|Necesita atención|
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.Por cuarta vez, ____________ sintió un jalón en su camiseta. Lo ignoro nuevamente y siguió con su trabajo, pero el quinto se volvió aún más insistente y el sexto desesperado.
—Toge, estoy ocupada —dijo con toda la paciencia que pudo, aunque sabía que no pararía hasta que le diera lo que quería—. Prometo hacer todo lo que tú quieras si me dejas terminar esto primero.
—Shake.
Los trabajos de la universidad eran estresantes, y aunque no tuviera muchos, prefería hacerlos antes de que se le acumularán. Y Toge parecía no comprender esto —o simplemente no importarle—. Pedía atención cada cinco minutos en los que si no acariciaba su cabeza o dejaba besos cortos en sus labios, hacia un berrinche como un niño. Ahora quería que se recostaran en la cama, simplemente no podía.
El séptimo tirón a su camisa acabo con su paciencia. Se dio la vuelta lentamente dedicándole una mirada asesina, pero toda su ira se disipó cuando vio a Inumaki boca arriba con los brazos y piernas encogidos como un cachorro, solo le faltaba que le sacara la lengua y la tendría comiendo de su mano. Seguro que lo sabía.
Sus ojos brillaban exigiéndole amor.
Suspiro. Él ganó esa batalla.
—¿Prometes que me dejaras volver en treinta minutos? —negó con la cabeza—. ¿Una hora? —asintió contento—. Bien... Ven aquí, cachorro.
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.Ella se olvidó del trabajo por el resto del día. Toge era un excelente distractor.