*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.
Boda
"-Raven, pase lo que pase, voy a encontrarte... volveré a enamorarme de ti, y esta vez no habrá nada que nos impida estar juntos, es una promesa-
Esas fueron las últimas palabras que le dedicabó a la chica de capa blanca que reposaba a su lado junto antes de ser consumidos por un brillante resplandor, aceptando su destido"
-¿Damian? ¿Te sientes bien?- la voz de su amada hizo que abriera los ojos.
-¿Ah? Sí, estoy bien- respondió el pelinegro algo desconcertado mientras miraba a su alrededor. Estaba en su apartamento, recostado al lado de su prometida, con la pesada sensación de haber tenido un sueño muy largo.
-¿Seguro?Parece que tuviste una pesadilla ¿Ese sueño otra vez?- su amada, que al igual que él apenas estaba despertando lo miraba con un poco de preocupación.
-Si, pero no era una pesadilla, era... ahg, no logro recordarlo... como sea, solo se trata de un sueño, un sueño muy largo- reflexionó en voz alta e intentó calmarla.
-Últimamente esta situación se ha vuelto muy frecuente, si hay algún problema podría usar mis poderes y averiguarlo-
-Sabes que no me gusta que entres en mi mente. Además ya no hay que pensar en eso, hoy es un gran día ¿o no, futura Sra Wayne?- movió su anatomía para quedar frente a ella, ambos seguían acostados.
-Por supuesto, Sr. Wayne- le dedicó una pequeña sonrisa y se acercó para besarlo de manera tierna. Damian la rodeó con sus brazos.
-No puedo esperar a que seas mi esposa- susurró una vez separaron sus labios.
-No comas ansias Wayne, aún me quedan unas horas para arrepentirme- bromeó.
-Por supuesto, suerte con eso. Solo recuerda que soy un experto localizando prófugos- le siguió.
-Y tu recuerda que soy la hija de un poderoso demonio Interdimensional-
-Tres palabras, Hijo de Batman- respondió como si fuera una competencia de cual padre es más temible.
De un momento a otro su conversación se vió interrumpida por el sonido de un teléfono.
-Es el mío- reaccionó la demonesa tomándo el aparato de la mesita de noche que estaba a su lado.
-¿Algún problema?- preguntó el menor de los Wayne.
-No, solo es Kory, me escribe para recordarme que no llegue tarde hoy, está muy emocionada por la boda-
-Eres su amiga, era de esperarse. Lo que se me hace realmente curioso es que hayas accedido a dejar que te ayuden a preprarte para la ceremonia, en mi opinión no necesitas nada eso, eres perfecta sin maquillaje-
-Bueno no me dejó muchas opciones, puede ser muy persuasiva si se lo propone- mientras decía esto, la hija de Trigon se iba levantando de la cama- De cualquier forma será mejor que me apresure-
-O podemos quedarnos aquí hasta que sea el momento y solo aparecer- sugirió.
-Tentador pero ¿qué no debías ir hoy a Industrias Wayne?-
Rayos, era cierto, había olvidado que necesitaba firmar algunos documentos y dejar listo un papeleo por todo el tiempo que pasarán fuera en su luna de miel.
-Maldición, es cierto- a regañadientes, él también se levantó y se apresuró a buscar su ropa mientras su prometida entraba al tocador.
Pasados los minutos, ambos salieron juntos del departamento, Damian se ofreció a llevarla y la dejó frente al centro comercial donde se reuniría con sus compañeras.