puede asesinarme.
-Claro. Bueno, si ella quiere, obviamente-respondió él apoyándose en el marco de la puerta.
-Está bien-bebí un poco de refresco. Sabía bien.
Creo que está es una de las pocas veces que he tomado un refresco. Mi madre no me dejaba hacerlo. Decía "mejor a la basura que a la cintura", y yo estoy segura de que el dicho no va así.
-Bien, pues vayan. El día es largo-nos señaló la puerta. Yo me levanté y me acerqué a la salida, pero antes de cruzarla volteé y le dije:
-Gracias.
-No agradezcas, linda-me dedicó una sonrisa materna que me dio un poco de nostalgia.
-Adiós mamá-y salimos del consultorio.
Bien, esta tal vez no sea una mala idea.
-¿Segura...?
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Desconocido
Mystery / Thrillerdesconocido, desconocida adjetivo · nombre masculino y femenino 1.[persona] Que no es conocido. ******************************* Un desconocido, eso era él para mí. Pero, al parecer, yo no era una desconocida para él.