~Viernes~

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*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.

Mitología

Noruega, año 900 D.c.

Sobre las remotas y heladas aguas del mar del Norte, un barco vikingo flotaba de regreso a casa. Había pasado mucho tiempo desde que el llamado "Clan de los Murciélagos", un grupo de vikingos considerados guerreros de élite, hábiles y poderosos que eran comandados por Bruce, un gran estratega lo cual les ha hecho acreedores de miles de victorias en el campo de batalla, emprendieron una larga travesía en busca de tesoros y nuevas tierras, ahora finalmente estaban de regreso. En un lado de la imponente embarcación, algunos de los guerreros miraban al horizonte anhelando divisar tierra antes de que se avecinara una tormenta como era común en esas aguas. Entre ellos estaban los llamados "hijos del murciélago" , cuatro muchachos tan reconocidos como temidos por su gran destreza y habilidad, todo aquel que los conocía no dudaba que llegado el momento se asegurarían un lugar en el Valhalla.

-Los Dioses nos han vuelto a sonreír- mencionó el mayor de ellos luego de varias horas, cuando ya podía divisarse a lo lejos la tierra donde los esperaban sus esposas e hijos.

-Finalmente hemos vuelto- concordó el segundo de ellos.

Llegados al puerto, efectivamente la mayoría de guerreros fueron recibidos por sus esposas y familia, todo el pueblo se reuniría para una gran celebración de su regreso.

Entre toda esa calurosa bienvenida, el menor de los cuatro hermanos, un joven de cabellos negros y ojos esmeralda, se habría paso entre la gente, esperando encontrar entre los presentes a una persona en particular, y, si es que tenía suerte, a su madre, aunque lo más seguro es que no se encontrara en tierra firme en esos momentos. La mujer era una hábil escudera que permanecía la mayor parte del tiempo navegando y aterrorizando las aldeas de muelles tanto cercanos como lejanos en busca de riquezas, todo eso en una pequeña flota que era comandada por su abuelo. Él podría haber sido parte de ellos, desde que nació se preparó para eso, sin embargo, al crecer se dió cuenta de que la forma en que llevaban a cabo sus acciones carecía por completo de honor, eran traicioneros y cambiaban de bando regularmente, algo que sin duda el ojiverde aborrecía y por esta razón prefirió seguir su camino al lado de su padre y sus medios hermanos. Como era de esperarse, su progenitora al igual que la otra persona que buscaba, más de manera inconsciente que intencional, no se encontraban entre la multitud, no esperaba algo diferente, pero mentiría si dijera que no guardaba cierta esperanza de estar equivocado.

Resignado volvió al lado de su padre y regresaron a la casa de este mientras sus otros hermanos se dirigían a sus respectivos hogares que estaban empezando a formar, en la casa de Bruce los recibió Alfred, el hombre que había criado a Bruce y también había sido pieza fundamental de la crianza de sus hijos.
El hombre ya entrado en años los recibió con alegría ofreciéndoles agua y ropas limpias para que se prepararan para el gran banquete que habría esa noche.

-Bienvenidos, es una fortuna que los dioses les hayan permitido volver a casa- saludó el mayor.

-También nos alegra verte, Alfred- le devolvió el saludo de manera amable. Podía ser el líder de un grupo de guerreros poderosos, pero eso no le impedía mostrar el gran aprecio que sentía por el hombre que lo crió. El menor de los tres se limitó a saludar con un asentimiento.

Las horas pasaron y el momento de la celebración había llegado, un banquete repleto de carne y licor. Todos los hombres que habían pasado los últimos meses recorriendo los mares reían y se jactaban de sus hazañas en combate. Entre ellos estaban los hijos del murciélago, disfrutando también de la noche.

Damirae Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora