Resulta que este pueblo retrógrado no es tan pequeño como parece. La clínica y el hotel son lo más cercano a la entrada del pueblo (y también lo más viejo y sin color), pero pasando un camino pequeño de árboles hay algunas casas, un restaurant, una estación de policía, una, un Walmart de esos donde encuentras de todo, una boutique para hombres y mujeres... Todo muy pintoresco.
—Ven, quiero enseñarte algo—Roy me señaló un edificio con las palabras "Escuela de Colleensville" pintadas de azul en una pared. Había algunos niños y adolescentes sentados en la acera y supuse que estaban en la hora de descanso.
Entramos en la escuela y varios jóvenes me observaban, algunos con curiosidad y otros como si fuera una supermodelo. «En este momento solo parezco una super demente» pensé tratando de no ponerles atención a las miradas. Pasamos una puerta doble que decía "Kinder" en letras de varios colores.
—¿A dónde vamos? —le pregunté a Roy.
—A ver a los niños—respondió casual.
—Eh... No soy buena con los niños...
—Tranquila, solo estaremos aquí un segundo—llegamos a una pequeña estancia con mesitas y sillas de plástico y muchos niños jugando y corriendo a todos lados—. Hola pequeñines—en cuanto escucharon a Roy se lanzaron a abrazarlo. Fue gracioso que casi lo hicieran caer—. Les quiero presentar a alguien—dijo y me señaló—. Ella es Mave, y estará aquí en Colleensville por unos días.
—Hola Mave—dijeron al unísono agitando sus manitos y sonriendo. Son tiernos.
—Hola niños—les devolví el saludo con una sonrisa.
—¿Quieren enseñarle a Mave sus juguetes? —preguntó Roy agachandose a su altura. Todos se fueron a buscar un juguete y Roy me señaló una silla de mi tamaño para que me sentara.
Una de las niñas se me acercó y me trajo una muñeca con un vestido rosa muy lindo.
—Se parece a ti—dijo señalandome. Yo solo sonreí.
—Gracias.
Roy estaba buscando unos papeles en una estantería y yo veía a los niños jugando. Uno de ellos me llamó la atención, pues estaba solo en una de las últimas mesas con un auto de juguete. Si los demás niños tenían cuatro o cinco años, éste debía tener siete, más o menos. Como nadie se le acercaba, me levanté y fui hasta él.
—Hola. ¿Cómo te llamas? —le pregunté agachandome a su lado. No dijo nada, solo bajó la mirada hacia su juguete y lo rodó por la mesa.
—Él es Jason. Mi madre lo encontró en una caja en la puerta de nuestra casa hace como dos años—se acercó Roy.
—¿Solo? —pregunté acariciando el cabello negro del pequeño, quien seguía jugando con su auto.
—Sí. No sabemos de dónde viene, así que lo cuidamos entre todos.
—¿No habla?
—Nunca lo ha hecho. Mamá dice que puede ser un trauma. Tenía signos de desnutrición y marcas de golpes, además de una herida en la cabeza—hizo una pausa. Yo seguía acariciandole el cabello a Jason y él seguía jugando con su auto—. Es un buen chico.
Algo en el niño se me hacía muy raro. Era como si ya lo hubiera visto antes. Pero no sabía dónde.
—Tengo que terminar unas cosas pero ya pronto nos vamos—me dijo Roy volviendo a lo que hacía.
—Oye, Jason—con cuidado levanté su carita para poder verlo y creo que me puse pálida en cuanto lo vi. Esos ojos...
—¿Se te hace familiar? —habló en mi cabeza el fantasma que no me dejaba en paz. Jason ladeó su cabeza con curiosidad y estiró su brazo hasta tocar mi mejilla. A mí me faltaba el aire.
Inmediatamente quité mi mano de su barbilla y esta acción hizo que él dejara de tocarme, pero sus ojos grises seguían viendo y estudiando mi cara.
Esos son los ojos de Spar. Pero ¿cómo carajos...?
—Bien, ya terminé por aquí—volvió Roy con algunos papeles en su mano—. ¿Te sientes bien?
—S-Sí... Estoy bien—me levanté sin dejar de ver a Jason, mientras que él volvió su atención a su auto de juguete.
—Bien, vamos—Roy se volteó a despedirse de los niños y yo solo lo seguí, pero en mi mente tenía grabada esa mirada gris.
***
Luego de salir de la escuela fuimos a comer ya que, sorprendentemente, estaba muerta de hambre, le dije a Roy que quería comprar unas cosas en el Walmart así que me acompañó. Compré algunas cosas de aseo y un libro que me llamó la atención. Era sobre una chica que se enamoró de su vecino. Luego de ahí ya eran las cuatro de la tarde así que Roy me llevó al hotel otra vez y me dejó en la puerta ya que él tenía que hacer algunas cosas.
Estuve como diez minutos dando vueltas por el pasillo donde estaba mi cuarto sin entrar a él (no quería ver a Spar), pero finalmente tuve que hacerlo.
Entré y todo estaba tal cual lo dejé. No me acerqué siquiera a la puerta del baño. Fui directo a buscar mi teléfono para ver si tenía algún mensaje de mi papá. No había nada. Volví a llamarlo y, otra vez, me envió a la contestadora.
—Papá, soy Mave. Necesito que vengas a buscarme. Por favor—y corté.
—No vendrá—se me bajó la tensión. Estaba detrás de mí, no tan cerca pero estaba ahí. Tragué grueso e hice como si no lo escuchara.
Guardé el celular en mi bolso al igual que las cosas que compré excepto el libro. Me senté en la cama y simulé que estaba leyendo, y digo simular porque estaba demasiado nerviosa como para concentrarme.
—¿Quieres que sea así? Bien, así será—en menos de un segundo me arrancó el libro de las manos y quedó encima de mí. Ahogó mis gritos con una de sus manos y con la otra sujetó mis brazos por encima de mi cabeza.
—¡Suéltame! —dije luego de morder su mano. Me quedó un pequeño sabor de sangre en la boca, pero eso es colateral.
—Oh, si hablas. Perfecto, porque tengo algunas cosas que preguntarte y si no respondes te irá mal—sus dedos subieron por dentro de mi blusa y yo empecé a hiperventilar.
—No me toques... —dije en un jadeo de miedo.
—Tú no mandas aquí, Mave—dijo con una sonrisa cínica—. Ahora, primera pregunta: ¿te gustó lo que viste esta mañana?
—No sé de qué hablas—dije sin dejar de verlo directamente a los ojos grises.
Él sólo esbozó una sonrisa y su mano (la que estaba en mi abdomen) la pasó a mi cuello e hizo algo de presión.
—Veo que será por las malas. Pero tranquila, es mi forma favorita de resolver las cosas...
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Desconocido
Mystery / Thrillerdesconocido, desconocida adjetivo · nombre masculino y femenino 1.[persona] Que no es conocido. ******************************* Un desconocido, eso era él para mí. Pero, al parecer, yo no era una desconocida para él.