*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.
Universo Alterno (Shingeki no Kyojin)
-Por fin has despertado, eso me alegra- una voz desconocida resonó desde el fondo de la habitación donde se encontraba un confundido Damian Wayne.
La presencia de un desconocido lo puso alerta.
-¿Dónde estoy? ¿Quién eres tú?- pronunció serio.
-Tranquilo hijo, soy doctor y traté tus heridas, fue una fea caída, se nota que esa jovencita te importa mucho ya que ella a duras penas tenía algunos rasguños-
-¿Jovencita?-
"Así que sigue aquí" pensó tratando de dejar de lado la afirmación del desconocido, ¿importarle? ¿En serio? Eso nunca, aunque de momento era mejor guardar las apariencias.
-Sí, ha estado afuera todo este tiempo, la llamaré enseguida- dijo y salió de la habitación.
En menos de cinco minutos la muchacha entró y lo miró atentamente.
-Vaya, hasta que por fin despiertas- repitió la misma frase que él le había dicho horas antes.
-Sigues aquí, ¿por qué?- preguntó sin rodeos.
-Quien sabe- se encogió de hombros y respondió sincera, estar en ese lugar le hacía sentir que tenía mucho en qué pensar, su mente era un lío en estos momentos y de todos modos no tenía un lugar a dónde ir.
Al notar que no obtendría una verdadera respuesta decidió cambiar de pregunta.
-¿Cuánto tiempo llevo aquí?-
-Unas horas, el doctor que te atendió dijo que debías guardar reposo unos días-
El joven levantó un poco la cabeza y observó atentamente la habitación.
-Todo está demasiado tranquilo por lo que voy a suponer que no has apuñalado a nadie, así que dime ¿que tal tu experiencia con los "demonios de la isla"?-
Su pregunta la tomó por sorpresa, y aunque lo intentó no supo que responder cosa que terminó por sorprender al ojiverde.
-Supongo que no fue tan malo como esperabas-
-No, no lo fue-
-Nuevamente tienes la oportunidad de irte y no lo has hecho. Eres realmente tonta ¿Lo sabías?-
-Mira quién lo dice-
Su conversación no pudo seguir puesto que la pareja de esposos entró a la habitación.
-Así que ya despertaste jovencito, menos mal- dijo la mujer.
-Tu amiga nos ha contado lo sucedido, el doctor dijo que con unos días de descanso estarás mejor, pueden quedarse aquí hasta entonces y luego puedo llevarlos al Distrito de Trost, ahí estarán cerca de una de las instituciones del ejército, viajaré allá en tres días asi que no habrá problema- continuó el hombre.
Ambos chicos se miraron como si se debatieran lo que debían hacer a continuación.
-Gracias pero no deseamos incomodarlos, ya han hecho mucho, nos iremos en la mañana- empezó a decir el soldado.
-Por supuesto que no es molestia, como soldados han decidio entregar su vida por la gente de las murallas, es lo menos que podemos hacer, además según nos contó ella no tienen caballos y el viaje es algo largo a pie-
Las palabras de la mujer se le hicieron inusuales, en todos sus años de recluta se había encontrado con todo tipo de gente, pero más que nada con ciudadanos que no hacían mas que quejarse de los impuestos que deben pagar para que las fuerzas militares puedan mantenerse.